El profesor Gustavo Sirota analiza lo que fue la intervención del Presidente argentino en el Foro de Davos. "Fuera de las loas de sus acólitos y unos pocos medios y comunicadores afines, el resultado de su prueba en las grandes ligas del capitalismo global es más que insatisfactorio", resumió.
Por GUSTAVO SIROTA (Especial para EL MIÉRCOLES)
Coincidente con los primeros cuarenta días de gobierno del histriónico panelista y showman palolibertario, su presentación ante buena parte del poder global – leída, monocorde y sobre todo ideologizada – no colmó las expectativas de quienes siguen con atención lo que aparece como el “laboratorio de prueba” de una versión radical del capitalismo más brutal y depredador.
Las palabras – más propias de una charla TEDx dirigida a sus acólitos – no parecen haber estado a la altura del evento. Casi todos los analistas y medios acreditados en la localidad alpina compartieron esta apreciación, que coloca al libertario lejos de su pretendido rol de estadista y líder global de los sectores más dogmáticos del pensamiento “anarco capitalista” actual.
Plagado de argumentos falaces, tergiversados o precientíficos, sustentadas en una pretendida “superioridad moral” de las ideas libertarias, se explayó en contra de buena parte de la agenda global del siglo XXI. Abjuró del cambio climático, embistió contra los movimientos feministas y rechazó cualquier atisbo de pretensión igualitaria y de ampliación de derechos. Hizo un raconto ideologizado y radical de un “mundo propio” que no se corresponde con el mundo real.
Seguramente la frutilla del discurso fue la advertencia – remake de los años 50, 60 y 70 del siglo pasado – que "occidente está en peligro" porque la mayoría de las ofertas políticas son "variantes colectivistas", poniendo en este grupo a "comunistas, socialistas, socialdemócratas, demócratas cristianos, neokeynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas".
Veamos algunos datos que desmienten la “panacea” capitalista libertaria y el axioma falaz “que el mercado no tiene fallas”. Los datos empíricos, y quitarse la anteojera ideológica, sería de gran ayuda. Desechar la fracasada y burda “teoría del derrame” también.
De acuerdo al último informe de Oxfam “Desigualdad S.A.”, la riqueza de las cinco personas más ricas del mundo se ha duplicado desde 2020, pasando de 405.000 millones de dólares a 869.000 millones. Entretanto los ingresos de 5000 millones de seres humanos, dos tercios del total de habitantes del planeta ha disminuido. La teoría del derrame pareciera no estar funcionando.
El director ejecutivo de Oxfam, Amitabh Behar, es lapidario acerca del “creciente poder de grandes empresas y monopolios”. Son “una máquina de generación de desigualdades...mientras exprimen a sus trabajadores, arman esquemas de elusión fiscal…privatizan los servicios públicos… aceleran el colapso climático...menoscabando nuestras democracias…”.
Sobre el desigual reparto de la riqueza, la ONU advertía en 2022 que el 10 % más rico de la población mundial se lleva el 54 % de la renta total del planeta, mientras que la mitad más pobre – más de 4000 millones – apenas obtiene el 6, 5 %. Esto no debiera llamar la atención, lamentablemente, si se tiene en cuenta que desde 1995 el 1% más rico ha acaparado cerca de 20 veces más riqueza global que la mitad más pobre de la humanidad.
Los datos conmocionan, no por desconocidos, sino por contundentes. El 1 % más rico de la población mundial – unos 80 millones de personas – posee más riqueza que 7000 millones, esto es el 90 % de los habitantes del planeta. De hecho, si de desigualdad hablamos, los 21 más ricos del mundo tienen más riquezas que todas las mujeres – alrededor de 700 millones - de África.
