También dejará de tener efecto la diferenciación para la exportación de vacas de las categorías D y E y de toros, más conocidos como “Vaca China”, animales que nunca se consumieron en el mercado doméstico y que forman parte del gusto gastronómico del consumidor asiático. Además, se podrán mandar al exterior reses enteras, medias reses, cuarto delantero con hueso, cuarto trasero con hueso, medias reses incompletas con hueso y cuartos delanteros incompletos con hueso.
El Decreto 911 entró en vigencia a partir de enero de 2022 y regía hasta el 31 de diciembre de 2023. Por ello, con la caducidad de la norma, el SENASA dispuso la actualización de los procedimientos para permitir la exportación de todo tipo de cortes cárnicos vacunos. También las autoridades fitosanitarias procedieron a adecuar a las nuevas condiciones los servicios de inspección veterinaria y los sistemas informáticos, particularmente el de certificación de exportaciones, que entró en vigencia desde este lunes, con el inicio del 2024.
Historia y pérdidas
Tras una importante suba en los precios, la administración de Alberto Fernández cerró la exportación de carne vacuna en mayo de 2021 y luego procedió a poner en marcha un sistema de cuotificación y prohibición para exportar determinados cortes hasta el final de su mandato, medida que fue totalmente criticada y rechazada por el sector.
Asimismo, se debe recordar que fue el propio Matías Kulfas, por entonces ministro de Desarrollo Productivo, que informó que solo se permitía exportar solo un volumen de hasta el 50 por ciento del promedio de exportaciones de 2020.
Estas limitaciones no alcanzaba a las cuotas arancelarias, es decir la Hilton, la 481 o el envío a Estados Unidos, ni tampoco frenaba los envíos bajo el protocolo kosher enviado a Israel. Así durante meses se logró promover ventas que rondaban unos 150 millones de dólares mensuales, sin embargo, un mercado externo por otros 100 millones se vieron afectados.
Antes de toda restricción, la exportación de carne vacuna durante el 2020 fue de un millón de toneladas, cifra que exhibió allí un crecimiento interanual del 10%. Esto representaba un negocio de unos USD 3.126 millones y el 8% de las ventas al exterior que realizaba el sector agroindustrial. Allí Argentina producía unos 3,2 millones de toneladas de carne bovina, y casi un número similar de carne de pollo y cerdo.
Con las exportaciones restringidas, el economista jefe de FADA, David Miazzo, consignó que la pérdida para el sector cárnico exportador fue de 100 millones de dólares mensuales por la imposición oficial de frenar los envíos. Ya que a partir de junio de 2021, un 42% del comercio exterior de carne argentina estaba cerrado.
El 2023
Mario Ravettino, presidente del Consorcio ABC, consignó que la exportación de carne vacuna durante el 2023 concluyó con “un año bueno en volumen, con ventas al exterior de unas 920 mil toneladas de res con hueso, que es un número importante. El volumen obtenido es levemente mayor en un 5% que el registrado en el 2022″.
Asimismo, el referente del segmento de los frigoríficos exportadores que concluye “un año muy magro en el ingreso de divisas, ya que los valores que ofrece el mercado internacional, está bajo: así se terminan de concretar en el 2023 ventas al exterior por 2.730 millones de dólares”.
Ravettino aseguró que desde el sector “mantienen expectativas (de mejorar) el volumen en el 2024″ a partir de haber sido notificados días atrás desde el ámbito oficial de “la culminación del decreto de prohibición de exportar los siete cortes, y también de las declaraciones juradas de exportación y el Observatorio de precios, y de todas las trabas que tenía el sector”.
Fuente: Infobae
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