El femicidio de Flavia Schiavo, ocurrido en 1999, es uno de los crímenes más horrendos de la historia entrerriana y lleva más de dos dećadas de impunidad garantizada por la justicia entrerriana. Ahora se abre una nueva expectativa.
Redacción de EL MIÉRCOLES DIGITAL
El 27 de febrero este medio informó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos resolvió abrir el caso para estudiar a fondo la causa tras la negativa del Estado argentino a responder sus planteos. (Ver: la CIDH decidió abrir el caso y analizar el fondo del asunto).
Hoy lunes 8 de marzo se marcha en todo el país, en las banderas que darán vida a esta manifestación estarán las de tantas víctimas de un sistema machista y patriarcal que incluye la desidia del Estado (Ver: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos analiza la causa y reitera un pedido de información al Gobierno argentino).
Flavia tendría 42 años. Para ella nunca hubo Justicia.
En principio fue la justicia entrerriana nunca esclareció el caso. En su momento, en una investigación plagada de errores y con un desfile de jueces y un fiscal que jamás investigó nada (Diego Young), los responsables máximos de la justicia provincial (el Superior Tribunal) decidieron liberar a todos los acusados. La familia Schiavo terminó recurriendo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que en 2006 anuló esas absoluciones “por absurdidad en la valoración probatoria” y ordenando dictar una nueva sentencia “en contrario” de la absolución.
Hubo un nuevo juicio, en 2011. Pero sin agregar una sola prueba nueva. Esta vez, a diferencia de Young, el nuevo fiscal acusó a algunos. Pero en 2012 la justicia provincial –con un tribunal integrado entre otros por el uruguayense Andrés Torres– otra vez absolvió a todos los acusados por el crimen de Flavia. Y se olvidó del asunto. Nadie más se ocupó del caso de Flavia.
La familia decidió ir nuevamente a la Corte. Pero a fines de 2014 fue ahora la Corte Suprema la que cerró toda posibilidad: por cuestiones formales desestimó el recurso presentado (Ver: a 15 años, la impunidad quedó garantizada).
Ahora resta esperar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos concrete y abra una nueva luz de esperanza, para que el 8M de 2022 tengamos una injusticia menos.
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