Leandro Toscanini, un comerciante dueño de supermercados mayoristas en Concepción del Uruguay, Colón y Concordia y sus cómplices están acusados de integrar una banda dedicada a fraudes tributarios, venta de documentación fiscal falsa y comercialización de cereal en el mercado negro. Tales maniobras le permitieron a los imputados amasar una verdadera fortuna en pocos años.
Según el procesamiento dictado por el juez federal de Concepción del Uruguay, Pablo Seró, los acusados “conformaron una sociedad con fines ilícitos fiscales que habría operado entre diciembre de 2018 y el 3 de agosto de 2022”, y lo que hacían era, inicial y básicamente, la “emisión y venta de cartas de porte conteniendo datos falsos –origen y destino del cereal, productor, adquirente, transportista, etc.- así como el presunto lavado de activos”.
Las maniobras ilegales fueron perpetradas por un falso productor agropecuario, un transportista, un empresario y una contadora, quienes ahora están cerca de ir a juicio. También serán juzgados un contador y un lavador de dinero por montar una organización que vendía facturas truchas y amasó millones en pocos años en Concordia.
Dos causas de gran impacto
Se trata de las dos causas más importantes que se tramitan en la Justicia Federal de la provincia de Entre Ríos por los delitos de evasión fiscal y lavado de dinero. Ambas, con distintas formas de operar pero la misma finalidad, no sólo emitieron documentación apócrifa que permitió blanquear cientos de millones de pesos a sus clientes, sino que amasaron fortunas en poco tiempo.
Una de ellas tiene como procesados a Guido Isaías Bogao Andrasnik, un falso productor agropecuario y socio de las sociedades investigadas: Sementeras SRL y Emunah SRL; Alberto Andrés Smail, transportista de carga; María Maier, estudiante, quien figura como socia principal en sociedades con el primer mencionado; Leandro Toscanini, un conocido comerciante dueño de supermercados mayoristas en Concepción del Uruguay, Colón y Concordia; y la contadora Yamila Blanc, de Villa Elisa.
Acerca del accionar de esta organización liderada por Bogao Andrasnik, se sospecha que vendían a los clientes de documentación fiscal falsa y coadyuvaban a la evasión tributaria por parte de los productores, que vendían el cereal en el mercado marginal.
Evidentemente, publicó Análisis, Bogao Andrasnik vio un nicho de negocio ilícito: hay muchos productores, así como posiblemente también acopiadores y exportadores, que necesitan este tipo de servicios para blanquear producción no declarada. Pero tampoco es tan sencillo: el imputado es muy inteligente y tiene estudios en ciencias económicas, además de conocer al detalle las operaciones que se deben realizar para eludir los controles de AFIP, que logró hacerlo durante un par de años.
En cuanto al rol del comerciante Toscanini, se lo procesó porque "financiaría a la organización a través del intercambio de cheques por dinero en moneda nacional y extranjera. A su vez hacía compras en gran escala destinadas a un supermercado mayorista, permitiendo generar crédito fiscal a favor de Bogao", sostiene la resolución judicial.
Respecto a la contadora Blanc, el juez entiende que "habría sido la asesora contable de la banda. Confeccionaría los balances de las firmas involucradas y tendría pleno conocimiento del accionar ilícito de sus clientes, prestando sus servicios profesionales para disimular la situación fiscal de la organización y todo su entorno comercial".
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