El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
El fútbol infantil a los 10 años. Les exigimos. Les gritamos. Los insultamos si visten otros colores. Los insultamos, a veces, aunque vistan los mismos colores. Los hacemos competir. Los hacemos ganar. Después que ganan les decimos que tienen que volver a ganar.
Por MARCELO SGALIA (*)
Los cambiamos de club. Tienen que jugar con resultados, sino que gracia tendría. Los de enfrente son rivales. Le discutimos al entrenador si mi hijo no juega. Nos peleamos con los padres de los gurises del otro club. Nos peleamos, a veces, con los padres de los gurises del mismo club. Queremos que hagan la carrera que a nosotros no nos salió. Nos encantaría que nos salven económicamente. Se lo damos a cualquiera para que lo lleve a probarse en clubes importantes. Les mostramos que tienen que jugar los mejores, sino tienen que quedarse afuera o en el banco.
Cuando el balón rueda los volvemos locos pegados al alambrado. El árbitro es un hijo de puta si no cobra para nosotros. Si un gurí la rompe pero juega para ellos lo sufrimos. Si el profe de ellos dice algo se lo puede agredir. A veces, puede ser también el profe de nuestro hijo. Diez años. Un juego. En Lucas González se jugó el pasado fin de semana el Torneo Provincial de la categoría 2007. Gimnasia venció a La Bianca de Concordia 4 a 0 en la final y se consagró campeón.
Cuando terminó el partido, los gurises uruguayenses fueron a consolar al arquero concordiense, como se viralizó en la foto. El título es ese. Son soplos de aire fresco en medio de tanta locura. Por suerte, también se puede enseñar eso.
(*) Texto publicado en el face personal del autor y reproducido con su autorización.
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