Pepe Guerra había cumplido 80 años en octubre y padecía cáncer. Desarrolló una carrera que lo convirtió en uno de los músicos más destacados del canto popular uruguayo. Fue el creador del emblemático dúo Los Olimareños junto a Braulio López.
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José Luis “Pepe” Guerra, una de las máximas figuras de la canción popular uruguaya, falleció este jueves a los 80 años. El artista, exmiembro del emblemático dúo Los Olimareños, padecía cáncer. La noticia fue confirmada por su familia y la productora AM en un comunicado oficial.
"Desde la familia cumplimos con el penoso deber de comunicar el fallecimiento de Pepe", comienza el texto, que aclara que "en estricto apego a su voluntad no se realizará velatorio ni ceremonia fúnebre pública".
"Entendemos importante informar que Pepe desde hace un largo tiempo venía sosteniendo una dura y porfiada lucha contra el cáncer, al que de manera valiente enfrentó y venció. Tristemente su cuerpo no pudo tolerar el desgaste y finalmente se fue en paz, en su casa y rodeado de sus seres queridos", agrega.
El comunicado agradece "de parte de sus familiares y amigos" a "las muestras de cariño brindadas en este momento y a lo largo de toda su vida". "Tal y como Pepe lo expresaba, tanto sus restos como su guitarra, serán 'enmudecidas en la tierra musical donde él soñó'", cierra.
Un pionero con los Olimareños.
Con el dúo que encabezó junto a Braulio López entre 1960 y 1989, Pepe Guerra publicó 44 discos y le dio voz a un repertorio repleto de clásicos como "'Ta Llorando", "Los Orientales", "Orejano", "Nuestro camino", "Milonga del fusilado" y "Los dos gallos".
Los Olimareños, además, fueron pioneros en la mezcla del lenguaje folclórico con ritmos autóctonos populares. El disco Nuestra razón (1969) marcó el inicio de este intercambio, específicamente con la canción "Candombe Mulato", una de las primeras en tener ese ritmo en guitarra e incluir tambores.
Luego, en Cielo del 69 (1970), se sumergieron en la canción carnavalera con “Al Paco Bilbao” y “A mi gente”, búsqueda sonora que profundizarían en el disco conceptual Todos detrás de Momo (1971), con 23 composiciones de Lena donde se mezclan la murga y las críticas sociales y políticas que definían a su música.
En 2019 y en diálogo con El País, Guerra reafirmó el rol del dúo como uno de los impulsores de la canción uruguaya: "En aquellos años estábamos terriblemente influenciados por el folclore argentino y la canción nuestra prácticamente no existía. Somos un poco responsables junto con Ruben Lena y Aníbal Sampayo, y después vinieron Alfredo (Zitarrosa), El Sabalero. Pero antes no teníamos una cara musical".
"Nuestras canciones se han ido corriendo de generaciones: de abuelos a hijos y de hijos a nietos", aseguró. "Además, tienen mucha historia; son muy pesadas: una canción nuestra te puede recordar cómo se casó una pareja, pero también te puede recordar a un hijo desaparecido que todavía no apareció. Además despiertan un sentimiento que de pronto no lo produce un veterano que viene de otro país. Es una connotación y una emoción única".
En ese sentido, "A Don José", compuesta por Rubén Lena, es una de las más significativas de su repertorio e incluso fue declarada por ley como un himno cultural y popular uruguayo. "La cantaron todos. Hasta la banda del ejército, y esa es la importancia de la canción: no hay partidos políticos de por medio, porque todos la cantan”, dijo en 2020, cuando en el Parlamento se realizó un homenaje a Lena. "Ese es el verdadero poder del arte: nace con una pureza intocable”.
"A Don José", originalmente publicada en un EP de cuatro canciones titulado Los Olimareños, se convirtió, además, en una de las piezas clave del concierto de 2019 que el dúo ofreció en el Antel Arena para el que sería su último regreso a los escenarios.
Allí, pero en 2022, Guerra brindaría la que sería una de sus últimas presentaciones: ocurrió en setiembre de ese año y cantó como invitado de Chacho Ramos en su debut en el Antel Arena. Junto a él interpretó “Orejano”, “Nuestro camino” y “Elba María”, tres canciones que tiempo después se publicarían como sencillos por el sello Montevideo Music Group.
“Los conciertos son como un rito donde me siento distinto”, aseguró en 2018. “Yo soy un tipo de lo más tímido, siempre lo fui desde chico. Sin embargo me he tenido que topar con 50 mil personas. En ese momento uno larga el caballo; es como en el partidero de las carreras: largás el caballo y salís. Achatás el copete y bueno”.
