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A 210 AÑOS

Crónica uruguayense sobre la Revolución de Mayo

El docente e investigador uruguayense Jorge Gaspar Villanova con su particular estilo y redacción cuenta cómo fue el proceso "revolucionario" en La Histórica, que en aquellos años se la denominaba "Villa del Arroyo de la China". Las idas y vueltas,  "los 44 destacados vecinos uruguayenses" que eligieron a un cura como representante para mandar al Cabildo y adherir a la causa pero se dio vuelta a mitad de camino, el rol de Bartolomé Zapata, entre otros. A 210 años en El Miércoles Digital te lo cuenta de la siguiente manera.

 

Por JORGE GASPAR VILLANOVA

Ilustración: TOTO LÓPEZ

 

Los hechos y el malestar fueron sumándose: invasiones inglesas, rebeliones sangrientas en el Alto Perú, ocupación francesa en España, la nueva clase dirigente criolla bloqueada en sus aspiraciones de acceso al poder frente al predominio de los peninsulares, ventajas del libre comercio o del manejo del comercio porteño, etc.

Y la consecuencia fue la instalación de un gobierno propio el 25 de mayo de 1810. Pero el acto fundamental sucedió el 22 de mayo, cuando se destituyó al Virrey Cisneros. Quinientos vecinos -los más sanos y decentes de la población- recibieron la siguiente esquela, toda una invitación a cascotear el avispero:

“El Excmo. Cabildo convoca á V. para que se sirva asistir precisamente mañana 22 del corriente á las 9 sin etiqueta alguna, y en clase de vecino al Cabildo abierto, que con anuencia del Excmo., Sr. Virrey ha acordado celebrar, debiendo manifestar esta esquela á las Tropas que guarnezcan las avenidas de esta Plaza, para que se le permita pasar libremente.”

Los chisperos French y Berutti, que durante nuestra escuela primaria se la pasaron repartiendo cintitas celestes y blancas de pronto se transformaron en pandilleros de esquinas, guapos de veredas, con puñales entre las ropas, y poco después, ya con cargos militares, serán furibundos defensores del morenismo. Pero por ahora son ellos -en nombre de 600 más- los que deciden quién asiste y quién no al cabildo, “Vos pasas, vos no”, y el derecho de admisión no tenía que ver con la pinta de los asistentes, tenían muy bien sabido quien era quien en aquella aldea del sur del mundo, y a que intereses servían cada uno.

(...) el único Cabildo que llegó a elegir representante fue Concepción del Uruguay, (...) al cura vicario José Bonifacio Redruello. Se escogió con tanta mala suerte que el cura no solo no llegó a incorporarse a la Junta, sino que además, cuando vio como venía la mano se declaró partidario de Montevideo, y hacia allá se fue.

De los 50.000 pobladores de la capital virreinal, sólo 5.000 son considerados vecinos decentes; de ellos se invitaron 500 y concurrieron 250, 155 votaron por destituir al virrey. ¡Esto es una Revolución y no pelecho!

El abogado de la Real Audiencia, Agustín Pío de Elía “dijo que avanzan las razones que han expuesto los SS. Don Cornelio Saavedra y Don Pedro Andrés García, reproduce el voto del primero concurriendo el Señor Síndico con voto activo.” Se sabe que Saavedra votó por la destitución de Cisneros. El señor de Elía será el tío abuelo de Héctor de Elía, futuro fundador de los pueblos entrerrianos Villa Elisa y Colonia Elía.

Y aun cuando el primer intento de gobierno fue una burla del Cabildo a la voluntad popular o a las voluntades que asistieron a la asamblea, -la Junta la integraban Cisneros, Sola, Inchaurregui, Saavedra y Castelli- fue el primer paso de ruptura entre la península y la colonias. “La designación de la Junta del 24 era un acto impopular; pero no era la violación del pacto celebrado el 22 de mayo. Era una consecuencia razonable de ese pacto, que conciliaba los intereses de los tres partidos existentes”1

¿Cisneros presidente de la Junta? Sí, era una designación legal, pero no legítima. Al menos para los inadaptados de siempre que amenazaron con tirarlo por el balcón, es decir la ‘Legión Infernal’ de French. El Sordo Cisneros que era sordo más no estúpido, intuyó que su suerte estaba echada. Los criollos se preguntaron ¿Estamos haciendo una revolución gatopardista para que cambie algo y para que nada cambie? ¿O solo inventamos el escrache a la corona monopólica y nos contentamos con eso? Conservemos las formas, juremos por el Rey pero desde ahora el poder es nuestro: Castelli, Saavedra vayan y renuncien, este entuerto hay que arreglarlo ya.

