Un equipo de investigadoras de la Facultad de Ciencia y Tecnología (FCyT) de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) trabajó durante un año y medio en un relevamiento de los tetrápodos que habitan en la reserva natural protegida y en su zona de influencia. Se detectaron distintos tipos de aves, anfibios, reptiles y mamíferos.
Más de un centenar de aves anidan en los chañares, ceibos, algarrobos, jacarandas, lapachos y tantos otros que conforman el enorme aluvión floral que compone la reserva natural protegida erigida en la Escuela Agrotécnica “Juan Bautista Alberdi”. Las aves conviven con decenas de especies de mamíferos y otras tantas de anfibios y reptiles en las veinte hectáreas de bosque a un costado de la ruta provincial 11.
Los datos surgen del primer inventario de tetrápodos –grupos de animales sin categoría taxonómica que incluye a todos los vertebrados terrestres y hace referencia a la posesión de dos pares de extremidades– realizado por un equipo de investigadoras de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), encabezado por las docentes Ana Laura Ronchi y Laura Sánchez.
La reserva natural fue creada en 1992, en una superficie de veinte hectáreas; en 2000 fue declarada patrimonio histórico cultural de la provincia por la Legislatura; y hace cinco años se puso en marcha un proyecto de extensión universitaria realizado en forma conjunta entre la Facultad de Ciencia y Tecnología; la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales; la Escuela Alberdi, la Municipalidad de Oro Verde y el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas “Profesor Antonio Serrano”, que además de relevar especies de flora y reponer ejemplares, logró establecer tres circuitos que actualmente se pueden recorrer para poner en valor el espacio a través de la educación ambiental.
Los relevamientos faunísticos dentro de la reserva y su zona de influencia vienen a revalorizar las acciones ambientales que está llevando adelante la Facultad de Ciencia y Tecnología, en un aspecto sobre el que había escasa información y circunscripta, mayormente, a las especies de aves.
Catálogo faunístico
Investigadoras de la FCyT trabajaron durante un año y medio para obtener un inventario acabado de los tetrápodos que habitan en la reserva y en su zona de influencia, ya que también abarcaron “una parte del predio que forma parte de la escuela y el tajamar, que tiene una riqueza muy particular”, según explicó Laura Sánchez, doctora en Ciencias Biológicas y especialista en la identificación de anfibios. El equipo lo completan Ana Laura Ronchi, ornitóloga, que se dedicó al estudio de las aves, junto con Rodrigo Lorenzón, investigador del Conicet de Santa Fe e integrante externo del proyecto; Malena Maroli, que se dedicó a los mamíferos; y Yanina Prieto, que investigó las poblaciones de reptiles.
Estudiante Matías Martínez y Dra. Laura Sánchez buscando anfibios nocturnos.
El conocimiento de las especies silvestres autóctonas es una forma de contribuir en el manejo integral y conservación de la reserva natural, pero también para valorar el patrimonio natural y, especialmente, como herramienta a la hora de implementar un plan de acción y tomar decisiones correctas orientadas a la conservación biológica. Para eso se hizo la recopilación y procesamiento de información de los diferentes grupos faunísticos que se hallan presentes en el lugar. Así, durante la investigación se detectaron 117 especies de aves (zorzales, cardenales, tordos, cotorras, horneros, torcazas, pepiteros, calandrias, garzas, patos sirirí y otras tantas, algunas migrantes y otras propias de la región), 11 variedades de anfibios (sapo cururú, ranita de zarzal, rana trepadora hocicuda, rana de bigotes, etcétera) y reptiles (lagarto overo, tortuga de arroyo, yacaré negro, lagartija parda, etcétera) y 14 tipos de mamíferos (guazuncho o corzuela parda, ciervo axis, mulita grande y gato montés, entre otros). En el caso de las aves, incluso, con la particularidad de que “algunas son exclusivas de los humedales, se detectó una gran cantidad de especies generalistas y otras exclusivas de los pastizales”, acotó Ronchi, directora del proyecto y especialista en ornitología. De hecho, el inventario de aves es aún incompleto: “Distintas fuentes indican que en la región hay 178 especies de aves y relevamos 117. No sabemos si han desaparecido por la intervención humana, por la contaminación sonora por estar cerca de una ruta o por la cercanía con los campos con cultivos u otros factores, así que el muestreo va a continuar”, agregó Ronchi.
La investigadora Sánchez explicó que “primero se delimitaron los ambientes más importantes de la reserva: los bosquecitos más conservados con componentes nativos; otros tipos de montes con mayor dominancia de especies exóticas, como las moras; un pajonal muy lindo que está en el centro de la reserva; y el tajamar. Una vez identificadas esas cuatro grandes unidades ambientales, la idea era comparar la diversidad de especies de los grupos taxonómicos y sentar las bases de lo que hay en la reserva, porque era muy poco lo que se conocía, sobre todo de los grupos de vertebrados. Todo eso contribuyó para la elaboración de un plan de manejo”.
Mirar hacia adelante
El plan de manejo se presentó en julio pasado e incluyó un relevamiento de toda la flora existente, además de la fauna, y el diseño de una estrategia para la preservación del entorno.
El programa se extenderá hasta 2028 y comprende la conservación de los recursos naturales, flora y fauna silvestre, los paisajes naturales, el suelo, los procesos ecológicos y evolutivos, los ciclos de carbono, agua y nitrógeno, entre otros; como así también la promoción de la producción orgánica sustentable, la recreación y la educación ambiental.
En ese marco, además, se instaló recientemente un vivero de plantas nativas con el objetivo de generar un espacio físico y un sistema de multiplicación de la flora autóctona. Las plantas nativas servirán para la reforestación de espacios naturales degradados por la presencia de especies exóticas invasoras.
A su vez, el estudio faunístico y el posterior seguimiento de la diversidad de tetrápodos en la Reserva Natural Escuela Alberdi está focalizado hacia la conservación de especies silvestres autóctonas y de sus hábitats.
La investigadora y docente de la Facultad de Ciencia y Tecnología señaló que el estudio y posterior seguimiento de la diversidad de tetrápodos en un área protegida está focalizado hacia la conservación de esas especies y de sus hábitats.
Parte del equipo de docentes y estudiantes que participaron del proyecto, de izquierda a derecha: Dra. Yanina Prieto, est. Lautaro Zamboni, Dra. Laura Sanchez, est. Abigaíl Pineda Sánchez, est. Quione Morguenstern, abajo Dra. Malena Maroli.
Sánchez destacó que “conocer la variedad de animales que hay en la reserva es importante porque no se puede proteger lo que no se conoce. No se pueden conservar las especies si no se sabe qué especies hay. No es lo mismo saber si hay algún gato de monte o alguna corzuela, que desconocerlo, porque el tipo de estrategia a desarrollar será diferente. Entonces, nuestra idea fue primero hacer un inventario de lo que hay y luego hacer difusión de eso, porque si no se conoce, la gente tampoco se puede encariñar con la reserva y con sus componentes faunísticos”.
Foto de portada: Estudiantes Quione Morguenstern y Abigail Pineda Sánchez preparando huelleros para mamíferos. FCyT-Uader.
Fuente: Facultad de Ciencia y Tecnología de la Uader
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