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Pedro Urquiza, en una de sus últimas actuaciones públicas.
A DIEZ AÑOS DE SU MUERTE

El recuerdo de Pedro Urquiza, el multifacético creador uruguayense, a diez años de su muerte

Actor, autor de radioteatro, dramaturgo, poeta… Cultor de la bohemia uruguayense, emblema de una época en la historia del teatro de nuestra ciudad, intérprete de un talento impar sobre las tablas, Pedro era desafiante: en una sociedad acostumbrada a la hipocresía, él carecía de filtros. Su figura altísima, su bufanda roja, eran parte del paisaje nocturno. Aquí se lo evoca a partir de distintas fuentes documentales, fundamentalmente a partir del testimonio invalorable de María Laura Evequoz, y de su archivo sobre la vida y obra de Pedro. Además, Carlos Vecchio lo evoca con un texto especial para este informe. Por otro lado, con textos del propio Pedro en diferentes fuentes, construimos un "autorretrato" con sus propias palabras. Y además, compartimos tres textos breves de su autoría, inéditos hasta ahora.

 

PEDRO URQUIZA, por Laura Evequoz

PEDRO URQUIZA, por Carlos Vecchio

AUTORRETRATO ARMADO de PEDRO URQUIZA

Tres textos inéditos de PEDRO D’ URQUIZA

 

Por A.S. de EL MIÉRCOLES DIGITAL*

La crónica policial había sido tan escueta como imprecisa. En 2010, Pedro Urquiza, de 68 años, era asesinado de varias puñaladas en el torax, abdomen y pierna, en su domicilio de calle Teniente Ibáñez 1534, del barrio Santa Teresita Oeste de La Histórica. Una de las gacetillas señalaba que falleció tras varias horas de agonía. El o los asesinos eran menores de edad que al parecer habían entrado a robar a su modesta casa.

Se apagaba de ese modo trágico una vida marcada por el talento, la pasión y la desmesura. Pedro Urquiza había sido actor, autor de radioteatro, dramaturgo, poeta… Un indiscutido cultor de la bohemia uruguayense, intérprete de un talento impar sobre las tablas, de una fruición devoradora en lo que tuviera que ver con literatura y teatro, y protagonista cotidiano de escándalos, peleas, de “incorrección política” y excesos.

Pedro era desafiante: en una sociedad acostumbrada a la hipocresía, él carecía de filtros. Para muchas personas, Pedro D’ Urquiza (como eligió firmar su único libro “Poemas rotos”), era simplemente “el loco Urquiza”, y para los más brutalmente ignorantes: “El Puto Urquiza”.

Pedro en plena actuación: Casa de la cultura, la obra era "Alguien ha llamado" (o "Mi fiesta de cumpleaños"), de autoría del propio Pedro. Año 1988.

 

Era capaz de decir lo que se le ocurría, con su vozarrón estentóreo y desde las alturas de su metro noventa y pico. Y no tenía problema en agarrarse a trompadas con cualquier pendejo irreverente que le gritara algo por la calle, como tampoco se refrenaba cuando sentía la necesidad de arruinar con sus comentarios a viva voz la presentación de un libro cuyo contenido le parecía mediocre o banal.

“Encontraba romanticismo en el dolor y el desamor, en la locura de amores no correspondidos”, dice Laura Evequoz. Su figura altísima, su bufanda roja, eran parte del paisaje nocturno uruguayense. Sus múltiples talentos, dispares en su copiosa producción (por desgracia desperdigada o maltratada por él mismo), llegaban a altas cumbres en su calidad actoral.

"Fue uno de los escritores más jóvenes de radioteatro –tal vez el más joven-, actor y entrañable amigo de nuestra madre", rememora hoy Quichino De Michele, autor de la Breve crónica del Grupo 69, una de las pocas obras escritas sobre el formidable movimiento teatral uruguayense, donde Pedro es una de las figuras descollantes. “Mi padre (el Gringo De Michele, legendario director del Grupo 69) lo quería como a un hijo. Recuerdo algunas de las anécdotas teatrales de Pedro, siempre tan enamorado de lo sórdido y negro americano".

Quichino no se explaya, pero define a su modo al personaje: "Creo que Pedro estaba pensado para otra dimensión, otro mundo, otra galaxia. No está en nuestra capacidad entender lo que hacía, ni lo que era o quería ser. Ni le hizo falta o le hace. Desearle un buen viaje y un ojalá que haya llegado, podría ser el silencio más apropiado".

 

PUDO SER UNO DE LOS GRANDES DEL TEATRO ARGENTINO

Como dice Carlos Vecchio, todas las calidades de la representación se daban cita en él: “Su talla corporal, su rostro, su voz oscura y penetrante, su rapidez oportuna y precisa, el ímpetu arrollador que imprimía a sus personajes, le dieron a su presencia una singularidad que, sin desmerecer a nadie, lo hubiesen podido convertir en uno de los actores más relevantes del país”.

Para otras de sus personas más cercanas, Pedro pudo haber sido otro Alberto Migré de haberse decidido a probar suerte en Buenos Aires. “Era uno de los escritores más jóvenes de radioteatro, tal vez el más joven”, recuerda Quichino de Michele. Pero Pedro fue un indómito marginal, un creador “maldito”, un renegado de la sociedad que al mismo tiempo buscaba de ella un reconocimiento contra el que conspiraba a cada paso.

En su poemario, editado por la UNER en 2001, única publicación que vio la luz en vida de él, en apenas 150 ejemplares hoy casi inhallables, Pedro decía de sí mismo en tercera persona: “Arbitrario, sensible, díscolo y bastante caprichoso, tiene un pensamiento más que pesimista de la vida (…). La muerte lo atrae como el peligro, pero a ambas cosas les tiene un miedo irracional, aunque muchas veces juega con ambas”. Luis Salvarezza, comentando en 2002 aquel poemario, lo describía “habitado por Rimbaud, enamorado, presintiendo una temporada en el infierno”.

