El ex gobernador Sergio Urribarri dijo la semana pasada que en su patrimonio contaba con una empresa dedicada a la siembra de arroz y soja, que disponía desde 2007, como para sostener su crecimiento económico. En realidad, la firma está a nombre de sus hijos Mauro Gabriel –ministro de Gobierno de la provincia- y Sergio Damián, el mayor de los Urribarri, pero que fue comprada en el 2008 a dos humildes prestanombres del conurbano bonaerense, que cobraban planes sociales y aparecen en por lo menos 15 sociedades fantasmas con sede en diferentes lugares del país. Algunas de ellas están vinculadas al kirchnerismo.
Además, la empresa Kriptax Inc Sociedad Anónima –de ella se trata- recién comenzó a operar en el 2013; o sea, hace no más de dos años. Tiene sede en Capital Federal, iniciaron las actividades con un crédito del Banco de Formosa por algo más de 1.200.000 pesos, pero no están registrados en la AFIP Entre Ríos.
Por Daniel Enz (de ANÁLISIS DIGITAL)
“Informo que tenemos con mis hijos, desde el año 2007, una empresa bajo la figura jurídica de SA que se dedica a la siembra de arroz y soja sobre inmuebles arrendados. Dicha sociedad es la propietaria del inmueble de 8 hectáreas a que se hace referencia en el lago de Salto Grande”. La frase del ahora presidente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos y ex gobernador durante dos mandatos, sorprendió a propios y extraños, en el marco de la amplia repercusión que tuvo la nota de la revista ANÁLISIS, de la última edición, que derivó en la apertura de una causa penal por enriquecimiento ilícito, tras la presentación de los abogados Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet. La sorpresa fue porque, por primera vez, Urribarri reconocía su vinculación con una firma relacionada a la actividad del campo, en un momento en que el ex gobernador se puso al frente de la pelea en contra del reclamo del agro, de alguna manera concentrado en Entre Ríos y con la figura de Alfredo De Angeli como líder opositor a Cristina Fernández.
El tema es que Urribarri faltó a la verdad. Por lo menos en lo que dijo públicamente. En realidad, el ex mandatario nunca participó de la empresa Kriptax Inc. S.A. y sólo lo hicieron sus hijos Mauro Gabriel y Sergio Damián. Pero tampoco fue una sociedad que se originó con ellos, sino que “compraron” la firma. El ingreso a la sociedad por parte del actual ministro de Gobierno de Entre Ríos, Mauro Urribarri y de su hermano mayor, Sergio Damián, se produjo el 9 de octubre de 2008 y no en el 2007, como dijera el actual legislador oficialista. Ese ingreso se concretó por la renuncia de María Rosa Barraza y Silvia Guallama, ambas con domicilio en la provincia de Buenos Aires. Se reformó el estatuto y el objeto, porque hasta ese momento era una “constructora, mediante la refacción y reciclado de inmuebles, administración, arrendamiento, comercialización y explotación integral de inmuebles urbanos y rurales”. La fecha de inscripción de Kriptax Inc ante la AFIP fue el 4 de agosto de 2008 y dos meses después pasó a manos de los hermanos Urribarri. Al año siguiente, en el 2009, ya había empezado la construcción de la majestuosa casa de la Península de Salto Grande; el dato figura en el google earth, cuyo sistema permite ver un tiempo anterior cada imagen satelital que se observa por internet. O sea, ya había desarrollado la inversión mucho antes de empezar a tener una supuesta actividad agrícola con la sociedad anónima..
Con la incorporación de los hijos del ex gobernador, la empresa pasó a ser “agropecuaria, mediante explotación de establecimientos rurales en inmuebles propios o arrendados, compra, venta, cría y engorde de ganado vacuno, ovino, porcino o equino. Siembra y forestación y explotación de frigoríficos. Importación y exportación de ganado en pie o faenado, granos y maderas. Compra venta, importación o exportación de fertilizantes, plaguicidas y productos de uso veterinario”. El domicilio fiscal es en el coqueto edificio de calle Junin 658, piso 6, departamento A, torre B, de Capital Federal, donde funciona la firma Darco S.A., dedicada a servicios inmobiliarios.
El punto en cuestión es que las anteriores socias, María Rosa Barraza y Silvia Guallama, formaron una verdadera empresa fantasma. En su momento declararon domicilio en Mendoza 5640, también en Buenos Aires, pero esa altura no existe y en el barrio nadie escuchó hablar de las entonces empresarias. Es más: Guallama y Barraza eran beneficiarias de planes sociales y su domicilio real está ubicada en la villa Carlos Gardel. Ambas cobraron el plan social Jefas de Hogar hasta enero de 2009, cuando se les dio la baja y fueron traspasadas al Plan Familia. A su vez, las dos mujeres, aparecían, por esos tiempos de entre 2007 y 2010, en un total de 17 sociedades fantasmas, que con el correr de los años pasaron a otros “empresarios”. Entre ellos –además de los hermanos Urribarri- aparece el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. El 18 de agosto de 2009, un mes y medio después de su renuncia, Jaime desembarcó en Bit Way SA, junto a su hermano, Eduardo Jaime, también involucrado en las denuncias por enriquecimiento ilícito y dádivas. La nueva sociedad anónima de Jaime fue creada por María Rosa Barraza y Silvia Guallama, quienes renunciaron el mismo día de la confección societaria para dejarle su lugar a los hermanos Jaime. O sea, eran personas sin antecedentes comerciales de ningún tipo, que eran utilizadas para la creación de sociedades anónimas fantasmas, que generalmente se usan para el lavado de activos u ocultar dinero proveniente de la corrupción.