En ese sentido, uno de los conciertos más representativos de su carrera fue el que brindó junto a López en el Estadio Centenario. Ocurrió el 18 de mayo de 1984. Luego de 10 años de exilio en el que la difusión de su música estuvo prohibida en Uruguay, López y Guerra regresaron a Montevideo y los recibió una multitud ávida por escucharlos. "Ese día fue muy emocionante, incluso la bajada del avión", contó Pepe.
"Yo creo que nunca me cansé tanto de saludar; la gente te agarraba mientras ibas en el auto. Se calentaron los motores de tres autos", sumó, entre risas. Fue tanta la cantidad de gente que se agrupó para acompañarlos que tardaron tres horas en llegar al Estadio.
El recital del Centenario, que quedó documentado en el disco ...Si este no es el pueblo, se realizó bajo una fuerte tormenta. "No teníamos ni una lona; aparecieron con paraguas y las guitarras se desafinaron todas", recordó López. "Hubo gente que criticó el espectáculo. Me acuerdo que en una vuelta me cayó un chorro de agua adentro de la guitarra", agregó, entre risas, Guerra.
Su carrera solista
Si bien ya había publicado los discos 'Ta Llorando (1983) y De Chamuyo Con El Tango (1988) con su nombre, su carrera solista comenzó formalmente en 1990 con La Voz del Pepe Guerra, un título inspirado en la canción "Que el letrista no se olvide", escrita por Jaime Roos y Raúl Castro, e interpretada por Washington "Canario" Luna.
Al respecto de 'Ta Llorando, Guerra le contó a El País el álbum fue grabado en el estudio de Sondor mientras López estaba preso en Argentina. “Yo no me quería quedar quieto. Estábamos prohibidos en todo el territorio nacional, pero la prohibición era para Los Olimareños, no para Braulio López y José Luis Guerra. Entonces me hice el vivo”, relató. Fue entonces que en 1976 registró su involuntario debut solista acompañado de Pippo Spera, José Carlos, “Pato” Rovés y Eduardo Márquez.
El disco finalmente se publicó en diciembre de 1983, y abre con la canción homónima, que se convirtió en uno de los emblemas de la época en la que los exilios eran moneda corriente. A su vez, Guerra grabó dos tangos (“Vieja viola” y “Los mareados”), que están entre lo mejor del álbum. “El tango estuvo siempre presente, desde los tiempos de mi madre”, aseguró el músico, quien años después incursionaría con mayor intensidad en el género de la mano de álbumes como El tango, la milonga (1993), Gardel Posta Posta (2003), registrado junto a Pablo Estramín y Vera Sienra; y el ya nombrado De chamuyo con el tango (1988).
Luego de grabar ‘Ta llorando, Guerra organizó una actuación en el teatro de El Tinglado con los músicos que lo acompañaron en el disco. “Teníamos un julepe bárbaro”, relató. “En un momento tenía que tocar la quena y me salía un viento”, contó, entre risas. “La gente lloraba cuando escuchaba las canciones. Días después cayó la taquería y todos para afuera. Se suspendió todo”.
La discografía solista de Guerra también incluye álbumes en vivo que funcionan como una antología de lo mejor de su carrera. En la lista destacan Histórico, que registra su encuentro con el dúo Larbanois & Carrero; y Desde el Olimar, ideado con Copla Alta. "Todo lo que me está sucediendo es muy reconfortante. En vez de quedarme en mi casa, la sigo”, le dijo a El País tras la salida ese álbum grabado en el Auditorio Nacional del Sodre. "Me gusta entreverarme, como perro atrás de un Sulky".
Junto a Copla Alta, además, grabó una de sus últimas canciones. Se trata de "La Chifladita", que se editó el año pasado en el disco En plural con el que el dúo formado por Néstor Moreno y Alejandro Silvera reversionó su repertorio junto a varios colegas.
"Nunca voy a dejar de cantar, pero podés dejar de cantar tan seguido. Eso de todos los fines de semana, no, pero como sé que no me voy a jubilar… Lo que pasa que son muchos años cantando y te cansa", le dijo a El País años atrás. "A veces me cansa la gente también, a fuerza de ser sincero. ¡Tanto saludar! Pero vamos a morir como el pájaro en la rama".
Fuente:El País de Montevideo
Nota original: Ver aquí
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