"No es un político, es un empresario que quiere utilizar la política en beneficio de los de su clase, de la clase que no trabaja y vive privilegiadamente del trabajo de los demás", dice el docente Víctor Hutt sobre el ex gobernador Mario Moine. En esta columna, junto a Macri, Bordet y Menem, lo coloca en "la misma matriz distributiva o anti distributiva".
Respecto a las apariciones de Mario Moine en la escena política, sobre un discurso que viene a profundizar la pérdida de derechos de los y las trabajadoras
(*) Por VÍCTOR HUTT
Cuesta en una provincia como Entre Ríos debatir democráticamente y con la mayor participación posible un modelo de provincia, un modelo de economía o de producción.
Lamentablemente sufrimos las consecuencias no tener medios de comunicación que nos permitan comunicarnos o pensar a los entrerrianos en función de los entrerrianos, la oferta comunicacional más penetrante es la televisiva y allí no se habla de la realidad de la provincia, incluso tenemos una gran penetración de radios de Buenos Aires que reemplazan a las radios locales o provinciales, debido a esto, no menos del 90% de los y las entrerrianas no pensamos como entrerrianos, pensamos como argentinos y además nos pensamos como argentinos desde una mirada hegemónica de los medios de comunicación impuesta desde el poder del Grupo Clarín y sus innumerables ramificaciones, que nos construyen un sentido común que se establece sin lugar a dudas como enfrentado con los intereses de la clase trabajadora, un sentido común dispuesto a justificar todos los privilegios de la clase patronal.
Con el discurso de Moine aparece el intento de profundizar ese ajuste, esa destrucción de derechos, esa defensa del capitalista aunque nos mate con la fumigación.
Todos sus delitos dentro de la legalidad del sistema de explotación, ese sentido común que a decir de Gramsci define como una herramienta para la dominación, para mantener el Statu Quo por lo que luchan las clases sociales. Este sentido común impuesto desde los medios de comunicación hegemónicos nos daña nuestra mirada como argentinos, pero además nos impide la mirada como entrerrianos.
La mayoría de los entrerrianos no conocemos los resortes económicos de la provincia, no conocemos las líneas de gobierno, ni siquiera sabemos quiénes son nuestros legisladores o nuestros ministros, conocemos algo de nuestras ciudades y desde allí nuestra mirada salta a lo nacional, pero en el medio nos queda oculto gran parte del gobierno provincial que tiene que ver con cuestiones esenciales de nuestra vida, la salud, la educación, la seguridad, el modelo productivo, la explotación del ambiente, la contaminación de nuestro suelo, etc, son todos temas que se resuelven en el ámbito provincial y sobre los cuales los entrerrianos no tenemos conocimientos, no vale nuestra opinión, no participamos democráticamente en el modelo de provincia que nos sirve a los y las entrerrianas.
Cada tanto recordamos que somos habitantes de la provincia de Entre Ríos, cuando nos llaman a votar y en las boletas encontramos que se trata de la provincia de Entre Ríos, pero votamos sin conocer proyectos, modelos, trayectorias, personas y personajes que no aparecen de un consenso previo de los entrerrianos sino fundamentalmente por dos vías: las principales definiciones de candidaturas se obtienen de mandamientos de dirigentes de nivel nacional, necesitan ese acuerdo para ser candidatos, los lugares de legisladores se obtienen por un llamado de Buenos Aires y la otra fuente de las candidaturas es el poder cuasi feudal de los dirigentes políticos que son caudillos en sus pueblos, que se dedican a realizar grandes negocios personales desde ese poder y luego determinan quiénes serán los representantes de los pueblos, es así que vemos aparecer en las listas a personajes que jamás vimos en el territorios mostrando su vocación política y si los vimos mostrando su vocación para los negocios personales, aquí necesitamos utilizar el término de mafias enquistadas en el poder, esto sucede en todos los partidos mayoritarios, no es una característica de uno u otro de los partidos mayoritarios.
Es común ver llegar un helicóptero de Buenos Aires y a los pocos días encontrarnos con las listas de candidatos, es común ver a personajes que nada tienen que ver con la acción política popular, pero si mostrar una fidelidad absoluta a un caudillo de su ciudad, caudillos que muchas veces ni muestran sus caras, pero que son los que determinan las decisiones políticas más importantes.
