En el día del agricultor se despidió el entrerriano envenenado por los agrotóxicos que se transformó en símbolo de la lucha contra un modelo de producción agropecuaria. En octubre de 2016, Fabián había preparado un mensaje para niños y niñas de una escuela primaria, contando su historia, y lo compartió en las redes. Ese breve texto resume de manera notable su historia y su lucha.
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Por Fabián Carlos Tomasi
Tengo que explicarles algo difícil porque ustedes son chicos y lo que tengo que contar no es muy lindo. Vieron que estoy enfermo. Y creo que saben por qué estoy enfermo. Algo saben. Yo trabajaba en las plantaciones de soja, mejor dicho, trabajaba con los aviones que fumigan la soja.
Y pregunto: ¿saben por qué las fumigan? Fumigar es echar veneno sobre las plantas, pero veneno que no mata a la planta que quieren defender (la soja), sino a todo lo demás. El campo está lleno de hierbas que nacen y viven naturalmente, sin pedir permiso a nadie, pero como a los hombres que cultivan solo les interesa que crezca la soja, entonces esas hierbas… a las que llaman malezas, les molestan y por eso les echan veneno. Para matarlas.
Cuando entré a trabajar yo no sabía lo que hacía. Y me gustaba el trabajo. Después me di cuenta.
Matar a todas las formas de vida que no nos gusta, está mal. Está mal matar a las perdices, a los cuises, a las margaritas, a los pájaros, y todo para que crezca un solo tipo de planta que les da dinero. Está mal, porque la tierra queda lastimada, porque la tierra necesita de todas las plantas y los pájaros y los bichos. Está mal.
¿Saben? Se puede cultivar sin echar venenos.
Pero además, está mal porque lo que echan para matar las plantas, también termina haciéndonos mal a nosotros, las personas. Por ejemplo a mí.
Aunque parezcamos muy distintos, los animalitos, las plantas, las flores y nosotros, somos bastante parecidos. No somos parecidos en la forma, pero todos estamos construidos por ladrillitos que llamamos células.
Ustedes vieron que hay casas grandes y casas chicas, casas lindas y casas no tan lindas. Bueno, pero todas están hechas de los mismos materiales. Están hechas con ladrillos, con arena, con cemento. Y nosotros con los animales y las plantas, también nos parecemos en eso. Aunque seamos más complicados, más grandes o más chicos.
Lo que echan para matar las plantas, también termina haciéndonos mal a nosotros, las personas.
Y por eso, el veneno que le tiran a las plantas nos hace mal a nosotros. Además, las plantas son resistentes, y de tanto recibir el mismo veneno, se hacen resistentes al veneno, y entonces le tienen que echar cada vez más y más... Y así es como nos enfermamos más y más y más.
¿Saben? Se puede cultivar sin echar venenos. Pero no lo hacen porque no saben. Ya se olvidaron cómo es, y la gente que les vende los venenos no quiere que se acuerden. Que se acuerden cómo era no echar venenos y que el maíz o el trigo salieran hermosos.
¿Entienden? Por eso, ustedes que van a ser hombres mañana, tienen que saber, que las personas y el resto de la vida, tenemos que ser amigos. Y que si le hacemos daño, el daño va a volver hacia nosotros.
Tal vez cuando ustedes crezcan y tengan que decidir si seguir estudiando o trabajando, lo que decidan hacer, se acuerden de este escrito… y comprendan que nosotros los grandes hicimos muchas cosas mal. Y de esa forma no nos imiten.
Nada es exitoso si en su camino perjudica a otros.
Fuente: https://www.facebook.com/fabian.tomasi/posts/1038994739546382
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