Se trata de la historia de un grupo de mujeres que es el reflejo de sus pares a lo largo y ancho del país. Desconocimiento del Estado para con su labor, prejuicios y la eterna burocracia para lograr una matrícula.
Foto: Facebook de ASUE
Luisa Acevedo es una de las socias fundadoras de la Cooperativa de ArteSanos Uruguayenses Entrerrianos Ltda. (ASUE), cuya matrícula está en trámite. En diálogo con El Portal de las Cooperativas explicó paso a paso sus inicios y la lucha para poder ser reconocidas, los vericuetos burocráticos del Estado y los problemas por la cuarentena que les impide trabajar al aire libre.
Y al principio fue…
“Cuando no había conformación de nada, ni de artesanos, ni manualistas, o actividades culturales, salimos con lo que después se conoció por acá como la Feria del Viento. Tomábamos una plaza y nos íbamos ahí de feria, pero era más cultural porque iban músicos, payasos, artesanos, manualistas, fotógrafos, y todo eso. Hasta que la Municipalidad nos empezó a cortar porque debíamos pedir permiso. Vimos que cada uno por su lado no hacía nada, entonces decidimos juntarnos para pensar qué hacer y que nos den un poco más de bolilla”, relató sobre los orígenes.
En ese sentido, la artesana explicó: “Primero nos nucleamos como Artesanos Independientes para pedir los permisos para ir a la plaza, después nos pidieron que tuviésemos un logo o nombre oficial porque así no nos iban a dejar más. Llamamos a una persona de la ciudad que integra una cooperativa en funcionamiento desde hace tiempo y nos dio una clase de lo que era una cooperativa como sus beneficios y nos marcó las diferencias con una asociación. Ahí lo decidimos. Eso fue en el año 2017”.
Acevedo no deja de reconocer lo complicado que fue cumplir con los trámites burocráticos para su conformación. “Cada vez que mandábamos algo nos lo rebotaban, ya sea por cuestiones de redacción o cosas así, en un envío nos faltó poner (solamente) departamento Uruguay”.
Además, señaló que lo más insólito fue lo que vivieron respecto al objeto social: “se ve que en el Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) no conocían todo lo que es la actividad artesanal. Nos decían que no éramos Cooperativa de Trabajo, sino de Servicios, porque vendíamos algo y en uno de los ítems de los objetos sociales pusimos ‘armar ferias’”.
En la actualidad, son trece las mujeres que Conforman la Cooperativa de las cuales solo dos reciben un sueldo fijo por una profesión aparte, el resto vive de la artesanía.
Falta de apoyo del Estado
Consultada sobre el respaldo de parte del Estado en algunos de sus estamentos, Luisa los diferenció y no dejó de marcar sus reproches: “A nivel nacional nos dijeron que no tenían nada para nosotros porque éramos como una cosa nueva para ellos porque no sabían de nuestra existencia, aunque saben que existimos pero no así a nivel institucional. Pedimos alimentos, nos dijeron que no, que pidamos a cada provincia y a cada municipalidad y que ellos se encargarían de ‘comunicarse’ con ellos para que nos los dieran”.
Respecto al nivel municipal, Acevedo detalló: “Tenemos un gran apoyo de Guillermo Lugrín, director de Cultura de la Municipalidad de Concepción el Uruguay, cosa que no sucede en otros lugares, desde que me comuniqué enseguida obtuvimos respuestas. En mayo tuvimos un bolsón de comida para 15 artesanos/as, de los cuales había varios que la estaban pasando muy mal, pero el mes pasado ya no lo tuvimos, por eso propusimos que se permita la feria para poder vender, ya que no es lo mismo que hacerlo online, que se vende un poco pero no es para tanto. A nivel nacional lo único en que se movilizó el Inaes es para que en 30 días se arme una cooperativa y nada más”.
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