“...Ayer se instaló la Junta de un modo y forma que ha dejado fijada la base fundamental sobre lo que debe elevarse la obra de la conservación de estos dominios al señor don Fernando VII (…) esta Junta será mirada por todos los jefes, corporaciones, funcionarios públicos y habitantes de todos los pueblos del virreinato, como centro de unidad, para formar la barrera inexpugnable de la conservación íntegra de los dominios de América a la dependencia del señor don Fernando VII, o de quien legítimamente le represente. No menos espera que contribuirán los mismos a que, cuanto más antes sea posible, se nombren y vengan a la Capital los diputados que se enuncien para el fin expresado en el mismo acto de instalación... los diputados han de irse incorporando a esta Junta conforme y por orden de llegada a la Capital...entendiendo debe ser uno por cada ciudad o villa de las provincias... Real Fortaleza de Buenos Aires, a 27 de mayo de 1810”2

 

LAS REACCIONES ENTRERRIANAS

Es el texto de la circular redactada por Castelli, que fue enviada por la Junta Revolucionaria a los pueblos y villas del interior comentando los sucesos, entre ellas, se anoticiaron el Arroyo de la China, Gualeguay y Gualeguaychú.

¿Cuáles fueron las respuestas ante semejante acontecimiento? Veamos:

El Cabildo uruguayense contestó el 8 de junio:

“Acabamos de recibir con oficio de V.E: del 1º del corriente los impresos que manifiestan los justos motivos y fines de la instalación de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias de la Plata, a nombre del señor Don Fernando Séptimo. (...) El más pronto envío del Diputado de esta villa y el puntual cumplimiento de las presentes y sucesivas órdenes de V.E. acreditan el celo y patriotismo de este vecindario”3

Desde Gualeguaychú el 22 de junio se respondió:

“Este ayuntamiento tiene el honor de avisar a V.E: el recibo del oficio e impresos relativos a la instalación de la Exma. Junta Provisional Gubernativa, que ha publicado en esta villa, según estilo y han sido admitidos por el Pueblo congregado y sus representantes, con el mayor aplauso, estimando esta sabia medida como la más oportuna e interesante a la tranquilidad pública, derechos e intereses del rey. (...)Se manifestará nuestra subordinación, respeto y consideración a la Exma Junta remitiendo oportunamente nuestro funcionario Público (...) Dios Gde. A V.E. ms. as. Gualeguaychú, junio 22 de 1810. Francisco García de Petisco, Basilio Galiano, Rafael Zorrilla, Pedro Echazarreta, José Barreiro, Juan Firpo”4

No tenemos la respuesta de Gualeguay, pero se cree que fue similar, aunque  posteriormente y tal vez porque la mayoría de los cabildantes eran españoles se declararon a favor de Montevideo, donde a esa altura era la base realista.

Paraná –entendemos que aún no tenía cabildo, ya que será elevada a Villa por una ley de 1813 de la Asamblea- adhirió a través de un grupo de vecinos encabezados por Juan Garrigó los cuales declararon por nota su adhesión a la Junta “llenos de júbilo y placer que del más profundo respeto y sumisión, congratulamos a V. Exa. Por la solemne instalación de tan justificado y sabio congreso en quien beneramos la superior authoridad y no dudamos consagrará sus desbelos a sostener los augustos derechos, que hoy representa y que fiel a los deberes de su ministerio, nos hará felices baxo un tranquilo y sabio govierno”5

De los tres, el único Cabildo que llegó a elegir representante fue Concepción del Uruguay, que en asamblea abierta el 30 de julio constituida por “cuarenta y cuatro caracterizados vecinos”6, eligieron al cura vicario José Bonifacio Redruello. Se escogió con tanta mala suerte que el cura no solo no llegó a incorporarse a la Junta, sino que además, cuando vio como venía la mano se declaró partidario de Montevideo, y hacia allá se fue.

