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Ordenaron "estricta seguridad" para el narco que iba a fugarse desde Gualeguaychú

Celda individual y lejos, bien lejos, de cualquier otro interno procesado o condenado por narcotráfico; requisas sorpresivas todas las veces que los guardiacárceles lo crean oportuno; nada de teléfonos móviles; instalación de inhibidores de señal celular en el pabellón donde se encuentre alojado; que lo vigilen con cámaras; que quede registrada cada persona con la que hable a través del teléfono fijo de la cárcel; sólo podrán visitarlo las mismas personas que se hayan autorizado para mantener contacto telefónico.

 

Luego de su audaz intento de escape en helicóptero desde Gualeguaychú -frustrado el pasado viernes 10 de marzo en el penal de Ezeiza- Esteban Lindor Alvarado (46) pasó de ser un preso peligroso a uno super peligroso.

Para él, el fiscal general de Rosario Oscar Arrigo y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) habían solicitado un régimen especial de control como el que ya tienen Ariel "Guille" Cantero -líder de Los Monos- y el llamado "Rey de la Efedrina", Mario Segovia.

Su jugadísimo intento de salir volando del Complejo Penitenciario I de Ezeiza reactivó los reclamos y ahora el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario hizo lugar a las medidas pedidas por los fiscales.

Los jueces Otmar Paulucci, Eugenio Martínez Ferrero y Osvaldo Facciano recalcaron en su fallo -de 20 páginas y al que tuvo acceso Clarín- el fácil acceso que tuvo Alvarado a un reloj inteligente que se encontró enterrado en la canchita de futbol de su pabellón y también a un teléfono celular.

Con ambos dispositivos había planeado la fuga filmando incluso el mejor lugar para el descenso del helicóptero, aeronave que había comprado en España especialmente para su escape.

Si a Alvarado ya lo molestaban las sanciones que muy de vez en cuando le aplicaban y que lo pusieran en aislamiento, seguramente este nuevo régimen de vida lo enloquecerá. No hay que olvidar un detalle menor: Alvarado está condenado a prisión perpetua, le esperan muchos años encerrado.

Lo más seguro es que a través de su abogado, Fernando Arias Caamaño, el rosarino interponga algún recurso argumentando que se está ante una violación de los derechos humanos.

En su resolución, el Tribunal Federal de Rosario aborda el tema y hace referencia la legislación italiana, famosa por su lucha contra las mafias: "En ese orden, en la causa Enea c. Italia del año 2009 el tribunal consideró que las restricciones impuestas como consecuencia del régimen penitenciario especial eran necesarias para evitar que el demandante, que suponía un peligro para la sociedad, mantuviera contactos con la organización criminal a la que pertenecía".

En idéntica situación están los capos narco alojados en las cárceles argentinas, en su mayoría dependientes del Servicio Penitenciario Federal (SPF). El encierro no suele impedirles mover kilos de cocaína por sus rutas ni tampoco mandar a matar gente.

Esta es la principal razón por la que la Procunar viene solicitando un régimen especial para todos los narcos de alto perfil y no sólo para algunos casos en particular, como el de Guille Cantero, Segovia o Alvarado.

 

La fuga que no fue

El intento de escape de Alvarado dejó una vez más en evidencia la libertad con la que se manejan los presos con poder y dinero dentro de los penales. Y su acceso a un reloj inteligente colmó la paciencia.

Con él podía chatear con el piloto encargado del rescate. Pero el chat de WhatsApp no era la única función del aparatito. Al parecer el reloj le sirvió para tomar imágenes internas de la cárcel y así elegir del mejor lugar donde el helicóptero -un Robinson 44- que iba a rescatarlo debía descender el viernes por la tarde.

 

A través de tareas de inteligencia, el celular del piloto (sólo identificado como "Lobo") pudo ser clonado, y los diálogos entre él y Alvarado lograron ser interceptados y monitoreados en tiempo real.

 

Así se supo lo que el narco rosarino hacía con el reloj, e incluso que el costo del operativo rescate rondaría los 100 mil dólares.

 

En un dialogo por WhatsApp tomado la tarde del martes 7 de marzo (tres días antes de la fallida fuga del viernes) Alvarado le pasó dos videos de la cárcel a "Lobo" y bromearon sobre la topografía del lugar:

 

Alvarado: —Lobooo...

 

Lobo: —Capo...

 

Alvarado: —¿Cómo estás Lobo? ¿Cómo vamos? Te mando un par de videos.

 

Lobo: —Puedo bajar con un árbol ahí Jaja...

 

Alvarado: —Sí es grande de verdad. Pero de arriba se debe achicar jaja.

 

Lobo: —Naa, he bajado en espacios confinados de verdad.

 

Alvarado: —Las columnas una de otra deben estar a 30 o 35 metros.

 

Lobo: —Árboles, cables, columnas...

 

Alvarado: —​Síí lo probaste...

 

Lobo: —Nada que temer.

 

Alvarado: —Esa es la actitud.

 

Para cuando este diálogo se produjo, ya hacía una semana que Esteban Lindor Alvarado y sus cómplices para la fuga estaban siendo seguidos por la Policia Federal en un operativo que comando el juez federal Ernesto Kreplak y se coordinó a través de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y la fiscal Cecilia Incardona.

 

En realidad Alvarado había planeado el escape para unos días antes. La fecha era el viernes 3 de marzo. Pero ese día la Justicia ordenó una serie de allanamientos simultáneos en las cárceles de Ezeiza, Marcos Paz y Rawson en busca de celulares en poder de narcos.

 

Ese operativo estuvo centrado en cinco miembros de la banda de Los Monos incluido su lider Ariel "Guille" Cantero, alojado en Marcos Paz. Alvarado y Cantero son archienemigos pero la casualidad hizo que el operativo contra uno terminara perjudicando al otro, o al menos demorando sus planes.

 

El fajinero importador

Esteban Lindor Alvarado es un hombre de temer, con un prontuario que hiela la sangre. Por eso extraña que el Servicio Penitenciario Federal (SPF) le haya dado la tarea de fajinero dentro de su pabellón.

En los papeles un fajinero es un preso que se ganó la confianza del sistema y que por eso tiene como tarea limpiar el lugar de alojamiento. En realidad es una posición de privilegio porque permite una libertad de movimiento en lugares y horarios mucho más amplia que la del resto. Eso en una cárcel es oro puro.

Al parecer otro fajinero del pabellón era Claudio "Morocho" Mansilla, quien terminó en Ezeiza luego de ser recapturado tras haberse ser escapado del penal de Piñero, en Rosario.

Esta fuga fue en 2021. Junto a otros siete presos Mansilla fue rescatado por un grupo comando que usó ametralladoras y un Peugeot 3008 negro con patente cambiada para ingresar al penal. Con amoladoras cortaron los cercos perimetrales por donde se fueron los narcos.

Aunque le terminó saliendo mal, Alvarado había planeado su fuga con todo detalle, al punto que el helicóptero fue importado de Europa en el contenedor de barco mercante y tuvo que ser armado especialmente en Paraguay.

El capo narco puso hasta el último recurso en su plan de escape. No ahorro en gastos ni logística. No es para menos: en junio de 2022 el Tribunal Oral Federal de Rosario lo condeno a 15 años de prisión como jefe de una banda narco y en 2022 le impusieron prision perpetua por homicidio, amenazas y jefe de asociación ilícita.

 

Fuente: Clarín

 

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