"A veces el ser bruto no alcanza y uno debe esmerarse por parecer peor aún"
Sobre las mujeres, ninguneadas y denostadas por el Presidente argentino, el propio Foro Económico Mundial, junto con el Instituto de Salud McKinsey elaboró un informe como parte de la “Iniciativa de Salud de la Mujer” con el objetivo de “cerrar la brecha de salud de las mujeres… para mejorar vidas y economías”. Allí da cuenta de la riqueza global y la mejora de participación laboral y el impacto en la calidad de vida de las mujeres que se puede generar, con propuestas que incluyen "incentivar nuevos modelos de financiación hasta invertir en investigaciones centradas en las mujeres e implementar más políticas de salud inclusivas".
Es que la desigualdad y el crecimiento de la pobreza – dogmáticamente achacados por el outsider paleolibertario al socialismo / populismo/ progresismo/ estatismo y variopintos "ismos" fruto de su anacrónica y sesgada mirada global – son fenómenos más complejos y diversos que los que explica el reduccionismo simplista del líder de "las fuerzas del cielo".
El cambio climático, quizás el tema que más preocupa por sus efectos en el mediano y largo plazo, también ocupó un momento de su intervención. El absoluto desconocimiento acerca de la temática y sobre todo la fuerte matriz ideológica que imprimió a su alocución no merece siquiera discusión. Es “el socialismo” – claro, sino quien – el responsable de “plantear un conflicto entre el hombre y la naturaleza, al sostener que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa”. A veces el ser bruto no alcanza y uno debe esmerarse por parecer peor aún.
Cruel paradoja, pero cada uno de los puntos que aborda la agenda del capital más concentrado, que abona y replica el ideario neoconservador liberal vernáculo, tiene su contrapunto de manos de estados y organismos emblemas del mismo capitalismo planetario.
Ejemplo de este accionar es la fuerte multa que el organismo antimonopolio de Francia ha aplicado a Bernard Arnault, segundo hombre más rico del mundo y presidente del imperio de artículos de lujo LVMH. En igual dirección, de intervención estatal para defender la competencia y preservar a los consumidores, es la demanda que el gobierno de Estados Unidos ha llevado contra Amazon, firma emblema del magnate Jeff Bezos, por “hacer uso de su poder monopolístico…. para elevar los precios, rebajar la calidad del servicio y limitar la competencia”.
Finalmente el mito paleolibertario de la Argentina “potencia” de finales del siglo XIX no podía estar ausente. La propia fuente que mencionan para sostener su hipótesis los contradice. Esclarecedora es la columna del prestigioso académico - politólogo y economista – Pablo Tigani en ámbito Financiero del 18 de octubre de 2023 sobre el particular.
Tigani rebate la falsedad de esta argumentación y explica. “Según la base Maddison - la serie de datos históricos sobre desarrollo económico más confiable y la única con datos anteriores a 1900 - la Argentina comenzó el siglo XX en el puesto 13 entre 45 países relevados (según el PIB per cápita medido en Paridad del Poder Adquisitivo -PPA-) y no en el primero. Para agregar que actualmente, utilizando la misma base y cantidad de naciones, también es falso que Argentina figure en el puesto número 140 del ranking, sino que ocupa la trigésima posición”.
Aquí entonces un breve resumen de la participación del representante argentino en el Foro Mundial Económico. Fuera de las loas de sus acólitos y unos pocos medios y comunicadores afines, el resultado de su prueba en las grandes ligas del capitalismo global es más que insatisfactorio.
Más allá de algún comentario de aprobación en las redes – Elon Musk por caso -, o de algunas selfies con la bulgara kristalina Gueorguieva - cara visible del FMI -; lo cierto es que la presencia del paleolibertario dejó sabor a poco en los oídos, y especialmente en la agenda de negocios de los líderes del capitalismo mundial.
Quizás los sueños y promesas del paraíso a la vuelta de la esquina – dentro de unos 35 años según el propio Milei – terminen como la paradoja de Von Hayek. El “padre de la escuela austríaca” – como el líder paleolibertario – rechazaba el Estado y cualquier intromisión de este en la “vida del individuo”….pero finalmente terminó sus días atendido gratuitamente durante meses, en un hospital estatal de Freiburg im Breisgau, en Alemania, pagado por los alemanes.
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