La llama olímpica de la Juventud llega a Concepción del Uruguay este jueves. La actividad se concentrará en plaza Ramírez, donde se encenderá la antorcha que Pablo Zafaroni, representante olímpico de la ciudad y de la Argentina, portará para exhibirla y depositarla en el Colegio Urquiza.
El trayecto previsto para la Llama Olímpica en Concepción del Uruguay se iniciará a las 13.30 de este jueves 9 de agosto, partiendo en micro desde el Monumento al General Urquiza hasta llegar por 9 de Julio a plaza Ramírez. Ese recorrido será en el móvil de Río Uruguay Seguros, sponsor oficial del Tour de la antorcha olímpica por Argentina.
Una vez en la plaza, se encenderá la antorcha que será portada por Pablo Zaffaroni, campeón en salto con garrocha y número uno del ranking americano en su categoría, para hacer el recorrido por la plaza Ramírez y volver al Colegio Urquiza en donde se descubrirán dos placas simbólicas de reconocimiento a José Benjamín Zubiaur, quien siendo rector del Histórico colegio en 1894, fue uno de los 14 fundadores del Comité Olímpico Internacional.
Durante el acto se presentará el Coro Estable Municipal de Concepción del Uruguay, la banda del Batallón de Ingenieros Blindado 2 y la banda del Regimiento de Artillería 1 “Brigadier General Tomás de Iriarte” de Buenos Aires.
El acto contará con la participación de funcionarios del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, de autoridades municipales y provinciales, de Río Uruguay Seguros, representantes de “La Fraternidad”, destacados atletas uruguayenses, escuelas, instituciones y personalidades educativas vinculadas al deporte, entre otros.
Sin dudas será un acontecimiento histórico para la ciudad, por lo que se espera la participación de las instituciones educativas y deportivas de la ciudad, ya que el espíritu de los Juegos Olímpicos destaca estas dos actividades como fundamentales para el desarrollo humano.
El deporte y el Colegio del Uruguay
Pero la llegada de la llama olímpica implica no solamente rendir un merecido homenaje a José Benjamín Zubiaur, sino reinvindicar a una ciudad que tuvo en el Colegio del Uruguay una institución pionera en la práctica deportiva asociada a la educación.
Los antecedentes se remontan a 1872, año en que el parlamento argentino incorporó al presupuesto la creación de la cátedra de gimnasia en los establecimientos educativos del país.
La iniciativa fue rápidamente receptada por las autoridades del “Histórico”, y a propuesta de su entonces rector, Agustín M. Alió, Juan Laveggio fue designado como el flamante profesor de la disciplina. El decreto de nombramiento lleva la firma de Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda.
Desde allí, pese a los sucesos fundamentalmente económicos, que motivaron la suspensión de los cursos de gimnasia, y la inexistencia de programas de estudio claros, las sucesivas autoridades del Colegio respaldaron la enseñanza de la nueva asignatura.
Será finalmente durante la gestión de Zubiaur, a cargo del rectorado, que la implementación de la enseñanza de gimnasia tuvo una orientación clara, con la incorporación de recursos humanos y elementos para su práctica.
De la mano de Zubiaur llegó a la ciudad J. H. Gibbon Spilbury, de origen inglés, quien organizó y dio regularidad a la práctica deportiva o, como aquel prestigioso rector la denominara: “juegos atléticos al aire libre”.
Es justo reconocer entonces en el Colegio del Uruguay una clara referencia no sólo a la historia institucional de la nación sino también al origen de la educación deportiva de la Argentina.
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