No la promocionaron como "la pelea del siglo", pero fue. El 30 de octubre de 1974 se disputó en Zaire la "Lucha en la Jungla", épica batalla boxística entre Muhammad Ali y George Foreman.
Por JAVIER ALEJANDRO GAUNA
Eran años tremendos, los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos, los últimos combates en Vietnam, las nuevas dictaduras africanas, y el maravilloso mundo del deporte no tan millonario. Todo se combinaba en la figura del controvertido Cassius Marcellus Clay, proclamado Ali gracias a su orientación musulmana. Su negativa a luchar en una guerra sin sentido lo había llevado al banquillo siendo condenado y obligándolo a ceder sus títulos deportivos. Esta era una excelente oportunidad para recuperar el cinturón de campeón mundial de los pesados que ostentaba al juvenil Foreman, un atlético púgil con gran pegada que se había coronado luego de derrotar con tremenda paliza nada menos que a Joe Frazier.
Fue uno de los primeros mega shows que organizó el por entonces joven promotor Don King quien en una demostración de aparcería sin escrúpulos llevó el evento a Zaire, tierra del poderoso Mobutu, feroz dictador que aprovechó para hacer propaganda de su tiranía ante el mundo.
Más allá de las controversias políticas y sociales, la pelea se realizó. Los ojos del planeta se posaron en el cuadrilatero donde finalmente los dos hombres se enfrentaron. Foreman tomó la iniciativa, ya se había hablado demasiado y estaba impaciente por golpear al negro bocón que durante meses previos no paró de provocarlo. Tiró puñetazos a más no poder. Ali sólo se defendía, esquivaba, hablaba. "No tienes nada, George" le decía. La furia del campeón continuaba, el retador esperaba contra las cuerdas. Asombrados los espectadores no podían creer lo que veían, se notaba que Ali había pagado caro los años fuera del ring. La magia parecía haberse esfumado.
En el octavo round Foreman insistía en castigar sin lograr mayores efectos sobre el rival. Sus brazos eran cada vez más lentos. Era tiempo de Ali, en un instante lo apartó, y con una combinación de cinco golpes seguidos derrumbó al campeón. Tambaleando hacia el piso Foreman giró sobre la figura de Ali que lo miró pasar casi como un torero. Pudo asestar otro golpe pero no lo hizo, el trabajo estaba hecho, hubiera arruinado uno de los knockouts más hermosos de la historia. Sólo cinco golpes. El talento y la gracia de Muhammad Ali estaban intactos. "Vuelo como mariposa, pico como abejorro" solía decir.
Me dirán que son otros tiempos, que Muhammad Ali luchaba contra las diferencias raciales y el establishment político, que hoy en día las motivaciones son distintas. Sólo quiero recordar que todavía gobiernos autoritarios usan estos eventos para "distraer" a sus oprimidos. Y particularmente aclarar que aún persisten las convulsiones por negros muertos en situaciones represivas. Hecho que no pareció importar a nadie durante la absurdamente denominada "pelea del siglo" que disputaron hace poco Mayweather y Pacquiao. Por suerte faltan 85 años para que este siglo acabe y más peleas vendrán. Sin embargo no tengo esperanzas de que vuelva a existir otro Muhammad Ali.
Javier Alejandro Gauna. Escritor uruguayense recientemente radicado en Florianópolis, Brasil. Publicó Itá Caabó (2008, cuentos). Posee varios artículos y publicaciones en distintos medios.
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