Pedro junto Maria Elena Lousteau, su "actriz fetiche". Años 1970.

Construir o reconstruir la figura de Pedro Urquiza es una labor de orfebre. Como marca Vecchio, el tiempo de Pedro, pese a lo reciente, “estaba lejos de la evangelización digital que hoy tiene nuestra cultura” y por eso casi no hay registros de su voz ni de sus actuaciones. Pero sí queda “el recuerdo imborrable de una personalidad tan singular que, por sí misma, fue capaz de definir una época en el teatro de nuestra ciudad”.

Para evocarlo y para permitir que nuevas generaciones conozcan a esta figura de la cultura uruguayense, escarbamos en los últimos meses en archivos y testimonios, y apostamos por pedir ayuda a las personas que más lo conocieron, amaron y admiraron.

AUTOR PROLÍFICO

No sabemos cuántas obras teatrales, radionovelas, monólogos, cuentos y poemas escribió Pedro Urquiza. En el archivo de Laura Evequoz se atesoran varias de esas páginas, ajadas, amarillas, rotas, tachadas, algunas incluso manchadas de la sangre de Pedro. Unas pocas están completas, de otras solo hay fragmentos.

También aparecen recibos de Argentores (la Sociedad General de Autores de la Argentina), de la década de 1960: Pedro escribió radionovelas para la vieja emisora local y se evidencia que al menos algunas de ellas fueron registradas. En el recibo que encontramos se acreditan derechos por una obra llamada "Y extendíase el río", de 1962, y en la nota adjunta hay una mención a otra ("Londres... medianoche y un llamado").

Liquidación de derechos de Argentores, de 1962, por una obra de Pedro.

 

 

Otras obras de Pedro: "Los dos" (1968); "El epiléptico" (1968, aparece también como "Noche de luna llena"); "Juego para cuatro" (1975, aparece también como "Juegos peligrosos"); "La pareja" (1976), "Biografías y mentiras" (sin fecha); "El pájaro en la garganta" (1976); "Alguien ha llamado" (o "Mi fiesta de cumpleaños", fines de la década de 1970. Es la obra que Vecchio recuerda como "el monólogo de los invitados"); "Una historia con ese" (sin fecha).

Quedará como un desafío, una apuesta, una esperanza tal vez, la posibilidad de recuperar las que faltan y ¿por qué no? Pensar en que algún día, al menos parte de la obra escrita de Pedro de Urquiza vea la luz como volumen póstumo, para que en un futuro (ojalá no muy distante) pueda revivir en la labor de grupos teatrales uruguayenses o de la región.

 

UN MOSAICO PARA RECUPERARLO

En la presentación de una lectura de textos de Pedro y Laura, Betina Scotto dijo: "Estoy convencida de que morimos cuando no tenemos nada más que decir, estemos de uno o del otro lado del infinito. (...) En su cuento, Pedro reconoce su miedo irracional a la muerte y su visión pesimista de la vida, piensa en un nuevo día como un dia menos. Pero creo que no siempre la muerte es injusta  y que vivir un día menos o más podría resultar un juego de palabras. Lo que hace la diferencia es el fuego y la pasión que le pongamos a las cosas en ese día más o ese día menos. Pedro pone toda esa pasión en lo que escribe, se desnuda en cada una de sus palabras de una manera evidente, impúdica, ingenua o valiente. Queda a criterio de cada uno clasificarla".

Pedro, del otro lado del infinito, tiene mucho para decir. Sumergirse en su vida y su obra, lo que se conserva de ellas, permitió, por ahora, construir este mosaico de cinco partes.

En primer lugar esta presentación, que intenta dar motivos de la necesidad de recuperar su figura, ante una comunidad que no supo valorar a quien tenía aquí nomás. Quizás porque no pudo ir más allá de los aspectos superficiales, esos que ataban su nombre a los excesos, “a la dipsomanía constante y a lugares nada aconsejables para un joven de su edad en esa época”, según explica él mismo.

Luego, la evocación de María Laura Evequoz, actriz y poeta uruguayense, la persona más cercana a Pedro, su amiga y discípula. Nadie lo conoció y lo amó tanto como ella y a ella le pedimos un perfil de Pedro.

El segundo mosaico es un retrato breve que realiza Carlos Vecchio, actor y autor de nuestra ciudad, cultor de un humor tan inteligente como delirante, que en esta ocasión se pone serio y describe con singular maestría las facetas artísticas y trágicas de Pedro a quien define sin dudarlo como “un magnífico”.

Seguimos con una selección de frases del propio Pedro, tomadas de distintas publicaciones, hablando de sí mismo, de sus pasiones, del teatro, de la vida, de la literatura.

Y finalmente, tres textos breves de Pedro, recuperados del archivo de Laura Evequoz, cedido gentilmente para este homenaje de El Miércoles Digital a su amado Pedro.

A continuación, compartimos los vínculos a cada pieza de este mosaico.

PEDRO URQUIZA, por Laura Evequoz

PEDRO URQUIZA, por Carlos Vecchio

AUTORRETRATO ARMADO de PEDRO URQUIZA

Tres textos inéditos de PEDRO D’ URQUIZA

 

* El autor, Américo Schvartzman, desea agradecer a Gastón Mercanzini, Mona Gastiasoro, Luis Alberto Salvarezza, Quichino de Michele, Carlos Vecchio, y muy especialmente, a María Laura Evequoz, por haber puesto su tiempo, sus recuerdos, sus materiales de archivo (y también sus emociones) al servicio de la realización de esta serie de notas.

 

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