La crisis que afecta a las cooperativas tamberas de Entre Ríos, no es producto del azar. Cotapa, de Paraná, ahora pertenece al Estado. Cotagú, de Gualeguaychú, está afectada por maniobras de la empresa estatal.
(*) Por MARIO ALARCÓN MUÑIZ
La Cooperativa Tambera de Gualeguaychú (Cotagú) fue la primera de su rubro en la provincia, tras una larga lucha sostenida hace medio siglo. En la actualidad su prolongada y fecunda historia tambalea, según lo revelaron esta semana sus directivos.
“Factores externos deterioran cada día la empresa”, explicaron a EL DIA el presidente Héctor Marks y el gerente Ricardo Ebel., quienes denunciaron acciones de “competencia desleal” por parte de La Sibila, compañía privada de Nogoyá, y de Cotapa, la ex cooperativa de Paraná convertida en sociedad anónima con mayoría estatal, regida por el Estado, que “le paga al tambero hasta un 15% más y vende sus productos en góndolas a precios inferiores”, señalaron.
Cotagú “corre el riesgo de desaparecer”, advirtieron los cooperativistas. Esta semana se inició un plan de ajuste que contempla la reducción de jornadas laborales, entre otras medidas.
A cualquiera le puede suceder. Eso está claro. Pero que tales cosas ocurran en perjuicio de una cooperativa porque el Estado aparece compitiendo, revela un extravío de urgente corrección para evitar daños mayores.
Dicho sea de paso, el gobernador Urribarri se reunió el viernes con representantes de cooperativas y mutualidades de todo el país que hasta ayer deliberaron en Paraná. Se mostró decidido a respaldar al cooperativismo y habló de la acción de su gobierno en favor de la economía social. Nada dijo acerca de la crisis de nuestras cooperativas tamberas ni de la quita de exenciones impositivas al cooperativismo, dispuesta por el ajuste tributario de diciembre pasado.
UNA CUESTIÓN DE CONCEPTO
El gobierno provincial intervino a fines de 2010 para “salvar a Cotapa”, a punto de naufragar. En líneas generales, la política neoliberal de los ’90, su desinterés por el cooperativismo, el colapso nacional de 2001 y algunos errores de conducción empresaria cuestionados más de una vez por dirigentes del sector, motivaron la deserción de la mayoría de los tamberos. Consecuentemente cayó la producción y aparecieron la desocupación y el endeudamiento.
El gobierno intentó solucionar el problema. Cabe destacarlo. Pero la buena intención no alcanzó. No se entendió que al cooperativismo no le cuadran las soluciones capitalistas.
La propuesta oficial consistió en convertir la cooperativa en sociedad anónima. Error básico. La cooperativa es una sociedad de personas; la SA es una sociedad de capitales. A partir de ese equívoco inicial, que se le advirtió oportunamente a las autoridades, sobrevino todo lo que ahora conocemos.
Una ley provincial autorizó la operación y el Estado se incorporó con el 56% a la nueva SA, de la que también forman parte la inicial cooperativa tambera con el 43% y la municipalidad de Paraná con el 1%.
DEUDAS A MONTONES
El 10 de diciembre de 2010 el gobernador inauguró la SA Cotapa. En su discurso prometió “sanear la empresa a corto plazo”. Comenzó así el nuevo período con gerenciamiento estatal. En 2011 se registraron en una sola semana,400 cheques rechazados.
Desde hace un año la gerencia está a cargo del licenciado Jorge Kerz, hombre múltiple. Máster en sociología y docente universitario, comenzó en la administración pública en 2003 como defensor del pueblo de Paraná por corto tiempo; el ex gobernador Busti lo designó presidente del Consejo General de Educación (2004-07); fue diputado provincial (2007-11) y acompañó a Busti como candidato a vicegobernador por el FEF en las elecciones de 2011 enfrentando a Urribarri-Cáceres. Desde abril de 2013 es gerente de la empresa láctea.
El cambio de vereda es lo de menos. Hubo muchos casos en los últimos años. Importan los resultados de la gestión. Al asumir Kerz el déficit de Cotapa rondaba los dos millones de pesos mensuales. El Estado -es decir nosotros- además de la capitalización, ya había subsidiado a la empresa con 4,5 millones de pesos. En su momento la Nación aportó 6 millones de pesos, para “inversiones en tecnología y mejoras edilicias”. En 2011 se habló de modernizar la planta y procesar 300.000 litros diarios de leche. Otro sueño hecho humo.
NO ES POR MALA LECHE
Los resultados están a la vista. Los números no se conocen de manera fehaciente. Sería bueno que el gobierno informara. Se sabe, no obstante, que a los 140 trabajadores se les adeudan tres meses y el último medio aguinaldo. El ministro de la Producción, Roberto Schunk, antes de Semana Santa, prometió pagar por lo menos una quincena el lunes 21. Como eso no sucedió, el personal comenzó una etapa de retención de servicios, levantada el jueves pasado ante un nuevo compromiso de Schunk de presentar a la brevedad un cronograma de pagos. .
Esa es la empresa cuya competencia desleal afecta a Cotagú, la más antigua cooperativa láctea de la provincia. Lejos quedaron aquellos tiempos de los dos mil tamberos de Cotapa, plena actividad de la planta, cría de terneros y vaquillas, fábrica de embutidos, autoservicio de consumo para asociados, comercialización en toda la Mesopotamia, exportación y hasta una mutual.
Ante la crisis, se equivocó el camino. La salida de cuño neoliberal conservador que convirtió la cooperativa en SA, en lugar de solucionar el problema lo agravó. La empresa quedó en un cuadro de liquidación. O de venta a un gran consorcio.
Habrá que ver si a eso no apunta todo ,lo ocurrido. El tiempo lo dirá. Por algo se omitió la ley de cooperativas 20.337, cuyo artículo 19 autoriza la participación del Estado como un asociado más. En este caso podría haber ocupado la sindicatura, no la conducción, conforme lo propuso en su momento el conocido cooperativista Pedro Aguer.
Puede verse que no es por casualidad que Cotagú y Cotapa compartan una difícil situación que compromete la existencia de ambas entidades.
(*) Esta nota se publicó en la edición del domingo 27 de abril de 2014 de El Día de Gualeguaychú. Se reproduce por gentileza de su autor.
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