En este contexto es que transcurrieron las elecciones provinciales en el 2019 y desde esta construcción política es que vemos una provincia caracterizada por medidas económicas que protegen la acumulación de riqueza y ajusta a los y las trabajadoras, y aquí hablamos, por ejemplo, de la rotunda caída del salario de los trabajadores estatales y la falta de cuidado de condiciones laborales de los trabajadores del sector privado, la falta de medidas que combatan el trabajo en negro.
Algunos ejemplos que nos muestran que vivimos en Entre Ríos y no pensamos como entrerrianos: todos conocemos el conflicto salarial de la policía bonaerense, pero, ¿qué salarios tienen los policías entrerrianos?, pensamos en conflicto educativo y muchos piensan en Baradel, pero Baradel no tiene nada que ver con la educación entrerriana; todos participamos del debate por los 6.500 estudiantes de CABA que no tienen computadores y conectividad, pero no sabemos de la gran cantidad, muy superior a 6.500, que no tienen conectividad en Entre Ríos y como estos tantos temas.
La mayoría de los entrerrianos no conocemos los resortes económicos de la provincia, no conocemos las líneas de gobierno, ni siquiera sabemos quiénes son nuestros legisladores o nuestros ministros, conocemos algo de nuestras ciudades y desde allí nuestra mirada salta a lo nacional,
En este contexto de falta de participación es que, las disputas de modelos se dan sólo a grandes escalas, pero necesitamos que los y las entrerrianas participen de este debate, se involucren, cambien los mandatos que vienen de Buenos Aires o de las mafias locales y que surja un modelo de provincia diferente a los que están en la escena política, que son muy pocos y muy parecidos, todos los proyectos que aparecen como importantes y serios tienden a cuidar la capacidad de acumular riquezas en pocas manos y a reducir los derechos del pueblo trabajador y la distribución de la riqueza que producimos los y las entrerrianas.
En este contexto político aparece Mario Moine, que estaba alejado de la escena política hace muchos años y consigue los espacios necesarios para desarrollar un modelo político y económico que nos retrotrae a lo peor del menemismo, justamente un modelo del que formó parte y fue partícipe necesario desde su gobernación, sabemos que viene de la mano de Rogelio Frigerio y de otros protagonistas de absoluto compromiso con las ganancias de los sectores acumuladores de la riqueza y la destrucción de lo público y los derechos de los trabajadores, pero también en sus declaraciones aparece dando consejos a Bordet, en la línea del ajuste y pérdida de derechos a los trabajadores.
El llamado a la participación de los y las entrerrianas se hace extremamente necesario ante este escenario, no podemos permitir que la política de la provincia sea discutida entre Mario Moine, Rogelio Frigerio y Gustavo Bordet, todos representantes del peor neoliberalismo que hemos sufrido en la provincia, ya sea durante el menemismo o el macrismo, partidos diferentes, partidos mayoritarios, pero con la misma matriz distributiva o anti distributiva.
En las declaraciones de Moine podemos leer claramente que está reclamando una profundización del ajuste en la política entrerriana, aún mayor al tremendo ajuste que se está desarrollando en manos de Bordet, que a esto lo dice con el acuerdo de los demás actores antipopulares con los que se junta a dialogar, en definitiva lo que propone es una vuelta a su gobernación de la década del 90, de las peores que hemos sufrido como entrerrianos y argentinos, la que luego desembocó en la crisis del 2.001.
Recordemos que el menemismo y su versión provincial a cargo de Moine, produjeron cientos de miles de despidos en la administración pública, que generó el porcentaje de desocupación más alto de la historia reciente, con su consiguiente deterioro del valor del salario, una medida básica y de manual del liberalismo. Considerando este antecedente es más fácil de entender el objetivo de sus consejos desinteresados, propone una reducción del 40% de la planta de personal provincial, el pago de salarios con montos fijos, pasando por arriba con esto toda la legislación salarial construida por la historia de las luchas de los trabajadores, habla de “socializar” los sueldos, pero solo los sueldos, no se le ocurre “socializar” la riqueza, propone que para atender la necesidad de los trabajadores que están en la mitad de la línea de la pobreza hagan el sacrificio los que apenas están por encima de la línea de la pobreza, pero sin tocar la riqueza de los acumuladores de capital, piensa en un Estado alejado del resto de la economía, reducir el Estado, empobrecer el Estado, pero no tocar a los sectores privilegiados de la Economía, ni más ni menos que el mismo Mario Moine de la década del 90 del siglo pasado, un modelo que es repudiado incluso por la mayoría de los dirigentes de la política nacional.
