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A la memoria de Tur y Lambruschini: "Si el mundo parece pesarte"

El poeta Mario Daniel Villagra homenajea a dos personas distinguidas de la cultura que fallecieron días atrás: Monique Tur y Gustavo Lambruschini. Con una sentida poesía sintetiza lo que significaron para él estas pérdidas.

Nota relacionada: "Arnaldo Calveyra, tras sus huellas": su Director contó cómo realizó el documental

 

(*) Por MARIO DANIEL VILLAGRA

 

En memoria de Monique Tur y Gustavo Lambuschini, dos muertes que me tocaron de cerca, a pesar de las distancias geográficas, en menos de un mes.

Si el mundo parece pesarte

 

Si el mundo parece pesarte

suelta amarras y navega

busca nuevos puertos y tripulantes.

            Si el mundo parece pesarte

recuerda que aún estas vivo

porque un mundo muerto ya no recuerda.

            Si el mundo parece pesarte

recuérdale que es de tierra y ponle agua

que con eso nacen las vasijas, civilizaciones

y muñecas para niñas pobres y sobre todo

recuérdale que una niña pobre que sonríe

será una mujer en el futuro que vendrá

a sacarle el peso de seguir siendo un mundo injusto.

            Si el mundo parece pesarte, recuerda

es uno, y que él, vos y yo somos uno

y que si tiramos juntos eso que parece pesado

será simplemente nuestro propio peso.

Si el mundo parece pesarte

recuerda que este año morirán varios

pero nacerán varios también.

            Si el mundo parece pesarte

no te olvides que gravita, levita

y que en esa nave viajamos una sola vez.

Si el mundo parece pesarte

recuerda el símbolo del infinito

que será como dos mundos espejados

y que se mire lo bello que es.

            Si el mundo parece pesarte

llora con ganas hasta que los mocos

caigan por el piso y quedes liviano

tan ligero que no quedará otra que vivir

con ese peso, el peso de la vida y de la muerte.

 

Si el mundo parece pesarte

anota un deseo en un papel

y préndelo fuego.

    Si el mundo parece pesarte

no olvides que antes lo pensaban por la mitad

menos pesado incluso y al ritmo de una tortuga

y sobre todo que hay tortugas que han vivido

doscientos cincuenta años. Imagina su experiencia

y usa esa experiencia para quitarle el peso al mundo.

            A Monique Tur

y Gustavo Lambruschini

Gustavo Armando Domingo Lambruschini

Filósofo y docente universitario. Falleció este jueves 20 de febrero en Paraná. Tenía 70 años. Había nacido el 26 de febrero de 1949.

Columnista en espacios periodísticos, entre ellas Análisis de Paraná.

Tiene un extenso currículum, pero entre otros cosas se desempeñó como profesor de Filosofía egresado de la UBA, y realizó estudios en Alemania y Francia. Se desempeñó como profesor en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).

“Nació llamado a ser un cheto de Paraná, con rugby, campo, dinero, apellido y pinta, pero prefirió ser un intelectual comprometido. Era un hombre culto que se conmovía con las causas populares. Era un notable filósofo de izquierda. Sus días podían estar hechos del Teatro Colón, pero también de pañuelos verdes y naranjas. De clases y de asados eternos, regados y hablado. De manifestaciones y de fiestas. De viajes y de libros” lo recordó el periodista paranaense Jorge Riani en un hermoso texto publicado en la revista “Contexto”.

 

Monique Tur

Maître de Conférences en Ciencias Económicas de la Universidad Paris-Dauphine. Se conocieron en 1963 con Arnaldo Calveyra, en un comedor universitario. Tuvieron dos hijos: Beltran y Eva.

Ella, antes que nadie - quizás no antes que Mastronardi-, en París vio en Arnaldo Calveyra un “poeta argentino”, como lo presentó a sus padres. “Cuando me lo contó, reía y lloraba al mismo tiempo” recordó Villagra.

Luego de la muerte del escritor, Monique Tur continuó el trabajo de preservación y difusión de la obra; de apertura a diferentes investigaciones y diálogos en torno al conocimiento.

Nació en la Argelia francesa, estudió en momentos del “Mayo 68” y se preocupaba por leer los diarios en un café del quinto arrondissement de París.

Entre libros, llevaba una vida de abuela; también reía y lloraba al contar las anécdotas de los herederos. Ella ya andaba juntando sus papeles, pero seguía entre los “papeles traspapelados” de la pieza del escritor, imaginando proyectos.

“Somos nosotros ahora, los agradecidos, quienes la recordaremos con una sonrisa y la lloraremos. Como dijo Calveyra, ‘Hay una repetición en la muerte’” sintetizó.

 

(*) Mario Daniel Villagra, además de poeta es periodista. Nació en 1987 en Villaguay, Licenciado en Comunicación Social egresado de UNER, y actualmente reside en la ciudad de París, donde cursa el Master en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos de la Universidad Paris III-Sorbonne Nouvelle. Es autor del documental "Arnaldo Calveyra, tras sus huellas".

 

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