El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Renovando la gesta con la que se advirtió sobre las sombras que se alzaban con los proyectos de las faraónicas represas en los años ‘90, distintas entidades socio ambientales convocaron a reeditar una gran remada por el río Paraná.
REDACCIÓN de ERA VERDE
Se prevé lanzar la campaña oficialmente el 2 de febrero, en el Día Mundial de los Humedales, “para visibilizar la importancia de estos ecosistemas y los peligros que enfrentan debido al avance del extractivismo y la privatización de nuestras aguas”, se lee en la propuesta.
También se programan acciones periódicas con un cierre programado para el 22 de marzo, en el Día Mundial del Agua, “con actividades que celebren la vida de los ríos, denuncien las amenazas actuales y fortalezcan las redes de organizaciones comprometidas en la defensa de los territorios”.
“Remar contracorriente por el agua y la vida” es la una nueva marcha de protesta fluvial por el río Paraná que se encuentra en plena etapa de organización para advertir sobre los planes de gestión que conlleva la denominada Hidrovía. La convocatoria a distintos actores comenzó a circular por ONG. “Se alza como un grito colectivo que rechaza este modelo de maldesarrollo. Esta campaña impulsada por organizaciones ambientalistas, colectivos e instituciones argentinas y latinoamericanas junto la Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande”, señala el escrito que resume la propuesta. “Unámonos en defensa de defensa de nuestros ríos”, exhorta.
La iniciativa “Remar…” se inspira en una gesta que cuenta con fuertes raíces históricas y apela a la experiencia de una de las luchas colectivas más destacadas en la región. Se trata de la protagonizada por Raúl Rocco y Luis Cosita Romero, “dos pescadores artesanales” que “en el año 1996 remaron en la canoa ‘Enamorada del río’ durante 22 días desde Ituzaingó (Corrientes, Argentina) hasta Paraná (Entre Ríos, Argentina), para despertar la conciencia de los pueblos del Litoral en defensa de su río e impedir la construcción de una mega represa hidroeléctrica que el gobierno argentino con el apoyo del gobierno de EE.UU.” en el Paraná Medio. “Se trataba de un proyecto con enormes impactos ambientales, sociales y ecológicos, que se logró impedir por una gran resistencia popular que culminó con la sanción de la ley de Entre Ríos Nº 9.092/97”, reseña el escrito de invitación.
Fundamentación
Para el colectivo socio ambiental convocante, “el río Paraná, uno de los sistemas hídricos más extensos e importantes de Sudamérica, enfrenta una amenaza que pone en riesgo su salud, la soberanía regional y el bienestar de las comunidades que dependen de él. Bajo el modelo de la Hidrovía Paraguay-Paraná, el Paraná ha sido transformado en una autopista de explotación al servicio de grandes corporaciones, desconectándolo de su naturaleza viva y su rol esencial como proveedor de agua, sustento y cultura”. Es por eso que “Remar…” se plantea “como un grito colectivo que rechaza este modelo de maldesarrollo”, fundamentan el en documento inaugural.
“El Paraná no es sólo un río; es una arteria vital que cruza siete provincias argentinas y conecta cinco países”, agregan en la fundamentación a la movida de protesta. “Su caudal sostiene economías locales, culturas milenarias y ecosistemas únicos. Sin embargo, el modelo actual de la hidrovía amenaza con profundizar la degradación ambiental y social, poniendo en riesgo la biodiversidad, los humedales y la seguridad hídrica de ciudades enteras. Impactos ambientales: un ecosistema en peligro La propuesta de aumentar el calado del río a 44 pies desestabilizaría hábitats clave, aumentaría la sedimentación y destruiría humedales esenciales para regular inundaciones y sequías. Esto no solo afecta la calidad del agua, sino también actividades como la pesca artesanal, la agricultura familiar y el turismo local”.
Dominados
Desde la remanda se advierte que “el llamado a licitación para la concesión de la Vía Navegable Troncal (VTN) pone en peligro nuestra soberanía sobre el río Paraná”, ya que el actual pliego “deja en manos de multinacionales la planificación y gestión del tramo más estratégico del río, ignorando el derecho constitucional de las provincias a decidir sobre sus recursos naturales”.
En esta instancia, “defender el Paraná es defender la soberanía de nuestro territorio”, aducen en la proclama. Asimismo, como impactos sociales se advierte que “la alteración del río pone en peligro el acceso al agua potable, aumenta los riesgos de enfermedades vinculadas a la contaminación y agrava las desigualdades sociales en un contexto de crisis climática y crisis hídrica. Las comunidades costeras, que históricamente han vivido en conexión con el Paraná, se ven desplazadas y despojadas de sus derechos más básicos”.
Ante este escenario aciago, “Remar…” se plantea “desarrollar procesos activos y colectivos de protección, promoviendo la participación de comunidades locales, pescadores artesanales, pueblos originarios y movimientos sociales en América Latina y el Caribe”. El enfoque, señalan, propone “la gestión sustentable de las cuencas, la restauración de humedales y la defensa de los derechos de las comunidades ribereñas”, así como “incidir en la toma de decisiones políticas y legales, estableciendo agendas y marcos de acción regionales y nacionales en defensa del agua y la soberanía de las cuencas y ríos”.
Finalmente, desde la organización de la nueva gran remada, se hace un llamado “a toda la región para construir una gobernanza soberana y participativa de nuestras cuencas, donde las decisiones prioricen el bienestar de las personas y la integridad de los ecosistemas. Porque defender el Paraná es defender nuestra historia, nuestra identidad y nuestro, futuro”, concluyeron.
Foto de portada: Héctor Ramón Pérez / Unsplash
De la Redacción de ERA VERDE
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