Posteriormente se mete con la deuda, da consejos sobre formas de pagarla, para lo cual el Estado tiene que tener recursos de sobra y sin lugar a dudas establece que esos recursos deben salir del achicamiento del Estado, pero nada se pregunta sobre el origen de esa deuda en dólares, sobre el destino de esos recursos que ingresaron a la provincia y tampoco se molesta en analizar que esa metodología de endeudamiento, en dólares a tasas superiores a las normales en el mundo, es la misma metodología que utilizó María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires, es la misma que utilizó el macrismo a nivel nacional, pero en Entre Ríos fue llevada adelante por Gustavo Bordet, el actual gobernador.
Al tema de la deuda en dólares lo vemos en provincia de Buenos Aires y Nación, pero en ambos casos, Axel Kicillof y Alberto Fernández, se hacen cargo de una deuda generada por otros, pero en Entre Ríos es diferente, el mismo Bordet generó esa deuda en línea con Vidal y Macri.
Sabemos cuál es el efecto de las deudas externas, no traen beneficios que se puedan considerar positivos y sólo traen justificaciones para posteriores ajustes, eso es exactamente lo que sucede con esa deuda en Entre Ríos.
Moine está preocupado por los futuros gobernadores y el problema de la deuda y apoya el pedido de Cambiemos para una comisión de seguimiento, precisamente nuestra deuda va a estar monitoreada por los que vinieron a endeudarnos, seguramente tratarán de resolverlo de una forma que no les genere problemas en una posible futura gobernación de Rogelio Frigerio.
Respecto a la Caja de Jubilaciones y el empleo público es muy básico en su análisis, no se le cae una idea, toda solución que se le ocurre es en perjuicio de los trabajadores, ni se le pasa por la cabeza otra solución posible en el camino de la distribución de la riqueza, no se le ocurre disminuir el déficit aumentando los ingresos del Estado, pensando en una reforma impositiva progresiva en que aporten más los que más riquezas se llevan, sigue con el librito que le regaló Cavallo en los años 90, se vanagloria de que tiene el coraje para decirlo y no entiende que se está vanagloriando de ser un dinosaurio de la política.
Vemos una provincia caracterizada por medidas económicas que protegen la acumulación de riqueza y ajusta a los y las trabajadoras
Es una exposición de macrismo explícito, de Martínez de Hoz explícito, de Cavallo explícito, todos los males de la sociedad se reducen reduciendo el Estado, muy lejos de las actuales concepciones mundiales del rol del Estado, que han quedado demostradas ante la irrupción de la pandemia, aquellos países en que el Estado no ocupó un lugar preponderante sufrieron la mayor cantidad de muertes, va sin dudas a contrapelo del discurso político que fue elegido por los y las argentinas en la última elección y propone precisamente el modelo al que se le dijo basta con el voto popular, sigue siendo la voz de la oligarquía en política.
A esto lo remata con una expresión que es lesiva para los y las trabajadoras del Estado entrerriano, para el personal de salud, para el personal de seguridad, para el personal de las escuelas, que han hecho el máximo esfuerzo en esta pandemia, incluso desde sus hogares y con sus propios medios, expresa que “hace ocho meses que la administración sigue funcionando con 32.000 empleados menos”, como trabajador de ese Estado entrerriano, que además sufro la falta de personal en las escuelas en las que faltan cargos docentes y no docentes, le exijo una retractación de esta pésima expresión.
