A los 91 años, el reconocido escritor entrerriano falleció en su casa de Colón. Premio Fray Mocho y Premio Cimarrón Entrerriano, Doctor Honoris Causa, autor de libros singulares como “Panambí” y “Entrerriano por el canto”, o de la Cantata en homenaje a Urquiza, deja una obra extraordinaria que seguramente seguirá engrandeciéndose con el tiempo.
Por A.S.
La noticia llegó en la tardecita del domingo 14 de enero: el gran poeta, periodista, escritor y ensayista Jorge Enrique Martí había exhalado su ultimo suspiro en su querida ciudad de Colón, donde residía. Martí había nacido en Rosario el 11 de septiembre de 1926 y a sus dos años su familia se radicó en Entre Ríos, en Colón primero y luego en Pueblo Liebig. Su papá Francisco Martí y su mamá Juana Rosa Rossi, se instalaron en esa entonces pujante localidad, adonde Francisco llegó para trabajar en la fábrica de carnes en conserva: la Liebig´s Extract of Meat Co. Ltd.
Allí, Jorge hizo sus primeros estudios: “Aprendí siendo alumno en la escuela de Liebig, que la poesía se queda en la memoria más que cualquier otra cosa. Las coplitas sencillas que aprendí entonces, me quedaron para siempre”, decia Martí en una entrevista con El Miércoles Digital, y evocaba los versos de Obligado: “Hijo audaz de la llanura y guardián de nuestro cielo/ que arrebatas en tu vuelo cuanto empaña su hermosura”...
El autor de “Panambí” estudió en el Colegio del Uruguay de Concepción del Uruguay, y fue interno de “La Fraternidad”, de la cual sería más tarde director de su Internado Secundario de Varones. Alli, contó, conoció “la maravilla de haber vivido con más de 180 muchachos, de distintas tonadas. Así conoces tu país: entrerrianos y correntinos, chaqueños, formoseños, misioneros, mendocinos, riojanos, salteños, porteños y rosarinos. Era una de tonadas que llegaban y andaban dando vueltas. Ahí aprendí también lo que era tener un amigo”.
Estudió filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires, donde conoció y admiró a uno de sus maestros: Ricardo Rojas. De regreso a su amada Entre Ríos desarrolló una profusa y valiosa producción literaria que ha sido reconocida mediante numerosos premios, entre ellos el premio Cimarrón Entrerriano otorgado por el Gobierno de la provincia de Entre Ríos, la
Faja de Honor de la SADE, el Premio Fray Mocho de Poesía y la nominación entre los Mayores Notables Entrerrianos por el Senado de la provincia.
En su extenso itinerario periodístico, colaboró en las páginas literarias de “La Nación” y “La Prensa” de Buenos Aires, “La Capital” de Rosario y “El Diario” de Paraná. También fundó y dirigió el periódico “Tribuna” y la revista del mismo nombre. Era autor de doce libros; el primero de ellos fue “Panambí”, y entre los más destacados se cuentan “Versos entrerrianos", "Al Colegio del
Uruguay", "Fraternilia", "Antigua Luz" (Faja de Honor de la SADE), "Rapsodia entrerriana", "Entrerriano por el canto".
Además escribió la "Cantata en unión y libertad", en homenaje a Urquiza, con música de su hijo Leopoldo. Estrenada en 2001, fue reestrenada en ocasión de las celebraciones por el Bicentenario de la Revolución en Concepción del Uruguay y Paraná, y en aquella oportunidad cosechó elogios y reconocimiento. Martí explicaba que el texto de la Cantata fue escrito pensando en que fuera “de muy fácil comprensión, de manera que quien la escuche o la lea, la entienda, con una intención casi escolar”.
Su último libro fue "Gurisada", en 2016. Lo editó con la esperanza de que fuera usado en las escuelas: donó al Consejo General de Educación quinientos ejemplares para su distribución en todas las escuelas entrerrianas. Al respecto, le dijo a Mario Villagra: “Es un libro dedicado a los chicos de la escuela primaria de Entre Ríos, para que el que está en sexto grado entienda un poco la entrerrianía o la entrerrianidad, la concepción del paisaje, y para que sepa de algunos personajes de la historia", y agregó: "Quiero que cada escuela de Entre Ríos tenga un ejemplar. Quinientos ejemplares de “Gurisada”, que rompe, además, con todo los manuales hechos por los porteños. He hecho cosas locas para los gurises. No sé si terminé de contar lo que quería, que debo contarlo o recordarlo. ¡Es importante que los chicos aprendan a vivir donde están viviendo y no saben dónde están viviendo!”.
El 13 de Mayo de 2013 la Universidad de Concepción del Uruguay y la Asociación Educacionista La Fraternidad le otorgaron el Doctorado Honoris Causa por su ética, trayectoria y proceder, así como por sus contribuciones tanto en lo que atañe al saber universal, en sus diversas ramas, como en lo que respecta a acciones ejemplares y dignas, relacionadas con el desarrollo y el bienestar de la sociedad.
El gobernador de la provincia, Gustavo Bordet, destacó en su despedida al “poeta y periodista que le regaló a Entre Ríos versos memorables”. Recordó también que en los años 80, cuando Martí fue secretario de Extensión Universitaria y Cultura de la Universidad Nacional de Entre Ríos “yo era consejero estudiantil” y “compartimos nuestro profundo respeto por la democracia recuperada y los valores de la libertad y la política para el bien común”. En su despedida, el mandatario convocó a todos los entrerrianos al compromiso de “cuidar y difundir el legado de este gran creador provinciano”.
En septiembre de 2016, al cumplir 90 años Martí, Mario Daniel Villagra lo pintó de cuerpo entero en una nota mitad entrevista, mitad homenaje (de la cual se tomaron algunos datos para esta despedida), donde el viejo poeta, además, le regaló un soneto por sus noventa años, que dice así:
Es tiempo de mi década novena
y estoy más cerca de la despedida
pero me abrazo al árbol de la vida
con ganas de llegar a la centena.
Apenas pueda componer la escena
seré como una momia renacida
y en el espejo de mi propia vida
un poeta tan viejo que da pena.
Tendré los ojos, pero sin mirada
la boca seca, pero acostumbrada
a los racimos de la primavera
y en mi mano estará la lapicera
para escribir la copla que me espera,
igual que una muchacha enamorada.
A medida que pasan las horas, y más comprovincianos se enteran de la despedida de Jorge Enrique Martí, una de las voces más claras, lúcidas e ineludibles de la poesía entrerriana, se acrecienta la importancia de su obra. Ojalá esta despedida sea una buena razón para que muchos más entrerrianos se acerquen a ella.
Hasta siempre, Jorge Enrique Martí.
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