Entre los “k” acríticos que se babean fascinados con Máximo autoconvenciéndose de que dio un gran discurso, y los “antik” fanáticos que chorrean veneno porque se les acabó el mito de que el heredero era un cocainómano con el cerebro destruido… a ambos se les escapa lo principal: que sea noticia que hable en público un tipo de 37 años, que estudió periodismo y abogacía (aunque no terminó ninguna) y vive de la política desde hace 20, sería gracioso si no fuera en serio. Que todo el país haya hablado de eso, que periodistas “serios” hagan paneles de debate sobre el discurso del “nene”, que figuras de la política debatan si fue brillante o mediocre, etc… habla de los tiempos que vivimos.
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