Dice que Entre Ríos está excedida en 30% o 40% en personal y lo que vemos los que trabajamos en el Estado es que falta personal para poder garantizar derechos a los entrerrianos, en mi caso personal pongo un ejemplo, soy Rector de una Escuela Secundaria de Adultos, con más de 400 estudiantes, de Tercera Categoría, debiera ser de Segunda Categoría y contar con un cargo de Vicerrector/a, por la superficie de la Escuela y la cantidad de estudiantes y docentes, desde el CGE se dio trámite positivo al nombramiento de un tercer personal de maestranza, pero ese cargo nunca llegó y de acuerdo a lo que dice la ley de Educación Entrerriana, en su artículo 43 establece que debería funcionar un jardín maternal en la Escuela, pero este no funciona por la falta de cargos docentes, sólo con este ejemplo muestro cuatro cargos que son necesarios, si los gobernadores anteriores han designado personal en lugares innecesarios, si abundan los cargos de funcionarios políticos, no es responsabilidad de los trabajadores, habrá que investigar, pero toda designación incorrecta es responsabilidad del funcionario que lo decide y no de la persona que necesita un puesto de trabajo para vivir, pero además entiendo que este discurso de Moine no tiene sentido para nosotros, es el mismo con el que justificó la destrucción del Estado en épocas del menemismo.
Recordemos que aquella destrucción del Estado de la década del 90, además de producir cientos de miles de despidos, una desocupación que llegó al 25%, además privatizó las principales empresas públicas estatales, en todos los casos regalando recursos a socios privados, en Entre Ríos fue la entrega del Banco de Entre Ríos, de la empresa de Energía, entre otras nefastas privatizaciones que deberían avergonzar a su responsable, que fue Moine y su gente.
En la discusión del déficit de la caja de jubilaciones vuelve a mostrar su liberalismo explícito, ante el déficit no se le ocurre otra idea que quitar derechos a los trabajadores y hacerlos jubilar más viejos
Nos habla de generar superávit en la provincia y con esos fondos promocionar sectores de la economía, pero por lo que se lee en esas ideas ese superávit debería salir del achicamiento del Estado, del despido de los trabajadores, una provincia sin médicos, sin enfermeros, sin docentes, al servicio de las empresas, un modelo de Estado como agencia de promoción de las empresas cómo único objetivo.
Nada dice, por ejemplo, se me ocurre, de redestinar los fondos que se destinan a empresas de educación privada, que cobran cuotas exorbitantes y los salarios de sus trabajadores salen de las arcas del Estado, justo esa parte del gasto del Estado no le preocupa y es un gasto creciente, desde hace años que se achican los presupuestos para escuelas públicas y se destinan a empresas privadas que venden educación a un elevado precio, inaccesible para la mayoría de los entrerrianos.
Tampoco se refiere al hablar de déficit al elevado costo que se le paga al Banco de Entre Ríos S.A. por su servicio como agente financiero, claro, no puede hablar de un gran negociado que se cocinó en su gestión.
En la discusión del déficit de la caja de jubilaciones vuelve a mostrar su liberalismo explícito, ante el déficit no se le ocurre otra idea que quitar derechos a los trabajadores y hacerlos jubilar más viejos, nada de entender algo sobre la consideración de que la garantía de derechos no puede medirse en términos de pérdidas y ganancias, si son derechos gobernar significa buscar la forma de garantizarlos, de financiarlos y determinar de dónde saldrán esos recursos sin lesionar derechos.
Si seguimos con esa lógica, el derecho a la educación también genera déficit, el derecho a la salud también genera déficit, pero ojo, no es tan desubicado lo que estoy diciendo, porque precisamente fue Moine el que acompañó la destrucción de estos derechos en la década del 90 en función de reducir los déficits que necesitaba el gobierno liberal. Moine mismo lo reconoce en su entrevista, reconoce que fue cómplice de Menem y Cavallo en la reducción del gasto educativo del gobierno nacional al aceptar la transferencia de la educación secundaria sin recursos, recordemos que la anterior transferencia, de las escuelas primarias, se había producido durante la dictadura, la misma política en educación, de la dictadura, del menemismo y ahora aparece Moine con las mismas recetas para seguir arrancando derechos a los y las trabajadoras, que no se jubilen, que sigan trabajando hasta que no den más, que se los pueda seguir explotando hasta que les den sus huesos, ni más ni menos que el peor de los discursos liberales.
Me resulta gracioso reencontrarme con una expresión en sus palabras, porque la recuerdo de mis épocas de estudiante, nos decían que era mejor que el sistema educativo pase a la provincia porque no vamos a tener que esperar supervisores que vengan de Buenos Aires, claro, omitían decir que tampoco vendrían recursos, me retrotraje al yo adolescente debatiendo con el Moine Gobernador, nos quedamos en el tiempo.
