Un estudio solicitado por la Justicia Federal en la causa por fumigaciones en la ciudad de Pergamino, en la provincia de Buenos Aires, confirmó la presencia de plaguicidas en el agua. El informe elaborado por el INTA señaló los riesgos de los plaguicidas encontrados y recomendó la agroecología como proceso de producción.
Un reciente informe pericial del INTA en la causa de Pergamino, donde se investiga la responsabilidad penal de productores rurales y funcionarios públicos municipales por las fumigaciones con agrotóxicos en las adyacencias de tres barrios, solicitado a instancias del Juez Federal Villafuerte Ruso, recomienda la reducción de la exposición ambiental a los plaguicidas.
Ya en abril de 2019, otro Informe técnico del Área de Toxicología y Química de la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó que el agua de varios barrios de Pergamino, presentaban al menos 18 tipos distintos de agrotóxicos, después de analizar pruebas líquidas. De esa forma el Máximo Tribunal del país, coincidió con un Informe Técnico realizado por la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del INTA Balcarce, que había realizado el primer estudio.
Ahora, como si la salud deteriorada de los vecinos de Pergamino no fuera suficiente prueba para demostrar el daño provocado, un Estudio Pericial Científico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) no solo señaló la eficacia de la medida cautelar dispuesta por el Juzgado Federal N° 2 de San Nicolás, a cargo de Carlos Villafuerte Ruzo, al establecer la distancia de protección de 1095 metros para aplicaciones terrestres y 3000 para áreas respecto del ejido urbano, sino que además recomendó “fuertemente la reducción de las aplicaciones (en dosis e intensidad) en los sistemas productivos, para disminuir la exposición ambiental de los plaguicidas”.
Desde 2011, Sabrina Ortiz, abogada querellante en la causa e integrante de Naturaleza de Derechos, viene denunciando las fumigaciones que en ella le provocaron dos ACV isquémicos, la pérdida de un embarazo y la presencia en el cuerpo (también en el de sus hijos) de glifosato y otros insecticidas en cantidades intolerables.
Su reclamo derivó en el fallo del juez Villafuerte Ruzo que suspendió la aplicación de agrotóxicos en tres barrios donde se probó que el agua estaba contaminada y, luego, en el proceso a productores por incumplir las medidas de protección y contaminar el ambiente.
Con respecto a los agrotóxicos encontrados en las muestras de agua, el informe explica, por ejemplo, que la atrazina “es una sustancia química disruptiva endocrina que puede causar problemas reproductivos en especies animales y está asociada a bajo recuento de espermatozoides y retraso en el crecimiento intrauterino en humanos; que el herbicida 2,4D es “posiblemente carcinogénico” y el clorpirifos “es un compuesto químico del grupo organofosforados, que se reconoce como la familia de plaguicidas más tóxica para las especies, incluido, los seres humanos”.
El documento científico concluye que “esta población (en referencia a los barrios de Pergamino) está expuesta a niveles más altos de plaguicidas que los residentes que no viven cerca de tierras agrícolas”.
Por último, el informe pericial “recomienda fuertemente la reducción de las aplicaciones (en dosis e intensidad) en los sistemas productivos, para disminuir la exposición ambiental de los plaguicidas” y destaca que “es posible producir cultivos extensivos aprovechando en mayor medida los procesos naturales y las interacciones beneficiosas, para reducir el uso de insumos y mejorar la eficiencia de los sistemas agrícolas”.
Fuente: Tiempo Argentino / AIM
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