El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Los peces que aparecieron muertos en estos días en el arroyo El Curro reflejaron la contaminación permanente de ese arroyo, cuya agua en épocas de crecientes, termina en la toma de agua potable de la ciudad.
Por JORGE RUBÉN DÍAZ de la REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Fotos: Gentileza de NICOLÁS URQUIZA
La desidia ambiental con que las diferentes gestiones municipales encararon la contaminación de los arroyos efluentes del río Uruguay (algunos atraviesan la ciudad, además) pone en riesgo la salud de la población.
Días atrás aparecieron cientos de peces muertos a lo largo de dos kilómetros del curso del Arroyo de La China , lo que refleja el grado de contaminación y la falta de controles de las plantas de purificación de Granja Tres Arroyos, el frigorífico más importante de la ciudad.
Algo similar ocurrió más recientemente con más peces sin vida en el arroyo El Curro, tal como lo reflejan las fotografías. En este caso, el problema puede afectar directamente nuestro bienestar: “Toda esa agua contaminada cae al bolsón que está entre el camino y el bulevar Yrigoyen. Cuando el río crece y tapa los pozos negros, esa agua sale a la superficie, la bomba no puede funcionar porque está colocada muy baja. Entonces, va por El Curro hacia el arroyo El Molino y luego a la toma (de agua) de la ciudad”, alertó en una entrevista realizada por el semanario El Miércoles, hace 15 años, el desaparecido Luis Grianta, químico y profesor uruguayense, profesional respetado en todo el país y reconocido por su coherencia, conocimientos y militancia en cuestiones de ambiente.
Pese a la gravedad de tamaña afirmación, nada se hizo para mejorar la salud de ese arroyo, más bien su estado sigue empeorando año a año.
Peces muertos
Durante la tarde de este domingo las redes sociales multiplicaron las imágenes registradas por Nicolás Urquiza, un joven kayakista uruguayense comprometido con la cuestión ambiental, en las que se puede observar una gran cantidad de peces en el castigado El Curro y el agua de color verde intenso. “No eran grandes, en su mayoría eran bagrecitos que empezaron a emerger a la superficie en un tramo de unos 20 o 30 metros del arroyo. Cuando pasé aguas arriba vi uno o dos apenas, pero cuando volví, antes del atardecer, aparecieron cientos alrededor del bote”, relató indignado.
Urquiza explicó que no estaba correntoso ni profundo “había muy poca agua, menos de media pala (unos 60 centímetros de profundidad), la temperatura del agua era muy alta”, ensayando una posible respuesta sobre las razones de la muerte de los animales.
También reconoció que no percibió mal olor en el arroyo: “Sólo en las proximidades de la calle, sobre el puente que lleva a la chacra del Círculo Católico de Obreros. Ahí ya no había agua para acercarse con el kayak y se acumula mucha basura bajo el puente”.
Por último, el joven contó que siempre se ve agua verde y basura pasando bajo el puente, “aunque hace unos cuatros meses fui y no se veía tanto verdín (cianobacterias)”.
Un mal de años
“Otro problema grave es el agua del arroyo El Curro que desemboca en la parte baja del taller San José inundando todo cuando crece”, advirtió en aquel reportaje Grianta. Y profundizó: “Allí pusieron una bomba elevadora, supuestamente para que el río saque el agua de la vertiente de pozos ciegos de toda esa z
ona, porque hay pozos ciegos y volcamientos al aire libre”.
Después, señaló algo sumamente preocupante: “Toda esa agua contaminada cae al bolsón que está entre el camino y el bulevar Yrigoyen. Cuando el río crece y tapa los pozos negros, esa agua sale a la superficie, la bomba no puede funcionar porque está colocada muy baja. Ahí va por el arroyo El Curro, de ahí al Molino y luego a la toma de la ciudad”.
Por si quedaban dudas, Grianta recalcó aquella vez: “En estos momentos, para Concepción del Uruguay lo conflictivo no es el Arroyo de La China, sino El Molino y su afluente, El Curro. Es inadmisible”. Tres lustros más tarde sigue siéndolo.
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