El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
El perro de raza dogo de la familia del niño muerto trágicamente, es una pieza clave oculta en el juicio. La pericia realizada encontró sangre humana en su boca. Pero el dogo, que nunca fue secuestrado ("por negligencia del fiscal", según la defensa) murió pocos meses después del hecho, sin que se conozcan las causas. Es el único de los animales involucrados al cual la ley considera “raza peligrosa”. En varios países su tenencia está prohibida.
Por AMÉRICO SCHVARTZMAN de la Redacción de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Este lunes 24 se conocerá la sentencia en el caso del niño Lucas Romero, fallecido trágicamente en julio de 2012 al ser atacado por perros a 100 metros de su domicilio, en Colonia Perfección Sur. Por esa causa hay un único imputado, Martin Barral, periodista de El Miércoles Digital, quien optó por no pedir la suspensión del proceso a prueba ("probation"), a pesar de la insistencia del fiscal.
Uno de los elementos centrales en la causa es la presencia de sangre humana en cuatro animales a los cuales la policía tomó muestras el día del hecho. De ellos, solo una muestra pudo identificarse positivamente como perteneciente al pequeño: la que tenía la perra barbincha a cargo de Barral. En los otros casos, se pudo determinar que era sangre humana pero no se identificó que fuera del niño.
De los cuatro perros, el único cuya raza aparece en el listado de razas potencialmente peligrosas de la Ley 10.029, es el perro dogo, propiedad de la familia del niño atacado. Pero el dogo nunca fue secuestrado, y poco después del hecho murió, sin que sepan las causas de ese deceso. Todo ello motivó la dura acusación de negligencia que el abogado defensor Gustavo Soppelsa, realizó al fiscal que tuvo a su cargo la investigación, Fernando Lombardi.
RAZA PELIGROSA
El dogo es una de las pocas razas de perros desarrollada en la República Argentina que todavía existen. Reconocido como un perro de caza mayor, su creador fue el médico argentino Antonio Nores Martínez, quien en la década de 1920 buscaba un animal adecuado para la captura de piezas importantes como jabalíes, pecaríes, pumas. La base fue el perro de pelea cordobés —ahora extinto—, que era una mezcla de razas introducidas en la Argentina por los residentes ingleses, bull terrier y bulldog, con razas que habían traído los españoles, alano español y mastín español. A estas cruzas, que se utilizaban en las peleas de perros, se sumaron líneas de sangre bull terrier y Mastín del Pirineo.
El dogo es considerado una de las razas más peligrosas en el mundo. En varios países es ilegal poseer dogos argentinos sin un permiso judicial específico (Reino Unido, diferentes estados de EE.UU, Alemania, Suiza) y en otros la tenencia es directamente ilegal: Australia, Nueva Zelanda, Noruega, Islandia y Rumania entre ellos. En estos países está prohibida la importación de esta raza.
LA PIEZA QUE FALTA
La primera de las fotos está en el Informe Técnico Fotográfico N° 652/12 del 27 de julio de 2012, el mismo día del trágico suceso, y fue registrada poco antes del hisopado. La tomó el perito de la policía Cristhian Charreun, quien también recolectó la muestra de sangre de la boca del animal. La segunda foto es del 23 de agosto, poco menos de un mes después del hecho. La obtuvo el subinspector Gastón Antoniouw y está en el Informe Técnico Fotográfico N° 727/12.
El informe fotográfico incluye a los cuatro perros a los cuales el hisopado dio como resultado la presencia de sangre humana. Esos cuatro perros son: los dos a cargo de Barral desde hacía un mes (el perro mestizo negro llamado “Bodoque” y la barbincha); la perra boxer de Juan Ciufolotti; y el dogo de los Romero.
