La persona que tiene a su cargo velar por la conducta de los condenados con libertad condicional, junto a los juzgados de Ejecución de Penas, carece de total conocimiento en la materia. Ella debía debía controlar a Wagner. Fue nombrada por el ministro de Gobierno, Mauro Urribarri. En su curriculum figura el logro de haber trabajado para la campaña del Ministro, o haber integrado un Centro de Estudiantes.
El ministro de Gobierno Mauro Urribarri, se mostró el fin de semana con rostro compungido al lado de los padres de Micaela García. Vestido de sport, se exhibió ante la prensa nacional. Por estas horas, los cuestionamientos más pesados de la sociedad y distintos sectores políticos -con razón- apuntan contra el juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Rossi, que dejó en libertad condicional a Sebastián Wagner, doblemente condenado por violación y terminó con la vida de la joven uruguayense. Sin embargo, hay una pata política responsable del atroz crimen y esa garantía debió estar dada por la cabeza del Ministerio de Gobierno y Justicia, Mauro Urribarri.
El hijo del ex gobernador es quien designó en la Dirección del Patronato de Liberados a Gisela Paola Wagner -paradójicamente con el mismo apellido que el violador-, una joven señalada en redes sociales por su carencia de experticia en el tema, pero encargada de velar por la conducta de los condenados con libertad condicional, junto a los juzgados de Ejecución de Penas.
A través del Decreto Nº 315 del Ministerio de Gobierno y Justicia, emitido el 29 de febrero de 2016, Mauro Urribarri designó a Gisela Paola Wagner en la Dirección de Patronato de Liberados. El Patronato de Liberados es la institución encargada de “cuidar” a los condenados que consiguieron la libertad, junto a los jueces de Ejecución de Penas.
Los cuestionamientos hoy se dirigen contra el juez Rossi, con justa razón, pero no es el único responsable. En el propio fallo, el magistrado gualeguaychuense recomendaba a Sebastián Wagner presentarse una vez por mes ante el Patronato de Liberados, algo que el doblemente condenado por violación no cumplió. Así lo confirmó el jefe del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, José Luis Mondragón, quien dijo que Sebastián Wagner “no se había presentado para firmar su obligación -de comparecer- en el Patronato de Liberados”.
El Patronato de Liberados depende del Ministerio de Gobierno y Justicia, tanto así que su jefe designó a la directora de la institución. El área de gobierno es responsable de articular, con el Poder Judicial, el control sobre los condenados en libertad condicional. Además, el Ministerio que conduce Urribarri debió reglamentar el “Registro de Violadores”-creado por ley 10.015-, que hubiese permitido a la comunidad gualeya saber que Wagner estaba en la calle. Precisamente, el Patronato de Liberados debe colaborar, a la par del juez de Ejecución de Penas, “observando al penado” en lo que respecta al lugar de residencia del liberado, el trabajo a que se dedica y la conducta que observa.
De tal magnitud es la importancia de la función del Patronato que, inclusive, puede solicitar que a un preso que obtuvo libertad condicional se le revoque el beneficio por no cumplir las restricciones impuestas por la Justicia, publicó Análisis.
A diferencia de lo que sucede con el juez Rossi, cuyo accionar compromete a la Justicia, el Patronato de Liberados, que compromete la responsabilidad del Poder Ejecutivo provincial, no ha sido mencionada aún.
La responsabilidad política
¿Por qué compromete la responsabilidad del ministro de Gobierno Mauro Urribarri? De hecho, el Patronato de Liberados es la “pata ejecutiva” que también debía controlar que Wagner no violara ni asesinara. Un debate serio que continuara después del golpe mediático del caso Micaela, no puede obviar las responsabilidades patentes del Ministerio de Gobierno y Justicia y Seguridad.
No pueden los legisladores provinciales que van por el juez Rossi -con razón- no investigar lo que sucede en el Patronato de Liberados que depende del Ministro de Gobierno, también responsable de evitar la reincidencia de los reos.
Son públicos los cuestionamientos a la incompetencia de quien está a cargo -por decisión de Urribarri- de la Dirección del Patronato de Liberados. Gisela Paola Wagner -paradójicamente el mismo apellido que el asesino de Micaela-, fue designada por el ministro, con aval del gobernador Gustavo Bordet, en el cargo de “Directora del Patronato de Liberados”.
El decreto que publicó Noticiauno, señala que Gisela Wagner “reúne los requisitos para ocupar el cargo”. Sin embargo, esa no es la opinión de quienes conocen a la joven militante urribarrista, que sólo exhibe en su curriculum el logro de haber trabajado para la campaña del ministro, o haber integrado un Centro de Estudiantes.
La joven domiciliada en Aldea María Luisa, no registra antecedentes de haber ocupado ningún lugar preponderante que le permita exhibir una trayectoria a la altura de un cargo como para el que fue designada.
No es casual la reiterada y en voz baja, advertencia que se hace desde las Unidades Penales que afirman que “los recursos destinados al tratamiento de los internos se despilfarran cuando obtienen el beneficio de la libertad condicional” porque “no hay asistencia tutelar”.
Como todo lo que está sucediendo por estas horas, la red social Facebook ha sido testigo también del descontento generado por la designación de Gisela Wagner. Sin informar lugares de trabajo actuales o anteriores, ni formación profesional alguna, la actividad de la funcionaria en Facebook parece limitarse a compartir con sus amigos opiniones de la ex presidenta Cristina Fernández, o saludar a familiares por su cumpleaños, o postear imágenes y videos en fechas vinculadas a su actividad militante, o prestarse a discutir con simpatizantes de partidos políticos de la oposición, casi con un tinte “infantil”.
Tanto, que en plena búsqueda de Micaela, cuando en las redes sociales comenzaba a tomar fuerza el cuestionamiento a todas las autoridades -incluida ella- por la libertad del hoy asesino, la “Directora de Urribarri” se dedicaba a “cambiar su foto de perfil de Facebook” por una caricatura de “Perón y Evita”, alusiva a una película de cine animada sobre la vida de Eva Duarte.
Testigos que conocen de cerca a la funcionaria plantean severos cuestionamientos a su desempeño y hasta denuncian incumplimiento de sus funciones (posteos recientes):
“Un desastre el Patronato de Liberados. Su único control es hacerlos firmar (a los liberados) una libreta una vez por mes. En una oportunidad les envíe una nota sobre un tipo que había estado preso por una violación y seguía acosando mujeres y bien gracias”, se contó a través de comentarios en su perfil de facebook.
Otros dan cuenta de los motivos que la llevaron a ocupar el cargo:
“Lo que pasa es que el lugar es tan insignificante políticamente, que se lo dan a cualquiera. El punto es qué audacia hay que tener para aceptarlo”. “Es que a veces las personas no piensan en la responsabilidad que les dan sino en sus propias ambiciones de poder... incluso a tal punto de no conocer nada de leyes...”.
Otros señalan la falta de formación y conocimiento de la directora puesta por Urribarri:
“Haciendo mi tesis sobre educación en contexto de encierro, dimos con el patronato de liberados... realmente una vergüenza! La persona que nos atendió no tenía ni la más pálida idea que hacía en ese lugar, mucho menos cuál era el objetivo al que apuntaba la institución!”.
Más comentarios revelan la importancia institucional que reviste la institución para el propio responsable del área, Mauro Urribarri:
“Has ingresado al cuasi garage en el que funciona (el Patronato)? Ahí uno comienza a entender cuál es la importancia que se le da a que las cosas funcionen como deberían... los objetivos de la cárcel una mentira.... los objetivos del patronato otra más grande!”, alertan ciudadanos a través de Facebook.
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