El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Previo a su disertación y reconocimiento del Doctorado Honoris Causa, el doctor Abel Albino hizo un repaso de su vasta trayectoria en el campo de la medicina social. Con definiciones magistrales coaptó a los presentes en el repleto salón Héctor Buenaventura Sauret de la Universidad de Concepción del Uruguay.
Contó que su madre era correntina pero que su padre vivió muchos años en Concepción del Uruguay “y amaba esta tierra”, a tal punto que una de las últimas conversaciones que tuvo con él fue de esta ciudad.
“Lo que hago es triste, pero no soy una persona triste; lo que hago roza lo político pero no hago política; lamentablemente existe pobreza y desnutrición en la Argentina sino no tendría 68 centros de desnutridos en el país y nueve en el extranjero” que están distribuidos en Paraguay, Perú, Guatemala, México, Zambia, Mozambique y `planean expandirse a Kenia y Congo; en algunas provincias tiene hasta seis centros como en Entre Ríos, ocho en Salta; más de 22 en Buenos Aires y “desparramados en todo el país desde Tierra del Fuego hasta Jujuy” señaló a modo de introducción en una conferencia de prensa previa a la distinción.
“Ningún desarrollo es posible cuando existen ejércitos de niños débiles mentales por desnutrición, lo que debemos hacer es preservar el cerebro y luego educarlo” definió Albino, médico graduado en la Universidad de Tucumán, especializado en pediatría en el Hospital Luis Calvo Mackena de la República de Chile; obtuvo el doctorado en medicina en la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años se dedica a la lucha contra la desnutrición infantil, desde sus dos puntos de ataque: prevención y recuperación. Con el objetivo vencer este terrible flagelo, con una metodología innovadora, a través de un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza.
“No hago política, no me interesa, la política divide, la ciencia une, el deporte une. Primero que nada hay que ser argentino, lo que hace importante al abanico que se abre de derecha a izquierda –y es sutil- es el anillo inferior que amalgama a los elementos, esa es nuestra condición de argentinos, es lo que debemos preservar y después abrirnos en el espectro que se le de la gana, todos las visiones aportan; no podemos perder nuestra objetividad para la analizar las cosas, si es malo para el país debe ser malo para todos, y si es bueno para el país debe ser bueno para todos” enfatizó. “Si hay una vergüenza en nuestro país, América Latina y en el mundo es el recurso humano dañado por la miseria, la pobreza y la desnutrición” remarcó.
LA PREVENCIÓN COMO POLÍTICA DE ESTADO
El 4 de septiembre del 1993 Albino fundó, junto a un gran número de cooperadores, la Fundación CONIN (Cooperadora de la Nutrición Infantil), en Mendoza, replicando el modelo de Chile en recuperación de la desnutrición infantil, y el de prevención, replicado en Latinoamérica y África, superando los 60 centros.
-Si la política no puede resolver el problema de que nuestro país produce alimentos para 400 millones de personas y siendo 40 millones hay de desnutrición ¿Qué camino queda?- planteó este medio. “Demuestra graves problemas culturales. Debemos convencer a nuestros políticos, tenemos que motivarlos, inocular en ellos este virus, nosotros somos los dueños de los votos, hacer valer nuestros derechos. La prevención en salud debe ser tomada como política de Estado”.
“Me opongo a que se trate como animales a la gente pobre, que se lo ataque y no así a la pobreza. Me han dicho `es fácil combatir el problema de la desnutrición, hay que castrar a las mujeres y capar a los hombres y se terminan los pobres’; no es así, en un país enormemente grande y rico y peligrosamente vacío como el nuestro, una mujer embarazada no es una mujer idiota a la que le falló el plan de prevención de natalidad, es un tesoro que hay que proteger y cuidar, un chico no es un tumor, no es una lagartija, no es un perro rabioso, es una joya que este país necesita” concluyó.
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