Será este miércoles 12 de febrero a las 19 en Rocamora y Urquiza. Lo convoca el Frente de Izquierda- Unidad.
Según informaron a este sitio desde ese espacio político, convocan a los sectores políticos y sociales que acuerden con repudiar el pacto para pagar la deuda y la visita del FMI a la Argentina con el objetivo reforzar el nivel de sometimiento de nuestro país a los preceptos del Fondo.
El Frente de Izquierda-Unidad realizará una movilización y un acto central en Plaza de Mayo de Buenos Aires que se replicará en los centros urbanos y políticos de todo el país, entre ellos Concepción del Uruguay.
A continuación reproducimos el texto con el cual el Frente de Izquierda-Unidad argumenta su postura.
SITUACIÓN POLÍTICA
En línea con los dictados del FMI y de los acreedores internacionales, Alberto Fernández hizo aprobar en el Congreso (con la única oposición del Frente de Izquierda Unidad) la ley de “Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Extranjera”, la que representa un cheque en blanco con el cual el gobierno pretende proceder a una reestructuración de la deuda sin siquiera investigarla. La ley, no sólo concentra en manos de Fernández la decisión final sobre las negociaciones con los acreedores, también le otorga la potestad de modificar el presupuesto para dar cumplimiento a los acuerdos a los que se lleguen. Asimismo, ratifica los tribunales extranjeros para dirimir las controversias que surjan –el terreno donde se mueven como pez en el agua los fondos buitre y los especuladores. En concreto, el gobierno se propone una operación de rescate, no del país sino de los acreedores.
La búsqueda de un acuerdo con los acreedores y la puesta en marcha del operativo rescate empezó antes, con la propia ley de Solidaridad que elimina la movilidad de los haberes de los jubilados, continuó con las sumas fijas para frenar las paritarias, con la negativa a toda cláusula gatillo de actualización salarial y con los impuestazos a los trabajadores y sectores medios y populares.
También se refleja en la política de acercamiento al imperialismo yanqui con la habilitación del ingreso de las tropas norteamericanas a nuestro país; el sostenimiento de la calificación de Hezbollah como una organización terrorista; con la continuidad de Argentina como miembro integrante del grupo de Lima, que es la punta de lanza de Trump y la derecha en América Latina y que alentó y sostuvo el reciente golpe en Bolivia y la conspiración golpista contra Venezuela; con el silencio frente al asesinato del general iraní Soleimani y con su viaje a Israel. La política interior y exterior del gobierno nacional y sus alianzas políticas están hechas a la medida y condicionados por los dictados y requerimientos de los acreedores, el FMI y el imperialismo.
La decisión del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, de proceder a pagar integralmente y al contado la deuda con los bonistas con el aval de Alberto Fernández, luego de haber amenazado con no hacerlo, se inscribe en esta política. Al día siguiente anuncia que se suspende el pago de una deuda a toda la docencia de la provincia de Buenos Aires. Están más que claras las prioridades del Frente de Todos en el gobierno.
Lejos de aceptar un nuevo robo a los trabajadores, una nueva entrega de los recursos del país y un nuevo sometimiento al imperialismo, el Frente de Izquierda rechaza el proyecto del gobierno. Denunciamos a las direcciones sindicales burocráticas de la CGT y la CTA que, junto con los movimientos sociales cooptados al Estado, han establecido su solidaridad con el rumbo del gobierno, convalidando que el salario sea variable de ajuste.
La deuda es impagable, ilegitima y fraudulenta. Desde el salto en el endeudamiento de la dictadura genocida, pasando por todos los gobiernos posteriores, todos han “honrado” este mecanismo de saqueo de los recursos nacionales, poniendo a la Argentina nuevamente frente a un nuevo quebranto. La carga de la deuda pública se agravó significativamente gobierno tras gobierno sin excepción alguna. En lugar de este nuevo rescate de bonistas, banqueros y capitalistas, hay que salir en rescate de los millones de argentinos que viven de su trabajo.
Planteamos la ruptura con el FMI y el repudio y no pago a la deuda usuraria; la nacionalización de la banca, del sistema energético y de las riquezas y el patrimonio nacional para centralizar los recursos y poner en marcha una transformación integral bajo la conducción política de los trabajadores para dar satisfacción a las apremiantes necesidades sociales.
Reclamamos un inmediato aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales con actualización según inflación. Como parte de un plan alternativo obrero y popular para que la crisis no la sigamos pagando los trabajadores y el pueblo.
Llamamos a repudiar la llegada de la comitiva del FMI y el pacto para pagar la deuda externa y por todas las reivindicaciones populares.
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