En la segunda jornada del juicio oral, el médico veterinario Fernando Müller, de la departamental Gualeguaychú, vio por primera vez las dos fotos que acompañan esta nota. Hasta el juicio, el profesional no sabía de la existencia de un dogo en la causa: "Revisé tres perros. Nunca vi un dogo", dijo. Al ver la segunda foto, le costó reconocer al perro. Fue él quien hizo mención a la mala alimentación que exhibe el animal. Mirando las fotos junto con los miembros del Tribunal, el profesional aseguró que el dogo "sin dudas" es el más agresivo entre los cuatro canes que le mostraron. Y al ver la segunda foto exclamó: "¡Pero está mucho más flaco!". Luego agregó que “además tiene una lesión en la cruz, de un golpe”. El testimonio está grabado y forma parte de las declaraciones producidas en las jornadas del juicio oral.
Müller dijo además que los perros acostumbrados a la caza son más agresivos, y que si huelen o lamen sangre, eso exacerba aún más su agresividad. Cuando el abogado Soppelsa le preguntó si es cierto que las estadísticas indican que la gran mayoría de los ataques mortales de perro se dan en el ámbito intradoméstico, Müller respondió positivamente ("casi la totalidad", dijo).
SIN PERRO, SIN CERTEZA
Apenas 15 días después del suceso, el 9 de agosto de 2012, la fiscalía a cargo de Fernando Lombardi había recibido el informe en el que se conocía que había sangre humana en el hisopado del dogo. La subcomisario bioquímica María Silvina Taleb, de Criminalística, eleva su informe con fecha 6 de agosto. Allí consta la presencia de sangre humana “sin identificación” en los hisopados de los cuatro perros en este pericia, inclusive el dogo.
No obstante, el perro continuó sin ser peritado por un veterinario, y quedó siempre en poder de la familia. El policía Delerse (a cargo del operativo policial) dijo que al dogo se lo dejó en poder del abuelo del niño (Luis) "por orden del fiscal". También explicó que estuvieron “en lo que vendría a ser el patio” de la vivienda de los Romero pero no ingresaron a la casa.
El perro murió poco tiempo después (“a los cuatro meses”, dijo Luis Romero) sin que el fiscal se enterara, cosa que sucedió recién en la audiencia de debate. No se sabe con certeza qué hizo la familia con el dogo, pues el fiscal nunca fue informado, ni tampoco ordenó ninguna pericia sobre el animal. Romero, en el juicio oral, dijo que el dogo enfermó y murió de “sarna hereditaria”. Se trataría de la sarna demodéctica o sarna roja canina. Según los especialistas veterinarios, de las dos variantes más frecuentes de la sarna, es la menos agresiva. Y ninguna de las dos es mortal.
Los perros que estaban al cuidado accidentalmente de Barral fueron examinados por el veterinario, quien dijo que estaban en buen estado de salud, alimentados, y no eran agresivos.
Otro dato importante es que sólo a la perra barbincha le dio positivo el análisis de ADN de la sangre humana, y en cambio el perro señalado como atacante (“Bodoque”) está en las mismas condiciones que el dogo.
LA HIPÓTESIS DE LA DEFENSA
El abogado Soppelsa concluyó su alegato diciendo: “Yo digo que ese perro dogo, que tenía en su boca sangre humana según la única pericia que se le realizó, que es un perro peligroso según la ley, que estaba adiestrado para caza lo que aumenta su peligrosidad, que al mes, según la foto que obra en la causa y según el perito veterinario, estaba irreconocible por lo desnutrido, y que luego murió, yo digo señor Presidente, que ese perro dogo estaba siendo castigado por la familia Romero. ¿Y castigado por qué? ¡Porque fue el autor del ataque! Y porque pegarle un tiro hubiera sido reconocer, encender una luz, de que se estaba escondiendo algo. Por eso el castigo fue hambrearlo. Pero nada podemos saber, por negligencia del señor fiscal”.
TODAS LAS AUDIENCIAS PREVIAS
Aquí compartimos los links de las cuatro audiencias del juicio oral para poder leer la cobertura completa del juicio realizada por El Miércoles Digital.
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