Un grupo de personas decidió manifestarse pintarrajeando el busto del ex presidente Néstor Kirchner. Es un medio primitivo para expresarse políticamente. La vandalización de un símbolo forma parte de la irracionalidad de la que hacen gala algunos sectores repitiendo como dogmas de fe, afirmaciones que mejor sería debatirlas. Cuando no hay argumentos se agrede.
Por ANÍBAL GALLAY de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Nuevamente algunas personas vandalizaron el busto del ex presidente Néstor Kirchner (Ver nota: Volvieron a...). La palabra vándalo proviene de un pueblo germánico que ocupó tierras en la península Ibérica y el norte de África. Infringió una derrota definitiva al imperio romano, que así apuró su caída. Fue uno de los llamados pueblos bárbaros.
En estos tiempos la palabra vandalizar no sería la más apropiada, pero sin entrar en tales asuntos, dígase que se trata de un acto agresivo.
Los sectores reaccionarios han tenido una actividad extra contra los gobiernos populares: destruir sus símbolos. Un símbolo es solo eso, una manifestación que recuerda casi siempre a algunas personas consideradas valiosas para un sector de la sociedad.
Se puede estar o no de acuerdo con la política y las decisiones tomadas por el ex presidente. Pero destruir su busto revela la incapacidad para hacer política, debatir, confrontar ideas y sopesar argumentos.
Durante la Revolución Libertadora miles de personas se dedicaron a destruir las efigies que recordaran a Eva Perón o al “Tirano prófugo”. (No se ignora aquí ni la quema de las iglesias, ni el bombardeo a Plaza de Mayo, pero esos hechos tienen otras connotaciones que superan la vandalización tal como aquí se le describe).
Ya había experiencia en eso de vandalizar. Cuando cayó el presidente Yrigoyen cientos de personas destruyeron su casa de la calle Brasil.
Durante “La Libertadora” se quemaron guardapolvos y zapatillas guardadas en las escuelas. Inclusive pulmotores en los hospitales. De los orfanatos se destruyeron frazadas, sábanas, e inclusive las vajillas. Desde ya que no se salvaron los libros. El odio y el revanchismo no tuvo límites y era necesario destruir todo lo que recodara al peronismo.
Estos elementos destruidos tenían el sello de la Fundación Eva Perón. Razón suficiente para su aniquilación.
Néstor Kirchner
En Concepción del Uruguay un grupo de personas decidió que el ex presidente Néstor Kirchner tenga un busto que lo recuerde. Se puede estar o no de acuerdo con la política y las decisiones tomadas por el ex presidente. Pero destruir su busto revela la incapacidad para hacer política, debatir, confrontar ideas y sopesar argumentos.
El votante de derecha se nutre en general de frases hechas, cuya fuente suelen ser los medios de comunicación. Así se sigue repitiendo: “se robaron un PBI”, “mataron un fiscal”, “robaron todo lo que pudieron”, “manipularon la justicia”, “se escudan en los fueros”, “gobernaron setenta años”, “quieren que seamos como Venezuela”, “propician el comunismo”, “coartan la libertad”… y otras del mismo tenor.
Se podrían poner en cuestión cada una de estas afirmaciones y en todo caso debatirlas. Sin embargo la respuesta de algunos sectores desde siempre es la agresión. Aunque sea un hecho menor esta vandalización del busto del ex presidente Kirchner se enmarca en esa lógica: “Como Kirchner fue un chorro agredamos el símbolo que lo representa”.
Esa una forma muy primitiva de manifestarse. Algún faraón egipcio borró todas las inscripciones de su antecesor, pretendiendo que haya un olvido generalizado. Miles de años después algunas personas vandalizan símbolos para manifestar sus diferencias.
anibalgallay@hotmail.com
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