 

(...) Entre los  individuos que abandonaron la villa el 6 de marzo de 1811, siguiendo los pasos de Michelena, se encontraban el cura Bonifacio Redruello, Josef de Urquiza (el papá de Justito), Agustín Urdinarrain (...). Algunos sostienen que el Pancho Ramírez pudo haber estado entre ellos. Así la Villa quedaba sin Cabildo ya que todos sus integrantes eran realistas y literalmente se tomaron el buque, y no era para menos, el sentimiento de revancha era una realidad, y los riesgos para ellos eran una realidad.

 

¿HABÍA DECISIÓN REVOLUCIONARIA?

Entonces preguntamos, ¿Existía espíritu revolucionario? Parcialmente. Recordemos que los dos bandos, criollos y españoles adherían -al menos en las formas- a Fernando VII  El Deseado. Sabemos que Montevideo, Asunción, el Alto Perú incorporado por el virrey Abascal a sus dominios, eran regentistas y será, en definitiva, la primigenia adhesión de los pequeños pueblos del interior lo que posibilitará que la Junta porteña sobreviva, a pesar de que cada villa contaba con su propio sector realista, principalmente españoles vinculados a la burocracia, que preferían mantener el statu quo de funcionarios antes de tener que ir a laburar, estos solo esperaban el momento preciso para reaccionar. En Entre Ríos esa oportunidad se daría con la llegada de la flota de Michelena.

Existe un informe del vecino de Gualeguaychú, don Jaime Martí del 3 de diciembre ante la Junta que denuncia que en su pago fue partícipe de tertulias “en que derramaban especies denigrantes contra V. Excia. y terminaban con una cancioncilla tan indecente que me abochorno proferirla...”7

Juan Ángel Michelena era el comandante de una flota enviada por el virrey de Elío desde Montevideo para recuperar los pueblos de la costa del Uruguay y hacerse de provisiones, o al menos para conocer cuanto había de apego a la Junta de mayo.

El 6 de noviembre de 1810 Uruguay es ocupada por las fuerzas de Michelena. El comandante a cargo Díaz Vélez convencido de la superioridad del enemigo abandona la Villa “a la marcha y al trote” al menos así se lo comunica a su superior, el abogado y militar improvisado Manuel del Corazón de Jesús Belgrano “quedándome la sola satisfacción de haber retirado la Compañía de Caballería de la Patria y algunos milicianos que se me reunieron...con orden y guardando el decoro correspondiente”8.

Belgrano dice en su autobiografía que podía haber defendido la plaza, pero que órdenes superiores le indicaron continuar su marcha al norte y reconoce que “nuestro gobierno en materia de milicia no ha dado una en el clavo”9.

Pocos días después los realistas tomaron las villas de Gualeguay y Gualeguaychú. Y reconozcamos que contaron con bastante apoyo de aquellos que, por estos pagos adherían al “detestable sistema de Montevideo”. El teniente Juan Sopeña, que había encabezado las tropas de Gualeguaychú, que en 1807 acudieron a  Montevideo para defenderla ante el peligro inglés10, se trasladó inmediatamente a Concepción del Uruguay para celebrar la llegada de Michelena y dirimir entre ambos los pasos a seguir.

Otros como Melgar Pérez, administrador de correos, José Borrajo y el alcalde Francisco García Petisco, visto que el resultado de la contrarrevolución de Liniers demostraba que la cosa no era una simple revolucioncita (no existía aún el término chirinada) y ante la posible llegada de tropas patriotas “se han profugado” hacia Colonia. Eran en su mayoría los miembros del Cabildo.

“En las fuerzas invasoras se hallaban incorporados algunos oficiales que, con el tiempo, llegarían a tener importante figuración en la historia rioplatense –Artigas y Rondeau- quienes ya miraban con simpatía la causa de sus hermanos”11.

El mismo José Artigas con una partida de hombres avanza hacia el oeste llegando a la estancia de Pablo José de Ezeiza, cerca de Paso de Jacinta, allí según la esposa del hacendado “...no an echo nobedad ni daño a nadie solo pidieron caballos para pasar hasta noboya y dos hombres para q.e los volvieran pero no an dicho su destino: este general dijo q.e por el tala iban otras partidas...”12

Los patriotas no se quedaron quietos y comenzaron a organizar la resistencia. Apareció, entre otros, Bartolomé Zapata,  improvisado jefe por la zona de Gualeguay, que al frente de “un grupo heterogéneo de paisanos, integrado por gauchos, fandangueros, desertores y conchabados...”13 asaltaron la estancia de García Petisco, sustrayéndole toda la caballada en febrero de 1811.