LAS JUBILACIONES
En una parte de la entrevista utiliza una expresión que si no fuera por lo perverso del concepto, hasta resultaría graciosa. Dice “igualemos derechos” y bajo esta frase quiere justificar que el sistema jubilatorio de los trabajadores públicos sea tan nefasto como el que sufren varios trabajadores privados, todo un estadista.
Yo también digo “igualemos derechos”, pero en el sentido contrario, que los trabajadores privados puedan lograr un sistema jubilatorio similar al de los estatales, se espera que un político tenga ese sueño, pero no es un político, es un empresario que quiere utilizar la política en beneficio de los de su clase, de la clase que no trabaja y vive privilegiadamente del trabajo de los demás. También dice que los trabajadores privados cumplen 45 horas semanales y los públicos 35 horas, lo que demuestra que no entiende nada, que no sabe que el debate en el mundo es reducir las horas laborales, otra vez quiere “igualar” pero siempre en perjuicio de la clase trabajadora y dejando intencionalmente a los ricos que trabajan cero horas semanales y viven de manera muy diferente a la clase trabajadora, en todo su discurso se observa que estamos leyendo a un patrón buscando soluciones de ajuste y pérdida de derechos de los trabajadores, pero jamás se le pasa por la cabeza una distribución de la riqueza, una frase como justicia social, una frase como la riqueza para quienes la producen, que a la crisis la paguen los capitalistas, no, nada de eso, patrón, patrón.
Cuando habla de montos jubilatorios dice que en Entre Ríos el promedio es $ 55.000 y en Nación es de $ 22.000 para mujeres y $ 29.000 para hombres, sigue y habla de reducir las altas jubilaciones, pero no repara en escandalizarse por los promedios nacionales de $ 22.000 para mujeres, lo pasa como si fuera algo que está muy bien e inconscientemente está reconociendo que es eso lo que quiere como modelo para los y las trabajadoras entrerrianas. Le digo a Moine, esas jubilaciones son inconcebibles y hay que aumentarlas, pero eso es distribuyendo la riqueza y no “igualando derechos” para sumergir a toda la clase trabajadora en la misma pobreza que llega a ser miseria.
Finalmente continúa hablando de su gran gobierno provincial, marcando tres o cuatro obras públicas como positivas, pero sin recordar las privatizaciones-entregas escandalosas, la destrucción del Estado y de derechos que eso acarrea, la transferencia de un amplio sector educativo del Estado nacional sin recursos y la recordada ley de emergencia que sufrimos, de términos peores a la que sufrimos actualmente con Bordet.
Preocupa la aparición de Moine en la escena política provincial, entiendo yo que no debemos verla como un posicionamiento en función de una candidatura, él mismo lo dice, pero preocupa en tanto aparece como un ex gobernador, que muchos no recuerdan su pésima gestión y quiere establecerse como voz autorizada para imponer una profundización del ajuste en la provincia, no sabemos si en manos de Bordet, podríamos suponer que habla a pedido de Bordet, de tal forma de correr el escenario hacia un ajuste necesario que luego lo muestre como necesario de realizar o si habla para justificar a futuros candidatos a gobernador como Rogelio Frigerio o Martínez Garbino, que son los amigos que menciona en sus presentaciones.
Los entrerrianos tenemos que entender que con Bordet estamos sufriendo un gobierno de características antipopulares, neoliberal, que reduce salarios groseramente, que reduce derechos, que genera deuda en dólares, que defiende la fumigación de nuestra vida, pero que con el discurso de Moine aparece el intento de profundizar ese ajuste, esa destrucción de derechos, esa defensa del capitalista aunque nos mate con la fumigación.
Es tiempo de que los entrerrianos comencemos a pensar el modelo de provincia que queremos y nos merecemos y saquemos de la escena a las mafias enquistadas en el poder que jamás pensarán en la vida del pueblo entrerriano sino en la maximización de sus ganancias, que entienden que nuestros derechos generan déficits a sus negocios privados.
(*) Víctor Hutt, trabajador de la Educación del Estado entrerriano.
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