El haka que realizan los All Black es producto de la lucha sociocultural en la sociedad neozelandesa: su contrafestejo, su día de la diversidad. El contraste con la indefinición de nuestra identidad y las oportunidades de revisarnos hacía adentro forman parte del análisis que realiza aquí el profesor Mauricio Castaldo.
Por MAURICIO CASTALDO
¿Qué significado podemos darle a la ofrenda de los All Blacks para Maradona?. El duro, excepcional e interpelante 2020 incluye en su cierre este homenaje de la selección neozelandesa de rugby al gran astro del fútbol argentino y mundial. Buena parte del pueblo argentino se ofendió con los Pumas por no haber tenido un gesto parecido y la búsqueda rabiosa de explicaciones a esta inconducta deportiva se encontró con un impresentable pero no novedoso archivo digital de declaraciones racistas de algunos jugadores argentinos. Esa ideología de algunos pumas es la ideología de una parte de la sociedad argentina preocupada siempre por los “negros de mierda” que vienen a “invadir propiedades, a vivir de planes o a robar trabajo”.
Cuando el capitán All Black, Sam Cane, apoyó en el césped la camiseta negra de su selección con el 10 y el apellido Maradona, el mundo aplaudió esa acción solidaria y fraterna. El haka, la tradicional danza maorí que los rugbiers de Oceanía realizan antes de iniciar cada partido, comenzó esta vez con un homenaje al ídolo argentino. Una parte importante y positiva de lo humano, antropológicamente hablando, se expresó en ese haka. La otra parte estaba latiendo en los twitters del odio social. El respeto público de Nueva Zelanda por su cultura originaria ha sido parte de una lucha y un debate largos, como sucede en otros pueblos, aunque los All Blacks realizan esta ceremonia con un sentido deportivo hace más de un siglo. No han faltado en ese país de Oceanía enfrentamientos fuertes entre maoríes cansados de burlas contra jóvenes blancos practicantes del desprecio folklórico e irónico. El haka que realizan los All Blacks hoy identitariamente es producto de la lucha sociocultural dentro de la sociedad neozelandesa. Es su contrafestejo o su día de la diversidad instituido deportiva y culturalmente. Con suerte, el contrafestejo dentro del deporte argentino está en cada mate que las y los jugadores o las y los deportistas comparten antes o después de cada encuentro. El problema está en el casi seguro desconocimiento que nuestros deportistas y nuestra sociedad tienen de la historia originaria del mate.
Contactos del lado Pacífico. ¿Quienes nos creemos que somos?
Un investigador italiano radicado en Argentina en el primer cuarto del Siglo XX, José Imbelloni, estudió apasionadamente los lazos lingüísticos, arqueológicos y antropológicos que unen o que muestran un contacto entre los pueblos nativos de Oceanía y de los de Nuestra América-Abya Yala. En 1926, Imbelloni publicó “La Esfinge Indiana” con la colaboración de su discípulo local Enrique Palavecino. A la gran pregunta de cómo se pobló nuestro continente, Imbelloni contestó primero con la tesis de las travesías oceánicas y luego, antes de los debates y cuestionamientos científicos -que sostenían el poblamiento asiático a través del Estrecho de Bering- respondió con prudencia que, sin poder certificar el poblamiento americano-abyayalense por el Océano Pacífico, por lo menos puede hablarse de contactos importantes entre los pueblos de Melanesia y Polinesia con los de la costa pacífica de nuestra tierra. Antropólogos de la talla de Paul Rivet abonaron a esta discusión que sigue siendo apasionante hasta hoy. En los trabajos de Imbelloni pueden verse las similitudes entre vocablos de nuestros pueblos originarios con palabras de las culturas de Oceanía, como por ejemplo “ahu” que es la expresión para hablar de un tejido, y que suena parecido en Nueva Zelanda, Tahiti, Hawai, en la tierra Rapa Nui y en las culturas quechua y araucana. La pasión contagiosa de Imbelloni llegó hasta Paraná: fue docente de Historia en una Escuela Normal que entre 1919 y 1930 fue parte de la Facultad de Ciencias Económicas y Educacionales de la recién creada Universidad Nacional del Litoral. La discusión entre normalistas y reformistas universitarios fue larga y tensa: organizar democrática y responsablemente una institución universitaria y combinar formación superior con profundidad pedagógica sigue siendo un desafío serio hasta el presente.
