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Alarma en Argentina por la habilitación del trigo transgénico

El Ministerio de Agricultura de la Nación decidió aprobar, pero de manera condicionada a un permiso de Brasil, el primer trigo transgénico tolerante a sequía del mundo.

El ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, junto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la empresa Bioceres, y la Universidad Nacional del Litoral, anunciaron que se recibió la aprobación regulatoria por parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

Esta biotecnología es conocida como HB4 y consiste básicamente en incorporar al trigo genes que dan resistencia a la sequía y tolerancia al agrotóxico Glufosinato de Amonio. Es decir que se interviene el genoma de la planta insertando un gen del girasol que aumenta su resistencia al stress hídrico y que suma como variante apilar los genes que dan tolerancia al Glufosinato de Amonio y el Glifosato, indistinta o conjuntamente.

En mayo de 2013,  la empresa Bioceres, había obtenido la licencia para el uso y explotación del gen HB4 (extraído del girasol), y firmó acuerdos para el desarrollo conjunto con la firma francesa Florimond Desprez de la variedad de este trigo transgénico que acaba de obtener la aprobación comercial, aunque condicionada a la aceptación por Brasil, principal país exportador del cereal argentino.

Según afirman sus desarrolladores la tecnología HB4 permite obtener semillas más tolerantes a la sequía, minimizando las pérdidas de producción, mejorar la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés hídrico y dar mayor previsibilidad a los rindes por hectárea.

Lo que no dicen es que se trata de un método del agronegocio para paliar los efectos de la sequía que el mismo modelo de agricultura industrial ha generado y que es una consecuencia directa del cambio climático del que es gran parte responsable.

Lo que no dicen es que se trata de un método del agronegocio para paliar los efectos de la sequía que el mismo modelo de agricultura industrial ha generado y que es una consecuencia directa del cambio climático del que es gran parte responsable.

Esta noticias despertó rápidamente la alarma en los sectores que promueven un cambio de paradigma agroindustrial y de uso del suelo en nuestro país, ya que consideran, entre otras cosas, que el trigo HB4 no cuenta con evaluaciones de impacto ambiental en todos los biomas y no posee ensayos a largo plazo en laboratorio sobre los efectos crónicos y cancerígenos.

Aseguran que también debe tenerse en cuenta, que el argumento de la sequía es sólo una pantalla, y que en realidad el trigo HB4 apila también el gen que le da tolerancia al Glufosinato de Amonio como alternativa al agrotóxico Glifosato, ante la eventualidad de su prohibición en la Unión Europea.

Esto último es particularmente muy grave, porque el trigo es un alimento esencial que forma parte de la dieta diaria en nuestra sociedad, y con la tolerancia al Glufosinato, se suma un riesgo significativo a la alimentación de la población al consumir pan, harinas, pastas con residuos de este agrotóxico que opera en el organismo humano como un disruptor endocrino.

La Cámara de Exportadores de Cereales de Argentina (CEC) también expresó su preocupación por la recepción que tendría la aprobación del evento en los demás destinos de exportación. Previos intentos de desarrollo de trigo transgénico chocaron contra el rechazo al producto en países importadores.

A nivel mundial se habla de un cambio en el mercado internacional de alimentos y en la forma en que producimos nuestra comida, donde la tecnología vaya de la mano del cuidado del ambiente y la producción se centre en la disminución del uso de productos químicos y donde se tenga en cuenta el uso y preservación de los suelos.

Por lo que este tipo de iniciativas que pretender extender el agronegocio a toda costa, solo pensando en los beneficios económicos sin tener en cuenta el daño a largo plazo que pueden provocar, ya no deberían formar parte de nuestra matriz económica.

Fuentes: Naturaleza de Derechos / Reuters  

 

 

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