El ex policía estuvo prófugo durante cuatro años, mientras se lo requirió para responder por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar, como miembro de la Delegación Concepción del Uruguay de la Policía Federal. Mazzaferri está acusado por allanamientos ilegales, secuestros, torturas y por pertenecer a una asociación ilícita que fue juzgada en 2012, cuando la causa Harguindeguy que ventiló los crímenes de lesa humanidad cometidos en la costa del Uruguay, llegó a juicio oral y tuvo a Albano Harguindeguy sentado entre los acusados.Comienza el juicio a Mazzaferri, el eslabón perdido de la Federal
Mil seiscientos setenta y dos días estuvo prófugo el represor José Darío Mazzaferri, que a partir de este martes será juzgado en el Tribunal Oral Federal de Paraná por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, en la Delegación Concepción del Uruguay de la Policía Federal.
Mazzaferri es el eslabón perdido de aquel juicio que tuvo en el banquillo de los acusados al jerarca de la dictadura -Harguindeguy-. En ese juicio fueron condenados Julio César Rodríguez, alias Moscardón Verde, y Francisco Crescenzo, también policías federales, publicó El Diario de Paraná.
En el caso de Mazzaferri está acusado por cinco allanamientos ilegales de domicilios y por la privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos en perjuicio de ocho personas durante el año 1976 en la sede de la Policía Federal, y como integrante de una asociación ilícita, en el marco de un plan sistemático de persecución y exterminio de militantes políticos. Por esos delitos podrían darle hasta 25 años de cárcel.
EL DEBATE
El represor llega a juicio detenido en la cárcel de Villa Devoto y después de un largo proceso que tuvo como última incidencia la recusación de los integrantes del Tribunal Oral Federal de Paraná por “prejuzgamiento”.
El motivo para el apartamiento de los jueces es que en la sentencia del primer juicio emitieron opinión respecto de la responsabilidad de Mazzaferri. Al analizar la situación del Moscardón Verde, por ejemplo, el tribunal sostuvo que “respecto a la detención de los jóvenes y su participación en los allanamientos ilegales en los que fue visto, no hay dudas; respecto a los interrogatorios sobre un mimeógrafo y torturas que padecieron en la sede de la Policía Federal donde se desempeñaba Rodríguez, acompañando a un joven oficial que mandaron desde Buenos Aires, Mazzaferri, tampoco”.
En otro tramo, el tribunal señaló a Mazzaferri como integrante del grupo de tareas: “En el ámbito de esta provincia, los ejecutores fueron elegidos según el conocimiento que de ellos tenían los jefes de áreas, así se muestran los actos ejecutivos llevados a cabo (…) en Concepción del Uruguay por el prófugo Mazzaferri. Todas estas situaciones dejan al descubierto que se empleó un modelo preordenado, por lo cual todas las acciones ilegales llevan la impronta de los productores del estándar exterminador”.
El tribunal ad-hoc estará integrado por los jueces Beatriz Caballero de Barabani, Jorge Venegas Echagüe y Otmar Paulucci, de Rosario. El fiscal será José Ignacio Candioti; y en representación de las víctimas intervendrán María Isabel Caccioppoli, Arturo Goldstraj, Marcelo Boeykens, Lucía Tejera y Sofía Uranga. El defensor de Mazzaferri será Guillermo Morales. Las audiencias se desarrollarán los días 6, 7, 8, 9 y 13 de junio y hay 29 testigos citados a declarar, entre víctimas, familiares, ex policías federales de Concepción del Uruguay y ex militares que cumplían funciones en Gualeguaychú. Luego de ello se hará una inspección judicial en la sede de la Policía Federal.
EL INSTRUCTOR
José Darío Mazzaferri nació en Capital Federal el 11 de septiembre de 1952. Llegó a Concepción del Uruguay en 1975, con 23 años y el grado de oficial subinspector, pero enseguida quedó a cargo del área de inteligencia de la Policía Federal, que funcionaba bajo el rótulo de “oficina técnica”.
A partir del 24 de marzo esa estructura comenzó a funcionar como una estructura paralela a las actividades formales de la fuerza y desde allí se coordinaban las operaciones de la represión ilegal, inclusive con otras fuerzas militares y de seguridad. Mazzaferri era el jefe de esa estructura y dependía directamente del Ministerio del Interior, que encabezaba Harguindeguy. Lo secundaba el Moscardón Verde y tenían alrededor de una decena de agentes a su cargo.
Mazzaferri estuvo tres años en Concepción del Uruguay, pero sus tropelías perduran. Los testimonios de las víctimas son coincidentes respecto de su rol en la estructura parapolicial: era quien encabezaba los operativos e instruía a los agentes en las más terribles técnicas de tortura con picana eléctrica. Inclusive a veces utilizaba su propio automóvil Dodge 1500 negro en esos procedimientos ilegales.
“Mazzaferri ha hecho atrocidades en Concepción del Uruguay”, resumió Roque Minatta, un estudiante secundario que permaneció dos semanas secuestrado en la sede de la Policía Federal, donde fue torturado física y psicológicamente.
“Mazzaferri les enseñaba a torturar”, dijo Juan Carlos Romero, que estuvo secuestrado en la Policía Federal en julio de 1976. “Era el que utilizaba la picana eléctrica”, acotó Juan Carlos Rodríguez, otra de las víctimas. César Román, en tanto, contó que una noche lo sacaron del Casino de Oficiales y lo llevaron hasta una habitación en el piso superior. Allí vio a Carlos Martínez Paiva tirado sobre un elástico, atado de pies y manos con alambres. “Apenas entramos, Mazzaferri me apuntó con la picana y se la puso en los genitales a Martínez Paiva, que pegó un grito y se arqueó sobre la cama. Después me dijo que empiece a cantar porque me iba a hacer lo mismo”.
Rosa Gaitán, esposa de Carlos Valente, que estuvo secuestrado en la Policía Federal y falleció en 2011, contó que “por la libertad con que se movía y la forma en que ejercía el poder, (Mazzaferri) era quien marcaba lo que les importaba saber en los interrogatorios; y daba la impresión de que su poder llegaba hasta más arriba”.
En tanto, Jorge Felguer, que estaba cumpliendo el servicio militar en Villaguay cuando fue ilegalmente detenido y trasladado a Concepción del Uruguay, donde permaneció varios días en la Policía Federal, aclaró que estuvo todo el tiempo con los ojos vendados, por lo que no identificó específicamente a Mazzaferri, pero en el juicio describió sus padecimientos: “Un día me llevan por una escalera caracol, me sacan la ropa, me atan a una cama, me mojan, me golpean y empieza la picana. Uno picaneaba y otros dos se divertían aplicando nuevos métodos de submarino”, contó.
EN LA CÁRCEL
Mazzaferri llega al juicio privado de la libertad, ya que está detenido en la cárcel de Villa Devoto. Esta medida fue confirmada hace unos días por la Cámara Federal de Casación Penal, a raíz de un intento esbozado por su defensa para que al represor se le conceda el beneficio del arresto domiciliario por cuestiones de salud.
En principio, el tribunal de casación resaltó que “la defensa no acreditó la existencia de una patología grave ni se refirió a la eventual imposibilidad de tratar su enfermedad en la unidad penitenciaria o en un hospital extramuros”, tomando los argumentos del fiscal José Ignacio Candioti y que fueran reproducidos por el tribunal de juicio.
También advirtieron los jueces de casación que “la circunstancia de que el imputado se mantuvo prófugo durante varios años resulta ser, indudablemente, un elemento que no puede dejar de ponderarse”.El represor se desempeñó en Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
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