El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
La invitación que el Papa Francisco cursó a Hebe de Bonafini indignó a algunos. Alfredo Leuco y Elisa Carrió entre los más duros. Es verdad que Hebe ha denostado, varias veces al Papa. Hebe ve la realidad en blanco y negro, sin matices. Perdió dos hijos durante la dictadura y tiene que convivir con ese dolor. Quienes dicen quererla le han hecho mucho daño. ¿Por qué la invita el Papa?
Por ANÍBAL GALLAY
El Papa Francisco invitó a Hebe de Bonafini a que lo visite en el Vaticano. La reacción ante este hecho es llamativa. Entre los más indignados está Alfredo Leuco, quien se pregunta cuántas veces Francisco seguirá poniendo la otra mejilla. Le sigue la diputada Elisa Carrió, quien asegura que el Vaticano se ha convertido en una Unidad Básica.
Hebe de Bonafini no es una mujer simpática para muchas personas en Argentina, y sobre todo para las clases sociales más acomodadas. Actitudes prepotentes y frases desafortunadas coadyuvan a esa antipatía.
Perdió dos hijos durante la dictadura y que continúan en condición de desaparecidos. No se quedó en los lamentos y pasó a la acción uniéndose a otras madres y enfrentándose al gobierno. Su ansiedad para que se juzgue a los terroristas de Estado, se vio frustrada con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Con la llegada de Néstor Kirchner todo cambió y Hebe pudo ver como se sentaban en al banquillo de los acusados, otrora poderosos militares. Ello implicó una adhesión incondicional hacia el matrimonio Kirchner.
Además es posible que dirigentes del kirchnerismo la hayan usado. ¿Nadie le dijo a Hebe que construir casas era una tarea complicada? ¿Y que dirigir una universidad no es una cuestión sencilla? ¿Si tanto la querían nadie le advirtió acerca de Sergio Shoklender?
Hebe no tiene inhibiciones para decir lo que se le ocurre en ese momento. Para Hebe la Iglesia formaba parte de la dictadura, sin distinguir matices. Enrique Angelelli y Antonio Plaza eran lo mismo. Pero no se le puede pedir construcciones intelectuales a quien apenas terminó la escuela primaria y convive permanentemente con el dolor, de modo que sus juicios son profundamente emocionales.
Hebe salió a defender a Néstor y Cristina con la misma energía y convicción que la llevaron a enfrentar la dictadura. Así todos quienes osaban criticar al gobierno de Néstor o Cristina formaban parte del enemigo. Entre ellos el cardenal Francisco Bergoglio.
FRANCISCO Y EL PERDÓN
Mario Bergoglio tuvo una relación tirante con el matrimonio Kirchner. Cuando fue elegido Sumo Pontífice las cosas cambiaron. Se acallaron todas las críticas y muchos corrieron al Vaticano a congraciarse con Francisco, entre ellos la misma Cristina.
El perdón es una institución inserta en todas las religiones y en el cristianismo un precepto central. Un pasaje del evangelista Mateo expresa: “Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”
Hebe de Bonafini cumplirá 88 años en diciembre, y su salud no es la mejor. ¿Por qué resulta tan costoso comprender que Francisco haya decidido dejar de lado los muchos improperios de Hebe y proponerle una reconciliación? Hebe ha aceptado la invitación.
Hebe de Bonafini pasará a la historia como una mujer valiente que enfrentó a una dictadura terrorista, apenas con una agrupación de mujeres, un pañuelo blanco y una ronda semanal en plaza de Mayo. Lo demás quedará en el olvido.
Es llamativo que Elisa Carrió quien se dice profundamente católica, de comunión diaria y portadora, hasta hace poco, de crucifijos ostentosos, no pueda comprender un pilar básico del cristiano: la reconciliación.
Levantar el dedo acusador, parece nacer de la mezquindad política y no del análisis equilibrado.
rubengallay@hotmail
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