El dirigente uruguayense Juan Martín Garay reflexiona sobre el concepto de la libertad en sus variadas expresiones e interpretaciones.
Por JUAN MARTÍN GARAY (*)
Imagen:Ilustrativa
Expresa la filósofa Judith Butler que cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, esta debe ser una libertad basada en la igualdad. Porque en efecto, no podemos encontrar la una sin la otra. La libertad es entonces una condición que depende de la igualdad para realizarse. Y como bien sabemos, nadie puede realizarse en una comunidad que no se realiza.
Ahora bien, yendo a nuestra realidad, no menos cierto es que las diversas intelectualidades de nuestro país no han sabido o no han podido tener la suficiente claridad para interpretar las claves de la manera de estar -bajo un sesgo de no libertad- de quienes se encuentran en una condición de exclusión.
Ciertamente no ha habido el coraje suficiente para afrontar desde una concepción integral, de desarrollo humano verdadero, con planificación y visión de futuro que se aboque a las personas y su contexto, un país que los incluya desde el conocimiento, desde el trabajo y no desde la mera asistencia.
La máxima siempre fue que gobernar era crear trabajo, jamás que era sólo asistir, pero hoy debemos comprender que además gobernar no sólo debe ser crear trabajo, sino que fundamentalmente pasa en este tiempo por incluir. Dejar fuera del sistema a quienes estaban dentro o no incluir a quienes están afuera es un error que se pagará caro en el corto y mediano plazo.
Educación y liberación
En tiempos donde la libertad se vitorea, es bueno traer a colación para la reflexión de todos, que la educación se nos presenta siempre como (quizás la única) oportunidad real de liberación del ser humano. Por tal razón cada vez más se hace necesario comprender el fenómeno del accidente del nacimiento. ¿Qué significa esto? Está dado porque nadie elige donde nacer, en que familia, ámbito o condición social, por tal motivo es eso, un accidente; una situación no planificada ni prevista por quien viene al mundo y que requiere de acciones por las que descubramos que nuestro futuro como Nación depende de la forma en que resolvamos la inserción en el mundo del conocimiento de todos los argentinos, sin excluidos ni marginados de ningún tipo. Más allá del accidente del nacimiento.
Desde el fortalecimiento de los lazos de pertenencia solidaria a la comunidad, he ahí la clave para dar el salto de calidad en nuestra ciudad y salir del aletargamiento para potenciar nuestras fortalezas.
Como bien nos interpela Carlos Skliar, quienes estamos en función pública a diario estamos conviviendo con el dolor ajeno, el dolor de quien necesita del “otro”, el dolor de ser reconocido, el dolor de los problemas, el dolor de la ignorancia, el dolor del olvido. Reconocer al “otro” como sujeto de derecho, como persona, es algo tan simple pero que muchas veces puede escapar hasta en los más mínimos ejemplos a quienes tenemos la responsabilidad circunstancial de conducir algún estamento de los destinos del Estado en cualquiera de sus manifestaciones.
Esto ocurre generalmente por lo consuetudinario de las acciones y hechos, otras tantas porque no se está preparado para afrontar la responsabilidad que conlleva estar en una función determinada. Las administraciones muchas veces se pierden en el largo camino de la burocracia y las necesidades siempre están a una velocidad totalmente distinta de ésta.
El Padre Atilio Rosso tiene razón cuando decía que “la velocidad de los problemas escapa a la posibilidad de las soluciones, por eso muchas veces hay que ir por la tangente”. Es allí donde debe primar el ingenio, por eso practicidad con pragmatismo muchas veces son más que necesarias.
Para al análisis de lo actual
Haciendo un poco de historia, bueno es recordar que cuando cayó el Muro de Berlín y posteriormente el comunismo europeo, se generó una nueva situación política mundial. La nueva realidad de las economías occidentales desarrolladas, lanzadas a una fuerte renovación tecnológica de la mano de una agresiva transnacionalización de sus actividades, aceleró la gestión política de los procesos integrativos.
En el año 1991 el Papa Juan Pablo II dio a conocer la encíclica “Centésimus Annus” con motivo de cumplirse cien años de la encíclica “Rerum Novarum”, la misma que había sentado las bases de la doctrina social de la Iglesia Católica a fines del siglo XIX. El Papa, en ella, reflexionó lo siguiente: “¿Se puede decir que después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo? Si por capitalismo se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta es ciertamente positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de economía de empresa, de economía de mercado, o simplemente de economía libre. Pero, si por capitalismo se entiende un sistema en el cual la libertad en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral, y la considere como una particular dimensión de la misma cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa. La solución marxista ha fracasado, pero permanecen en el mundo fenómenos de marginación y de explotación, especialmente en el Tercer Mundo, así como fenómenos de alienación humana, especialmente en los países más avanzados, contra tales fenómenos se alza, con firmeza, la voz de la Iglesia. La moderna economía de empresa comporta aspectos positivos, cuya raíz es la libertad de la persona, que se expresa en el campo económico y en otros campos. Hay, además, diferencias específicas entre estas tendencias de la sociedad moderna y las del pasado, incluso reciente. Si en otros tiempos el factor decisivo de la producción era la tierra, y luego lo fue el capital, entendido como conjunto masivo de maquinaria y de bienes instrumentales, hoy día el factor decisivo es cada vez más el ser humano mismo, es decir, su capacidad de conocimiento, que se pone de manifiesto mediante el saber científico, y su capacidad de organización solidaria, así como la de intuir y satisfacer las necesidades de los demás”.
Locales otra vez
En el plano local, y yendo de lo general a lo particular como respuesta práctica al alcance de la mano, bueno es mencionar la existencia del Consejo Interuniversitario Local -como órgano horizontal de coordinación, consulta y de propuesta de estrategias de desarrollo universitario en el ámbito local y regional- que nuclea a la Municipalidad y las Instituciones Universitarias con asiento en esta ciudad: UNER, UCU, UADER Y UTN.
Desde el fortalecimiento de los lazos de pertenencia solidaria a la comunidad, he ahí la clave para dar el salto de calidad en nuestra ciudad y salir del aletargamiento para potenciar nuestras fortalezas.
La Sociedad del Conocimiento en la que estamos inmersos posee aspectos en donde la economía se basa casi de manera exclusiva en la innovación tecnológica y la capacitación de las personas. En este siglo XXI, en tiempos de la Pos Modernidad, “La Tercera Ola” de Alvin Toffler y la Sociedad del Conocimiento, en la “Histórica” (que además de historia tiene mucho futuro), podemos ver como las bases para un desarrollo sostenible que posibiliten la liberación del ser humano pueden ser posible. De nosotros depende.
Así como hoy somos beneficiados de lo que otros pensaron y lucharon hace muchos años, hagamos lo posible, con masa crítica organizada, para sentar las bases de las nuevas luchas y así poder alcanzar conquistas sobre las que se afiancen los beneficios de las próximas generaciones de uruguayenses. Recordemos siempre que primero, única y exclusivamente, ante todo, está la gente. Pensemos juntos, luchemos juntos.
(*) Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente de Bloque Concejales PJ 2023-2027. Secretario de Gobierno Municipalidad de C. del Uruguay 2019-2023. Presidente de Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. |