Cuando los All Blacks apoyan la camiseta negra de Maradona en el terreno de juego parece darse otro de esos encuentros casi milenarios entre nuestras culturas. ¿Qué escribirían Imbelloni y Palavecino de este hecho extraordinario?. El mestizaje maorí-occidental que representan los rugbiers neozelandeses ofrece algo más que un camiseta negra con el diez. Ese mestizaje de Oceanía, donde cada parte parece haber enseñado algo a la otra, parece convocarnos a la reflexión sobre nuestra historia. ¿Qué sabemos de nosotros mismos? ¿Qué nos han dicho que somos, qué nos han hecho creer que somos? ¿Qué podemos intercambiar con los All Blacks, con Nueva Zelanda y con los demás pueblos del mundo?. La ofrenda de la camiseta nos remonta a nuestra historia antes del racismo colonial europeo y el desprecio puma nos muestra el otro camino histórico, el de la colonialidad ideológica y el odio cobarde y autodestructivo. Ser naturalmente humano y ser demasiado humano son dos posibilidades, dos trayectorias vitales que no siempre están diferenciados por un ritual milenario: la mayoría de las veces esa contradicción palpita en cada uno de nosotros. Maradona mismo es una leyenda atravesada por las tensiones del sistema: potencia e ilusiones del pueblo humilde y contaminación del dinero, el consumo y las ofertas sin sentido del mercado. En medio, la falta de resolución política y cultural, profunda y totalmente democrática, de las injusticias estructurales. La propuesta All Black de un diez negro en el rugby puede interpretarse simbólicamente como una propuesta de síntesis antropológica, ética y política. Cuando los neozelandeses estuvieron en Argentina, a mediados de 2019, aprovecharon su día libre antes de un partido para visitar la Ex Esma. Conmovidos, escribieron en su cuenta de instagram que “la angustia inimaginable de este período todavía se siente hoy”. Sin dudas, y es un drama histórico de consecuencias cotidianas, tal como lo denunció Rodolfo Walsh. Lo importante es que la memoria y el respeto a los derechos humanos no caigan en disputas partidistas: esa reflexión de los All Blacks es una invitación a aprender juntos a valorar cuestiones éticas fundamentales de una vida social que pretende ser democrática.
Un nuevo derecho natural y la pregunta por la democracia
En estos días, la primer ministra laborista de Nueva Zelanda, Jacinda Arden ha sido elogiada por pensadores de izquierda y de derecha. No es fácil conseguir esa unanimidad. El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, implacable crítico del capitalismo y del colonialismo, dijo en una entrevista para Página 12 que, “los derechos de la madre Tierra, por ejemplo, no tuvo muchos resultados en Ecuador, pero veamos lo que pasó en Nueva Zelanda. Jacinda Arden, la primera ministra, una mujer fabulosa, la líder mundial en este momento después del Papa diría yo, esta señora promulgó una ley sobre los derechos humanos del río sagrado de los indígenas, y no fue simplemente eso, ha dado plata para regenerar, revitalizar los ciclos vitales del río. Es una revolución que no logró efecto en Ecuador, en Bolivia, en Colombia, como sí en Nueva Zelanda. Debemos articular los conflictos sociales con esa idea de Naturaleza porque esta es territorio, cultura, memoria, pasado, espíritu, conocimiento, incluso sentimiento paisaje” (1). Tenemos experiencias similares en Colombia por ejemplo de este nuevo derecho natural. Lo importante aquí es agregar que la política socialdemócrata neozelandesa ahora negocia con empresas multinacionales la puesta en marcha de una semana laboral de cuatro días (2) y que la empatía “all black” de la jefa del gobierno incluyó en 2019 salir públicamente con un hiyab -un velo- en solidaridad con la comunidad islámica víctima de un atentado fascista en ese país de Oceanía. La hermenéutica mundial transmoderna que nos propone Enrique Dussel parece mostrarse en estos gestos y rituales de la tierra de Aotearoa. El Maradona All Black puede pensarse como una imagen política de síntesis, sin poses ni iluminismo ni doble discurso, sobre los derechos humanos y la justicia social. El Maradona All Black es la semiótica posible de un plan de desarrollo humano, porque con el PBI y el interés empresarial solos nunca se va alcanzar el bien común. Por lo demás, liberar el tiempo vital de la explotación mercantil puede ser una de las revoluciones de nuestro tiempo, tal como lo intuyó hace casi medio siglo el entrerriano Arturo Sampay.
Arden también fue elogiada por Francis Fukuyama. En una entrevista para la Revista Ñ del diario Clarín, el intelectual norteamericano crítico de lo que simplifica como “populismo” y elogioso de lo que siempre defiende como “liberalismo”, afirmó que “Donald Trump se comportó como si fuera a seguir un segundo mandato pero finalmente perdió… la pandemia ha sido positiva para la fortuna de los líderes liberales, como Angela Merkel en Alemania, que aumentó su popularidad, o la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arden, que representó otro caso exitoso y democrático. La pandemia ha producido una evaluación negativa respecto de los líderes autoritarios y generado un prestigio positivo para aquellos políticos que han podido manejarla de manera más efectiva y democrática. ¿Cuál de estas tendencias va a ser la que prevalezca?. Es difícil predecirlo, pero creo que al terminar la pandemia va a haber resultados más positivos que negativos” (3). La historia no se ha terminado, las dos caras de lo humano se han visto una vez más en medio de la cuarentena forzosa y en el mutis puma frente a la ofrenda All Black. El socialismo democrático maorí le tendió la mano a la Argentina de Maradona. Lás páginas de Imbelloni y Palavecino vuelven a abrirse. ¿Cómo responderemos hoy a la pregunta de la esfinge por nuestros conocimientos, nuestras expectativas, nuestras alternativas y nuestro futuro?.
mauriciocastaldo@yahoo.com
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