Aunque ya tiene media sanción del Senado, el gobierno provincial decidió dejar de lado el proyecto de reforma tributaria que para aumentar la recaudación habilita aumentos del impuesto inmobiliario urbano y rural de hasta un 200 por ciento.
En cambio, promueve la aprobación de una iniciativa presentada por el diputado provincial Juan José Bahillo (PJ) que busca incrementar la alícuota de ingresos brutos a los bancos. La novedad se conoció en la última reunión de la Comisión de Presupuesto y hasta ahora no hubo explicaciones oficiales respecto del cambio de planes.
En la sesión del 6 de marzo, el Senado dio media sanción al proyecto de ley proveniente del Poder Ejecutivo de reforma del Código Fiscal y de la Ley Impositiva 9.622. La iniciativa original planteaba un ajuste por inflación de los impuestos automotor e inmobiliario rural y urbano.
El proyecto fue trabajado en comisión y desde el peronismo se hicieron numerosas objeciones, pero con el argumento de la oposición constructiva finalmente el bloque no hizo valer su mayoría y la aprobación se dio por unanimidad.
Sí lograron imponer el índice RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), más benévolo, pero aún así el gobierno se encaminaba a quedar facultado a disponer subas de hasta el 200 por ciento. Lo reconoció el senador provincial Víctor Sanzberro (PJ – Victoria): “No los salvamos del aumento que se viene, que puede llegar a ser del 200 por ciento, pero tratamos de atenuar los impactos que el contribuyente deba soportar”, se sinceró al término de la sesión.
Otra de las modificaciones logradas fue la incorporación de un artículo de un proyecto de reforma del Código Fiscal presentado en enero por Bahillo. La iniciativa del ex secretario de Agricultura de la Nación apuntaba a fortalecer la recaudación eliminando exenciones al sistema financiero pero no había logrado avanzar en la cámara baja.
En su momento, el dirigente Guillermo Michel, ex titular de Aduana que participó de la redacción de la iniciativa, realizó una defensa política y explicó en sus redes sociales: “La recaudación de Ingresos Brutos por el año 2023 vinculada al sector financiero terminará superando los 18.000 mil millones. Son solo 26 las entidades financieras que tributan este impuesto en Entre Ríos. Un solo banco representa el 40 por ciento del total de la recaudación y seis entidades financieras concentran el 80 por ciento. Una proyección lineal indica que la recaudación de Ingresos Brutos de esa actividad podría incrementarse en, de piso, un 15 por ciento”, expuso.
Con ese artículo incluido, el proyecto del Poder Ejecutivo se encaminaba a ser aprobado en la Cámara de Diputados, pero en la reunión de la Comisión de Presupuesto que tuvo lugar este lunes se informó a los presentes de un cambio de planes.
El diputado provincial Bruno Sarubí (JxER), que preside la comisión, fue el encargado de informar que, pese a la media sanción, se había decidido dejar de lado el proyecto y, en cambio, se trataría el de Bahillo.
Según el acta de la reunión, los oficialistas Sarubi y Marcelo López no dieron mayores explicaciones que la necesidad imperiosa de aumentar la recaudación. Bahillo aprovechó la oportunidad para precisar que con el aumento en 1 punto de la alícuota de Ingresos Brutos a las entidades bancarias y financieras se obtendrían unos 3 mil millones de pesos adicionales. También mencionó que se habían adoptado medidas similares en Santa Fe, Córdoba y la ciudad de Buenos Aires.
Finalmente, se acordó que el proyecto será incorporado a la orden del día de la próxima sesión para ser tratado con o sin despacho de comisión.
La explicación oficial para la decisión política de planchar un proyecto propio con media sanción e impulsar uno de la oposición aún no se conoció. Sí trascendió que un punto importante son las quejas que viene expresando el campo sobre un posible aumento de impuestos.
Los integrantes de la Mesa de Enlace vienen manifestando su preocupación y mantuvieron esta semana una reunión en Casa de Gobierno. De allí salieron diciendo que vienen de tres emergencias consecutivas y que un aumento cercano al 200 por ciento los “arruinaría económicamente”.
Quedó en evidencia que pretender aumentar los impuestos en base a la inflación fue una mala idea que no se pudo sostener y también se mencionó en ámbitos de Casa de Gobierno que al texto “se lo podó tanto” en comisiones que es mejor dejarlo de lado y diseñar para más adelante una reforma impositiva más amplia.
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