El ex funcionario kirchnerista Jaime –quien en octubre fuera condenado a un año y medio de prisión por cobrar coimas-, además de hacerse cargo de la empresa, cambió la sede social ubicándola en Saenz Peña al 3500 de la localidad de José León Suarez. También una villa de emergencia. Ni siquiera tuvieron en cuenta la Resolución 10/2004, de la Unidad de Información Financiera (UIF) –que investiga lavado de dinero y fraudes financieros– que considera “sospechosa la creación de tres o más sociedades dentro de un período de tiempo corto, cuando al menos uno de los socios es la misma persona jurídica, lo cual es pasible de denuncia judicial”. Obviamente, no es algo casual este tipo de irregularidades: en el 2010, el diario Perfil denunció que los fundadores de las sociedades truchas que aportaron facturas apócrifas a Skanska y Gotti, una de las constructoras del empresario Lázaro Báez, también viven a metros de la Carlos Gardel y sus socios fueron beneficiarios de planes sociales. Wikan Obras y Servicios, Berniers y Constructora La Nueva Argentina operaron con Gotti por más de 20 millones de pesos en facturas.
Las dudas en torno a Kriptax Inc.
Como para tener en cuenta algunos detalles de la firma de los hijos del gobernador, que no dejan de ser llamativos:
--No se entiende demasiado por qué la sociedad anónima Kriptax Inc posee domicilio comercial y fiscal en Junín 658 Piso 6to, de Capital Federal, cuando su actividad se desarrollaría en el interior del país y sus socios residen en Entre Ríos. Es decir que se eligió la constitución del domicilio a los fines de inscribir la sociedad en determinada agencia fiscal de la AFIP, en este caso en la Nro. 50. Aparecen inscriptos en ATER, a partir de 01/10/2008, como contribuyentes por convenio multilateral con actividad en otras sedes y como contribuyente directo de impuesto a los sellos.
--Las actividades principales de la firma no son del 2007, como quedó dicho, ni tampoco en estos últimos cinco años, como para justificar un movimiento de dinero que pueda justificar los ingresos, tanto de Mauro Urribarri o del resto de la familia. La realidad es la siguiente:
A.- Cultivo de arroz, actividad para la que se inscribió recién en fecha 1 de noviembre de 2013.
B.- Cultivo de soja, se inscribió recién en fecha 1 de febrero de 2015.
Con lo cual hace apenas dos años que supuestamente siembran arroz y menos de 11 meses que lo hacen con la soja. Kriptax Inc. S. A. se encuentra inscripta en el registro de proveedores de granos recién en fecha 6 de junio de 2011.
--De acuerdo al Bureau de crédito en Mayo de 2014 la sociedad tomó deuda por 1.209.400 pesos, teniendo siempre la situación crediticia en categoría uno, con lo cual ha pagado en tiempo y forma y debe, a octubre de 2015, un total de $638.700. Toda su deuda se encuentra en el Banco de Formosa S. A., donde el Estado provincial -que maneja Gildo Insfran (PJ)- tiene el 33 por ciento de las acciones. Resulta extraño que siendo sus socios entrerrianos tenga cuenta en el Banco de Formosa.
--María Rosa Barraza y Silvia Guallama siempre aparecen como socias iniciales de distintas sociedades fantasmas, que a los pocos meses de su inscripción son transferidas; entre ellas las siguientes:
-Krilompak SA.
-Losilac SA.
-Kilint SA.
-Kleftes SA.
-Crupo Better Tech SA.
-Kitnos SA.
-Tusaca Tech SA.
-Pilcrow SA
-Bit Way SA.
-Voltare SA.
-Tapati SA.
-Porsbak SA.
-Dinforex SA.
-Desarrollo Sagar Ment SA.
Ahora estará en manos de los fiscales Patricia Yedro y Santiago Brugo, entre otros puntos, que se pueda determinar cómo se creó y adquirió la sociedad anónima de los Urribarri; el motivo por el cual está inscripta en Buenos Aires, siendo que su actividad se encuentra en nuestra provincia o en su caso de acuerdo a la información bancaria en Formosa, cómo se hicieron del crédito entregado por el Banco de Formosa S. A. y si éste se encuentra respaldado con garantía real (hipoteca) y en su caso con qué inmueble se respaldó.
Quizás haya que requerir a los distintos registros de la propiedad de las provincias productoras de soja y arroz, si la sociedad Kriptax in SA ha adquirido propiedades inmuebles, tal como lo indicara el propio ex gobernador Urribarri, en sus recientes declaraciones, respecto de la fastuosa casa del lago Salto Grande, actualmente afectada por las inundaciones en Concordia. O también requerir a la AFIP-DGI todas la declaraciones juradas de IVA compra e IVA Ventas de la sociedad, declaraciones juradas del Impuesto a las Ganancias; si se han emitido Carta de porte a favor de la sociedad y, en su caso, se informe desde qué lugar de traslado y hacia qué destino. De esta manera se podría comprobar dónde se encuentran las supuestas plantaciones y si los campos son propios u arrendados.
Asimismo, sería interesante solicitar a la AFIP y/o ANSES que informe si la sociedad tiene registrado empleados a su nombre, informando fecha de alta y en su caso lugar de trabajo. En fin, hay mucha tarea por hacer. Y esta historia recién empieza.
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