Zapata recuperó Gualeguay y posteriormente Gualeguaychú. Algunos autores sostienen que unos 20 blandengues de Artigas pasaron en ese momento a filas del entrerriano revolucionario. “Las deserciones se producían en tal número, que el jefe realista se vio precisado a prohibir que ningún soldado montase a caballo, pues era frecuente que en tales casos, los soldados huyeran”14

El historiador oriental Carlos Machado -sin darle demasiada veracidad- cita a don Benigno Teijeiro Martínez quién atribuye a Artigas por esos días haber “instigado el levantamiento de Pancho Ramírez, López Jordán y Zapata, en campos entrerrianos. Según la tradición, hay un primer encuentro en Casa Blanca, el 11 de febrero...el cura Silverio Martínez, Ramírez y López Jordán, habrían sido arrestados”15

En un parte a la Junta, Bartolo Zapata explica porque toma las armas “...Yo me alcancé a esta empresa, condolido de los gravísimos males que mis coterráneos (...) habían sufrido bajo el cruel mando de los europeos. (...) Sr. Excmo. No es exageración: Ni entre la villa ni en sus inmediaciones se permitía un solo criollo. Si divisaban alguno aunque fuera de lejos, buscaban igual proporción que a la que busca un pato para asegurarle un tiro...”.Visto está que el resentimiento también es motor de la historia16.

El 7 de marzo Zapata entró triunfante en Concepción del Uruguay, -ya que Michelena había embarcado el día anterior- al frente de “sus secuaces, que de bandoleros se convirtieron en héroes de la reconquista de las villas entrerrianas”17

Entre los  individuos que abandonaron la villa el 6 de marzo de 1811, siguiendo los pasos de Michelena, se encontraban el cura Bonifacio Redruello, Josef de Urquiza (el papá de Justito), Agustín Urdinarrain, José Aguirre, Narcizo Calbento (sic), Lorenzo López con tres hijos .

Algunos sostienen que el Pancho Ramírez pudo haber estado entre ellos, entre otros vecinos de Concepción del Uruguay.

Así la Villa quedaba sin Cabildo ya que todos sus integrantes eran realistas y literalmente se tomaron el buque, y no era para menos, el sentimiento de revancha era una realidad, y los riesgos para ellos eran una realidad.

En este punto, a 10 meses de la revolución nos preguntamos si todavía existía confusión o ya las cosas estaban suficientemente claras como para saber quién era quién en el ajedrez político de entonces. ¿Realistas por un lado, patriotas por el otro? Mariano Moreno ya no dudaba: “Yo titubeé en medio de las mayores dificultades, temiendo el empezar y ansiando el acabar, excitado por mi adhesión a la patria, contenido por los escrúpulos y agitado entre la esperanza del éxito y el temor del malogro”18.

Somos nosotros o son ellos pensó y pensó y escribió un Plan de Operaciones revolucionarias, para dotar de un único instrumento para sostener la Revolución y le recordó a Juan José Castelli sus propias palabras: “Usted ha dicho alguna vez que cuando lo exige la salvación de la patria debe sacrificarse hasta el ser más querido...”19. Y Castelli que también piensa en esa aún difusa idea de Patria, va. Va y se sacrifica.

Retomamos. El héroe de la reconquista Santiago de Liniers, ya había sido fusilado en agosto por orden del Secretario de la Junta. Igual suerte corrieron Francisco de Paula Sanz, el mariscal Nieto y el coronel Córdoba por no jurar respeto y obediencia a la Junta. Se negaron y Castelli los fusiló el 15 de diciembre.  “Nosotros seremos los verdugos, sean ustedes los hombres libres” había dicho Nicolás Rodríguez Peña. Estabas de un lado o del otro, no podía haber excusas.

