La autora de esta columna, licenciada en Trabajo Social y magister en Salud Mental, explora en este texto algunos costados de la situación que nos toca vivir y asegura que la pandemia exalta las desigualdades.
Por VANESA LEOPARDO (*)
A menudo los medios de comunicación ensordecen todo lo que además somos… todo eso que somos y está acallado. Yo creo que los medios instalan la cultura del miedo (en los decires de Fromm, de Chomsky, de Galeano, todos juntos y revueltos). Construyen una percepción común de culpa y miedo. Y, a partir de ello, ahí va… medio sitiada nuestra libertad y ganas de decidir (digo ganas a propósito, como éxito de los medios; sino diría posibilidad).
Hay un otro que decide. Y sobre todo, hay incertidumbre. Si habláramos de vinos diríamos que acá existe gran “maridaje”. El miedo afecta, claro que afecta la forma en que las personas interactúan y el modo en que ven a los demás. Los otros. En tiempos de pandemia EL OTRO es eso que nos pasa mientras “los correctos” hacemos todo lo que hay que hacer porque nos lo dijeron los medios o…los miedos. No cualquier otro (y acá, repito: juntos o revueltos, el Otro de Skliar, de Levinas, de Pessoa). El otro que se pasa de la raya, el negligente, el miserable, el culpable. Y por ahí… el otro generoso, amable, empático. ¡La mierda: está lleno de otros!
Lo que nos trajo la pandemia es que despejó el paisaje y descubrimos a los otros. El otro espejo, el otro amenaza, el otro sujeto-objeto.
“Y así a través de los medios se instala la cultura del miedo. Pero aun muertos de miedo tenemos que salir de ésta con más recetas aprendidas”.
Y nos descubrimos otro. Porque a mí y a vos y a todos nos están mirando. Y tenemos que mirarlo todo. Porque ése es el imperativo de la culpa y el miedo: todos dispositivos panópticos y todos dispositivos visiónicos, al decir de M. Foucault y P. Virilio: visibilidad y poder, ver sin ser visto y volver las acciones individuales un objeto de vigilancia y sanción normalizadora.
Panóptico sos vos, tu ventana, tu balcón, tu facebook, tus ojos. La camarita para el “control ciudadano” del barco que descarga (acá debería ir un emoticón de ojos biiien abiertos).
Y así a través de los medios se instala la cultura del miedo. Pero aún muertos de miedo tenemos que salir de ésta con más recetas aprendidas, absoluta y físicamente en forma, hiper conectados con las emociones de nuestro/a compañero/a, de nuestros hijos y las propias.
Muertos de miedo y viviendo tal cual nos indiquen los medios vamos a salir de esta sabiendo proteger (y queriendo mucho mucho) proteger la flora y la fauna, el sol, la lluvia y el arcoiris.
Anti consumismo saldremos de esta, porque todo se podía resolver al final con un bidón vacío, una lata y tres broches de colgar la ropa. Muertos de miedo y jugando a estar empoderados, a ser super productivos (porque ese imperativo es de las pocas cosas que no cambió).
Y otros, los mismos otros, los de siempre otros, tratando de sobrevivir. Sabiendo sobrevivir ya. Porque también pienso que los medios instalan la cultura del miedo para la clase media-alta (clasificación ¿añeja?, poco feliz, intacta).
La desigualdad (como categoría de análisis) no atraviesa el discurso de los medios (Alberto, el Presidente, alguna vez mencionó lo del “aislamiento comunitario”. Una genialidad que estaría teniendo en cuenta la pobreza, pero…. hay que ver cómo se implementa. No quiero ser pesimista pero no se me ocurre que sea sin control social extremo). Igual “le amé” cuando dijo: “comunitario”.
Entonces gran parte de la población continúa sobreviviendo igual que siempre. Con el faltante de medios que se necesita para tramitarlo casi todo, incluso los miedos. Cuesta pensar en conductas distintas, al menos si se tienen en cuenta las condiciones concretas de existencia, que en definitiva es el escenario en el que cada uno puede pensar o dejar de pensar en algo. No se me ocurren conductas más que la de supervivencia y ser “objeto de Asistencia” (y lo digo en oposición a “sujeto de Derechos”).
“La pandemia no nos igualó en absoluto: mientras algunos tratan de sobrevivir, otras tratan de descifrar qué perdió primero el granjero”
En otros sectores las conductas serán inéditas, obviamente. Pero estoy segura de que ni nos vamos a meter más hacia adentro de nosotros mismos, ni respirar es un arte, ni vamos a elongar más, reflexionar un montón ni aprender a hacer gomitas con gelatina. Tampoco vamos a descubrir que el personaje que teníamos al lado hace más de 20 años estaba lleno de virtudes o defectos.
Rescato –creo que muchos rescatamos– a las redes como medio de comunicación, en tanto red de sostén, que a través del lenguaje, de la palabra, nos sostiene realmente. Nos hace saber que hay alguien del otro lado. Como cuando alguien publica en facebook y uno comenta, o como ahora que me senté a escribir a partir de una invitación de El Miércoles Digital a pensar lo que nos ocurre. Esa es la comunicación que nos salva, –entre nosotros– el “buen día!”…el “¿cómo la vas llevando?”… esas cosas.
Pero hay más cosas que trae la cuarentena:
- por primera vez ¡no hay apropiación frente al excedente! A ver: hay miedo, se reparte miedo, sobra miedo, pero el 1% de la población no se queda (ni en pedo) con el miedo que le corresponde al otro 99%. ¡Maravilloso!
- la pandemia no nos igualó en absoluto. No seamos tan hijosdeputa de decir que nos igualó. Algunos continúan sobreviviendo y otros están tratando de descifrar qué es lo que perdió primero el granjero. Entonces, no estamos igual. Solo que todos tenemos culpa. Y todos tenemos miedo.
(*) La autora de esta columna es licenciada en Trabajo Social (egresada de la Universidad Nacional de La Plata) y Magister en Salud Mental (egresada de la Universidad Nacional de Entre Ríos). Ha sido asesora en el Área Social del Concejo Deliberante local. También ha transitado el área judicial de familia e instituciones vinculadas a la discapacidad. Docente e investigadora, ejerce en el Instituto Tobar García, forma parte del Servicio de Apoyo Interdisciplinario Educativo (SAIE) del Departamento Uruguay y participa en proyectos de investigación relacionados a educación, salud mental, infancia y discapacidad. Su correo electronico es vleopardo@hotmail.com
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