Lo que ocurre en estos últimos tiempos y especialmente con el tema de las tarifas es que posiblemente la población no entienda los paradigmas de los gerentes gobernantes. Se ha repetido muchas veces que es necesario un cambio cultural. Y los gobernantes están empeñados en ello. ¿Pero, qué quiere decir un cambio cultural?
Por Aníbal Gallay
Se puede exponer esto con una suerte de parábola.
Supóngase un trabajador que tiene un sueldo de catorce mil pesos, por sus tareas de panadero.
José, el panadero, tiene dos hijos en edad escolar. Además concurren al club del Barrio, “Deportivo Churrinche”, donde practican fútbol y vóley. Por ello paga cuatrocientos pesos mensuales que desembolsa con gusto porque ve que sus hijos están allí muy a gusto.
Hace unos días hubo una asamblea extraordinaria y el tesorero del Deportivo explicó que las facturas de luz subieron de siete mil a veintiún mil, el gas de tres a nueve mil y el agua de dos mil a seis mil. Es decir que se ascendió de 12 mil en total a 36 mil. Un 300 por cien.
Explicó el tesorero que era imprescindible multiplicar por tres las cuotas. José calcula rápidamente que el costo iba a pasar de 400 a 1.200. Ello solo en el Club. De todos modos los directivos del club lograron una entrevista con un alto funcionario.
El diálogo
El funcionario aseguró que no había alternativas y que se debía pagar todo lo que se consumía.
Se replicó que se trataba de un club de barrio que funcionaba a pulmón y que atendía a 800 chicos.
-Es una gran acción, pero deben buscar algún modo que el club sea sustentable.
-Si aumentamos las cuotas al triple vamos a perder socios
-Seguramente que será así, pero nada podemos hacer, salvo caer en el nefasto populismo. Se le ha hecho creer a los habitantes del barrio que pueden practicar deportes casi gratis… Eso ya no será posible.
-Pero habrá que cerrar el club y los chicos ya no tendrán posibilidades…
-Sí, pero si el club tiene que cerrar es porque no es viable… Para ser claro. Las personas ricas tienen clubes para ricos como el Jockey Club, los de ingresos medios tienen clubes medio pelo, y los pobres clubes pobres… Y desgraciadamente muchos no tendrán nada porque no pueden sostenerlo. Más claro aún: usted toma la bebida y come la comida que puede pagar. Algunos toman champagne y otros vino en caja.
-¿No habrá posibilidad de subsidiar las tarifas de servicios públicos…?
-Por supuesto que no, y ese es el cambio cultural. Cada uno tiene el nivel de vida acorde con sus ingresos. Pero el sistema es sabio: el club está en crisis, y la crisis es una oportunidad y la oportunidad un desafío. Esos chicos si son capaces harán el mérito suficiente para salir adelante. Y le cuento una historia que les ayudará a entender. Jorge Triaca (padre) comenzó siendo un sencillo trabajador de la industria del plástico. Con el correr de los años llegó a ser socio del Jockey Club porque, méritos mediante, logró amasar una fortuna e inclusive hacer estudiar a sus hijos en los mejores colegios privados. ¿Cómo hizo su fortuna? Es un detalle que no tiene la menor importancia. Su hijo es hoy ministro de Trabajo. Puro mérito personal.
Este supuesto diálogo permite advertir de que se trata el paradigma gubernamental cuando habla de cambio cultural. Y cuando habla de salir del populismo, implica mantener un estado ausente. Toda intervención del estado es enfermiza, nefasta, populista. El secreto de la economía es producir riqueza, que el sistema se encarga que fluya hacia los sectores populares. Hay que tener paciencia, por supuesto.
Los gerentes gobernantes repiten una y otra vez estas afirmaciones. Pero, los argentinos no los comprenden: pretenden educación, salud, recreación, salarios dignos… En fin, vivir un poco mejor. Los gerentes gobernantes son, al fin y el cabo, víctimas de la incomprensión. Es difícil, gobernar a quienes no quieren ser gobernados y se la pasan reclamando.
rubengallay@hotmail.com
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