El profesor nogoyaense Guido Marengo sostiene que a pesar de todas las dudas “Los entrerrianos vieron la posibilidad de ejercer la soberanía y fortalecer las autonomías regionales con administraciones propias. Eso generó lógicas expectativas de mejores condiciones de vida y de reformulación de la economía. Hay que recordar que Entre Ríos dependía de la burocracia del cabildo santafesino y la política del virrey no tenía demasiado en cuenta a los que ocupaban las tierras entrerrianas”20

Sin Cabildo, sin autoridad, Bartolo Zapata la ejerce –ahora con el grado de capitán otorgado por la Junta-, con el derecho que le da la fuerza y el consenso de los vecinos. Para el día 12 se hace presente al frente de su tropa Francisco Doblas, quien antes la llegada de Michelena se había retirado prudentemente hacia Paraná. Venía a reclamar el poder haciendo alarde de su cargo, 2º Comandante de Milicias. Zapata se negó a entregarlo. El día 21 hubo refriegas y tiroteo, una bala ultima a Zapata. Se pregunta Oscar Urquiza Almandoz “¿Fue Zapata realmente una víctima de nuestras primeras disensiones civiles? ¿O fue, simplemente, una puja entre dos hombres que ambicionaban el poder?”21. Para Marengo la actuación del caudillo se resume en cinco palabras: “Bartolomé Zapata fue un fogonazo en la Revolución”22

 

Citas y fuentes:

1- Ramallo Jorge, Los grupos políticos en la Revolución de Mayo, Ediciones. Macchi, Buenos Aires, Pág. 63

2- De la Biblioteca de Mayo, t. XVIII, p. 16139-16141 y Filiberto Reula, Entre Ríos y la Junta de Mayo, El día, Gualeguaychú. 3ª sección, 23-5-1999, Pág. 1. Texto completo en Alberto Leiva, Fuentes para el estudio de la historia institucional argentina, Eudeba, Buenos Aires, 1982, Págs. 7-9

3- Reula, Ob. cit.

4- César B. Pérez Colman, Historia de Entre Ríos, en El día, Gualeguaychú, 3ª sección, 24-5-1998, Pág. 1

5- Facundo Arce, De la Revolución de Mayo a la República de Entre Ríos Enciclopedia de Entre Ríos, tomo 2, Arocena, Pág.  65, y Reula Ob.Cit.

6- Oscar Urquiza Almandoz, Historia de Concepción del Uruguay, Tomo I, Editorial de Entre Ríos, 2002, Pág. 209

7- Nati Sarrot, La lucha de los Bandos, Sup. Cuadernos de Gualeguaychú 178, El Argentino, 20-2-2000, Págs. 1-3

8 Oscar Urquiza Almandoz, Ob. cit. Pág. 215

9- Ídem., Pág. 216

10- Invasiones Inglesas. Entre Ríos participó en la defensa, a través de milicias. El 3-2-1807, Montevideo fue tomada y hacia allí se encaminaron las tropas de tres compañías, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y Gualeguay, 244 hombres, luego se le sumaron tropas de Nogoyá. Su misión fue cortar suministros a la plaza de Montevideo.

11- Oscar Urquiza Almandoz, Bartolomé Zapata murió en Concepción del Uruguay, La Calle, 12-11-94, Pág. 8

12- Arce, Ob. Cit., Pág. 78

13- Carlos Alberto Roca, Chanfleando la Historia, Edición del autor, Concepción del Uruguay, 1991, Pág. 63

14 Oscar Urquiza Almandoz, Historia de Concepción del Uruguay, Ob. cit., Pág. 222

15 Carlos Machado, Historia de los Orientales, Tomo I, De la Colonia a Rivera y Oribe, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1997, Pág. 49

16- Jesualdo, Artigas, del vasallaje ala Revolución, Losada, Buenos Aires, 1961, Pág. 205, y Sarrot, Ob. cit.

17 Roca, Ob.Cit., Pág. 65

18- Mariano Moreno, Textos de ayer para la argentina de mañana (recopilación), Agea, Buenos Aires,

2002, Pág. 14

19 Jesualdo, Ob.cit., Pág. 175

20- Liliana Bonarrigo, Participación de Entre Ríos en los hechos de 1810, Uno, 25-5-03, Pág. 10

21- Oscar Urquiza Almandoz en Historia de Concepción del Uruguay, Pág. 226 y en Bartolomé, ob.cit.

22- Tirso Fiorotto, Al capitán Bartolomé Zapata, Uno, Paraná, 20-2-2005, Pág. 13

 

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