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Senasa busca un “controlador biológico” para el picudo negro y el rojo

El organismo nacional de fiscalización y control sanitario animal y vegetal estudia ejemplares de picudo negro (Rinus palmarum) recolectados en Entre Ríos, con el fin de poder dar con un método natural para frenar su avance de este coleóptero sobre las palmeras. La investigación se lleva adelante a partir de declarar la alerta por la presencia de picudos rojos (Rhynchophorus ferrugineus), de origen exótico, en la República Oriental y que amenaza con avanzar sobre las fronteras.

 

Ambos tipos de insectos, el local y foráneo, pueden arrasar con las variadas especies de la familia de las palmas. De acuerdo al material al que accedió ERA Verde, los estudios de laboratorio arrojan un mundo de ácaros y parásitos que conviven con los picudos. También nematodos (gusanos) que podrían ser la clave para encontrar otro tipo de enfermedades que afectan a las palmeras.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dio a conocer que un equipo del ente se encuentra analizando muestras de picudo negro encontrados en palmeras ubicadas en territorio entrerriano. La línea de acción de prevención fitosanitaria apunta a tratar de descifrar el comportamiento de esta plaga de las palmeras que se encuentra en crecimiento. Los estudios también permitirían tener herramientas para detener el posible avance en la Argentina del picudo rojo, un “pariente” que ya invadió el Uruguay y disparó las alarmas por su alto poder destructivo.

“De momento no hemos detectado (en Entre Ríos) la presencia del famoso picudo rojo; sí del negro que es rinus palmarum, que ya está citado para nuestro país. Es un coleóptero sudamericano, así que es normal que lo encontremos”, comentó Marisa Regonat, del Laboratorio Vegetal del Senasa. “Lo que más nos ha llamado la atención estudiando estos ejemplares fue encontrar un mundo de ácaros adosado a sus patas, debajo de sus alas o recorriendo todo su cuerpo”, reveló la investigadora en una entrevista oficial a la que accedió ERA Verde.

 

 

Sorpresa bajo las patas

Sobre la vida asociada al picudo, la científica comentó que estos ácaros “son parásitos, ectoparásitos, algunos que usan al Rinus palmarum como transporte, en proceso llamado foresis, para llegar a otros lugares donde las condiciones para que pueda sobrevivir son mejores. Hemos encontrado varias familias de ácaros asociados a Rinus, inclusive ácaros depredadores. Posiblemente de esos ácaros, ectoparásitos. Y también estos ácaros están asociados con hongos y la sorpresa fue encontrar en nematodos”.

 

Sobre este estos gusanos extremadamente delgados, Regonat explicó que “hay algunas especies que son fitófagos, que hacen daño en la palmera, y usan el Rhynchophorus como transporte. Podríamos decir que son los causales de una enfermedad llamada anillo rojo en la palmera. En Corrientes, en 2016, la gente de INTA Bella Vista citó la presencia de este nematodo y nosotros hemos encontrado en Entre Ríos ejemplares de estos nematodos, pero también de otros nematodos saprófagos, es decir que se alimentan de materia orgánica en descomposición”.

De todos modos, la profesional de Senasa aclaro que “en las palmeras donde se colectaron estos ejemplares de Rhynchophorus que tenían nematodos que podían causar el anillo rojo, que eventualmente puede provocar la muerte de la palmera, no se observó tal anillo. Entonces la idea es seguir teniendo registros para seguir viendo si realmente está la enfermedad citada en la bibliografía o no”.

Tonalidades

“Otras cosas interesantes que hemos encontrados asociados a Rhynchophorus palmarum es la variabilidad en color que tienen”, sostuvo la investigadora. “La bibliografía habla que palmarum es negro. Sin embargo, los ejemplares que hemos estado recibiendo tienen una coloración rojiza, bordó bien oscura, hasta llegar al negro. Entonces, cuando se ve a campo, se ve con unos colores más brillantes, diferentes del negro, y se sospecha que se trata del picudo rojo. En laboratorio constatamos de que no. Entonces con más razón hay que prestar atención y con más razón hay que enviar los ejemplares cuando se sospecha ya sea cual fuera el Rhynchophorus para verificar en laboratorio de qué especie realmente se trata”, aconsejó.

 

Fuente: Senasa Comunica.

 

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