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Los chicos de Parque Sur volvieron campeones al Puerto Viejo

Tras largas horas en la ruta los flamantes campeones argentinos regresaron al barrio cerca de la medianoche. Una gran cantidad de gente se juntó a esperarlos frente al Monumento a Urquiza.

Desde ahí partió la caravana, con bocinazos, cánticos y banderas que se extendió varias cuadras, para transitar toda la 9 de Julio detrás de un autobomba hasta Plaza Ramírez. Luego de una vuelta, la Perón regresó al barrio a la categoría U13 de Parque Sur, que transitó 4.000 kilómetros para consagrar al club campeón nacional por primera vez en su historia.

El Gigante encendió las luces del estadio en los primeros minutos del martes para iluminar a los campeones y desatar una fiesta, que se extendió un par de horas y que la gurisada guardará para siempre, como esa Copa que posó con todos y todas para mil fotos.

Parque Sur festejó el título argentino como merecía, sin importar las casi 30 horas de viaje que lo separaron del barrio.

La noche corrigió a la multitud y los hizo uno solo en el Gigante. Como escribiera Eduardo Galeano; en este caso, eran muchos por error que la noche corrigió. Y el Gigante no durmió para recibir y festejar con los gurises, encender las bengalas, cantar, abrazarse, emocionarse, levantar la Copa, acariciar los tambores y dar la vuelta olímpica una y otra vez, como si el partido recién terminara, al grito de «Dale campeón, dale campeón…».

La categoría U13 del club del barrio volvió campeona argentina de las tierras del oro negro y no se guardó ninguna bandera cuando la noche entraba cabeceando por todos los rincones.

Sí, en ese lugar la noche los corrigió y los hizo uno solo. Los gurises, el equipo, los familiares, los entrenadores, los dirigentes, los allegados, los amigos, los vecinos del barrio y los perros. Todos fueron un club, una bandera, un color, un sentido de pertenencia y un grito: «Vengo del barrio Puerto Viejo…».

Entonces la noche, por primera vez, no durmió. Se quedó cantando en el corazón del estadio, los sueños de los campeones bailaron bajo lo que iluminó la luna y las luces del alba se abrazaron con los campeones argentinos. La noche, al salir del Gigante, se encontró con el día en Cochabamba y Artigas. Y le contó lo que éstos gurises supieron conseguir. Faltaba eso para ser campeones.

Informe: Marcelo Sgalia (prensa del club Parque Sur).

 

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