Durante años Ramón Ayala escribió canciones incomparables para que las cantaran y grabaran artistas como Mercedes Sosa. Recién en 1976 grabó su primer disco como intérprete.
Por A.S. de EL MIÉRCOLES
El gran creador de la música del Litoral, para mí el más grande junto con Anibal Sampayo- fue uno de esos artistas que borran fronteras.
Hijo de un correntino que fue cónsul en la ciudad brasileña de Sao Borja, y de una mamá que al quedar viuda crio amorosa pero esforzadamente a cinco gurises.
Fue criado entre Corrientes y Misiones y trasladado de gurisito a Buenos Aires, comenzó a cultivar las canciones guaraníes de la mano de un músico paraguayo, se compró su primera guitarra a los 15 cuando ya laburaba en un frigorífico, y cuando se dio cuenta de que era esa su pasión comenzó a rodar por el país asociado a artistas de diferentes orígenes.
Creó un ritmo, "el gualambao", para darle a su amada Misiones una música propia. Creador de bellezas como "El cosechero" ("El viejo río que vaaaaa / cruzando el atardecer.."), "Posadeña Linda", "Canción del rio Uruguay" (donde compara al río con una gran curiyú), "El mensú", "Pan de agua" ("Ya se va por la barranca el viejo pescador..."), entre tanta otra maravilla.
Durante años Ramón Ayala escribió canciones incomparables para que las cantaran y grabaran artistas como Mercedes Sosa. Recién en 1976 grabó su primer disco como intérprete. Deja una obra extraordinaria, donde a su poesía delicada la funde con el alma musical de todo el Litoral, esa herencia guaraní que Ayala mantuvo viva y plena para dicha de todos nosotros. Y toda su obra está atravesada por la mirada de los de abajo, de quienes pese al sufrimiento tienen esa honda percepción del amor, la verdad y la belleza, así como su comunión respetuosa y venerable con la naturaleza de la que formamos parte.
En Misiones es un prócer, pero debería serlo en toda la Argentina. Hace un par de años la Junta Abya Yala por los Pueblos Libres le entregó la distinción "Conciencia Abya Yala", reconociéndolo como “artista que ha sabido comprender la simbiosis de la cultura y la biodiversidad, y burlar las fronteras impuestas a nuestros pueblos”. Ramón Gumercindo Cidade era su verdadero nombre, artísticamente era "El Mensú", "Ramón Ayala", y no lo olvidaremos nunca. Gracias por tanto, y hasta siempre, don Ramón Ayala.
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