En días tan oportunos como estos, veamos lo que pensaba sobre la educación y el rol del Estado este auténtico liberal entrerriano (y compárese con quienes hoy usan la palabra "libertad" para encerrar intenciones que van exactamente en el sentido contrario).
Por AMÉRICO SCHVARTZMAN
José Benjamín Zubiaur (1856-1921) fue el primer presidente de la Asociación Educacionista "La Fraternidad". Rector del Colegio del Uruguay, delegado argentino en el Comité Olimpico Internacional, promotor de la educación igualitaria para varones y mujeres (fue quien abrió las puertas a Teresa Ratto, primera mujer en el Colegio del Uruguay).
Decidido impulsor de la educación técnica, práctica y física, discípulo y amigo de Alejo Peyret, hombre de ideas avanzadas, abogado egresado de la Universidad de Buenos Aires, doctorado en Leyes con una pionera tesis titulada “La protección al niño”.
La enseñanza no se propone ayudar a ganapanes o a formar adeptos, sino formar seres humanos y ciudadanos, unidos por propósitos comunes y por ideales de justicia. No es función privada ni de ninguna iglesia, pues, sino del Estado.
Fundador de la revista pedagógica "La Educación". Primer vicepresidente de la Liga Nacional de Educación. Por si todo lo anterior fuera poco, además fue pionero de un pensamiento y acción ambientales al fundar la "Sociedad Protectora de Niños, Pájaros y Plantas". En días tan oportunos como estos, veamos lo que pensaba sobre la educación y el rol del Estado este auténtico liberal entrerriano (y compárese con quienes hoy usan la palabra "libertad" para encerrar intenciones que van exactamente en el sentido contrario).
"La enseñanza no es una industria, ni debe ser religiosa. Ella no logra sus fines sino cuando los poderes públicos la toman como una función, y los maestros como un sacerdocio. La enseñanza no se propone ayudar a ganapanes o a formar adeptos, sino formar seres humanos y ciudadanos, unidos por propósitos comunes y por ideales de justicia. No es función privada ni de ninguna iglesia, pues, sino del Estado, porque sólo este, que es la resultante de todas las fuerzas sociales, puede organizar una enseñanza que no ofenda conciencia alguna y que abrace en su seno a todos los espíritus, ni responda a un propósito de lucro, sentimiento tan antípoda de su elevada función".
"Si se quiere que alguna vez haya paz, paz en la sociedad, paz en los espíritus, póngase la enseñanza en la sola mano del Estado, a fin de que él armonice la educación, así con el desarrollo de la cultura, como con el sistema político. Que la educación sea republicana bajo la República, que fortifique en los corazones el respeto a las autoridades y a las leyes, y el amor a la libertad y a las instituciones, que forme a la juventud con igual energía para que rechace las tendencias reaccionarias contra los progresos realizados y las tendencias revolucionarias contra el orden establecido, que la forme en sentimientos de tolerancia, de concordia y de patriotismo, tales son las aspiraciones políticas que se deben desarrollar por medio de la enseñanza".
"La enseñanza debe desprenderse cada vez más del poder político para ser ejercida por el poder técnico o científico. (...) Pero las ramas de la enseñanza fracasarán siempre si, como primera condición, no tienen asegurada su existencia económica mediante la renta propia que den y aseguren y no sólo ofrezcan la constitución o la ley. (...) Así la capital y los territorios tendrían todos los edificios escolares necesarios, estarían estos bien dotados, existirían los demás anexos materiales que faltan y el servidor de la escuela, el maestro, tendría el sueldo decente que se le mezquina aún, y con el sueldo, el respeto y la consideración que, a menudo, les falta ahora".
Fuente: José Benjamín Zubiaur en "Evolución regresiva", 1912 (artículo incluido en el librito "Propaganda liberal", que reúne textos de Zubiaur y de Francisco Barroetaveña).
Fotografía: en revista "Caras y Caretas", 1916.
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