El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Sin ruido, por medio de un decreto publicado el lunes en el Boletín Oficial, el gobierno provincial decidió privatizar, al mejor estilo menemista, su participación en la cooperativa tambera Cotapa y el frigorífico San José, llamando a licitación para entregar ambas empresas. Casi en silencio. No hagan olas. En contraste, se recuerda el despliegue publicitario que caracterizó los “salvatajes” de Cotapa (diciembre 2010) y San José (julio 2012).
(*) Por MARIO ALARCÓN MUÑIZ
El caso de Cotapa le fue anticipado al gobierno con tiempo y amplitud. La empresa había alcanzado un desarrollo interesante hasta mediados de los’90. La crisis de 2001 provocó estragos, probablemente acentuados por errores propios de conducción.
El gobierno intentó solucionar el problema, pero equivocó el camino. Nunca entendió que al cooperativismo no le cuadran las soluciones capitalistas y convirtió la cooperativa en sociedad anónima. Se le advirtió más de una vez que la cooperativa es una sociedad de personas y la SA es una sociedad de capitales. No obstante, siguió adelante y se incorporó el Estado con el 56%.
En diciembre de 2010 el gobernador inauguró la SA Cotapa. En su discurso prometió “sanear la empresa a corto plazo”. Comenzó así el nuevo período con gerenciamiento estatal. En 2011 se registraron en una sola semana, 400 cheques rechazados.
Además de su aporte de capital compensando deudas al Estado, el gobierno provincial subsidió a la empresa con 4,5 millones de pesos. La Nación agregó 6 millones de pesos, para “inversiones en tecnología y mejoras edilicias”. En 2011 se habló de modernizar la planta y procesar 300.000 litros diarios de leche. No hubo nada de eso. Los resultados están a la vista.
SUEÑOS INDUSTRIALES
No muy distinto ha sido lo de San José. La planta cerró en 2009 al retirarse la empresa brasileña que la explotaba. El 4 de julio de 2012, mediante el imprescindible acto público presidido por el gobernador Urribarri y videoconferencia de la Presidenta, se rehabilitó el frigorífico. Para llegar a esa instancia fue necesario constituir la sociedad mixta Procesadora Ganadera Entrerriana, con el 85% de la Provincia y el resto del sector privado. El aporte provincial se integró con 70 millones de un crédito Bicentenario y 20 millones que subsidió el Ministerio de Agricultura de la Nación.
La planta “nunca trabajó con normalidad”, según lo reveló en su momento el dirigente gremial de la carne, Carlos Molinares. La mayor parte del presente año ha estado paralizada.
Cuando de estas cosas se trata, es inevitable la referencia a Grandes Máquinas S.A., la fábrica de cosechadoras que amagó instalarse en un galpón del puerto de Concepción del Uruguay. Recordamos la primera unidad (¡cómo no recordarla si fue la única!) presentada por el gobernador Urribarri a la Presidenta frente a la Casa Rosada el 12 de marzo de 2012 poco antes de transportarla a Angola. Dicen que nunca funcionó. La fábrica tampoco. De la presentación quedaron las fotos. Y las deudas.
Para ese tiempo la empresa ya estaba en cesación de pagos. No obstante, el Fondo de Inversiones de Entre Ríos (Finder) le depositó dos millones de pesos más, completando así el préstamo de 5 millones y medio que le había otorgado. De esa plata, que es de nosotros, los entrerrianos y alcanza para más de “un sueño”, nada se sabe.
DESCARRILADOS
De los trenes, ni hablar. El enlace ferroviario internacional de Salto Grande, inaugurado en plena campaña electoral el 29 de agosto de 2011, con la asistencia de los presidentes Cristina K y Pepe Mujica, tuvo la duración de un suspiro. Uruguay lo canceló en febrero de 2012 por ineficiente.
Nada se sabe de la promocionada -en su momento- línea Paraná-Federal, para la cual la Nación asignó una partida de 42 millones de pesos el 18 de mayo de 2010. “Reactivan el ramal Norte”, se leyó en un título al día siguiente. Cuatro años después no hay nada.
Algo parecido sucede con el proyecto ferroviario Concordia-Chajarí. El gobernador viajó entre ambos puntos el 28 de febrero de 2010 a bordo de un tren especial, saludado durante el trayecto por militantes embanderados. “En el primer semestre se establecerá el servicio regular; esto va a salir o salir”, enfatizó al llegar a Chajarí. No salió. Han pasado cuatro años y cinco meses.
A veces funciona la línea Paraná-Concepción del Uruguay. Se hizo gran ruido el 28 de junio de 2010, cuando viajó el gobernador y lo recibió una manifestación, pero después casi nada.
PELOTA AFUERA
Otro caso es el del estadio único de Paraná. No se reclama nada porque en realidad es una obra prescindible. Hay otras urgencias. Es mejor pensar los 1.500 millones que supuestamente costaría -si no más-, para mejorar la salud y la educación. Pero se hizo tanto alboroto que se impone mencionarlo.
El alucinante proyecto para 35.000 espectadores (maqueta, fotos, videos, etc.), se presentó en un fastuoso acto realizado en el teatro 3 de Febrero el 21 de junio de 2012. Tras el barullo, las felicitaciones y una costosa promoción con gigantografía incluida, no ha pasado nada. Ni siquiera han carpido el terreno de 54 hectáreas que cedió la municipalidad de Paraná.
VARIOS GLOBOS
Los globos lanzados al aire desde el gobierno provincial han sido tantos, que algunos se han desinflado calladamente y se han perdido. No obstante, recordamos que el 24 de abril del año pasado -aniversario de Crespo- el gobernador anunció la construcción durante su gestión, de las autovías Paraná-Crespo y Paraná-Diamante. La gente aplaudió entusiasmada. No se supo nada más.
Un decreto nacional asignando fondos para obras viales en los departamentos Gualeguay y Gualeguaychú, entregó la Presidenta el 25 de junio del año pasado. Si la plata llegó, si las obras se hicieron, nada se sabe.
El plan nacional Más Cerca “para realizar 500 obras municipales”, se firmó en Buenos Aires el 12 de diciembre de 2012. Hace diez días los intendentes justicialistas reclamaron el cumplimiento de aquel compromiso. Muchos iniciaron las obras y no han visto un peso.
De las 80.000 toneladas de arroz que los productores entrerrianos exportarían a Venezuela según lo anunció Urribarri el 9 de mayo del año pasado, sólo se conoció una exportación de 23.000 toneladas por parte de una empresa santafesina no arrocera. Según trascendió Venezuela pagó por ese arroz con cáscara casi el doble del precio internacional. Los productores, bien gracias. Siguen esperando.
(*) Esta nota fue publicada este 27 de julio en El Entre Ríos y en El Día. Se reproduce por gentileza de su autor.
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