“Un mural para cantar a las escritoras entrerrianas“ da nombre a lo que será un homenaje a figuras de la literatura provincial, a cargo de Laura Erpen, que se realiza este viernes 12 de marzo a las 20.30 en la Biblioteca Provincial, en Paraná. Desde Concepción del Uruguay, la escritora entrerriana comparte en esta charla --publicada en “Análisis”-- su amor por las mujeres entrerrianas que motorizó una cosmovisión inspiradora y que difunde “para ver por qué tenemos tanta fuerza en estos tiempos tan complicados”.
Por SOFÍA ARNAUDÍN
Claudia Rosa; Celeste Mendaro; Ana Teresa Fabani; Emma de Cartosio; Marta Zamarripa; Emma Barrandeguy, son algunas de las mujeres que nombra, del otro lado del teléfono, mientras suena una música de fondo en su casa ubicada en el Puerto Viejo, de Concepción del Uruguay. “Soy una mina sesentista y quienes vivimos los ’60 estamos zangoloteados para todos lados”, asevera; afirmación que dará sentido a todas a las palabras venideras.
Laura Erpen tiene 77 años. Es escritora, investigadora, docente, ensayista. No deja de deslumbrarse por las cosas que cambian, que crecen, que se desarman. En su vida, ha cultivado un particular interés por las mujeres de la historia entrerriana: docentes, médicas, escritoras. Es por eso que ha dedicado parte de su vida a investigar, escribir y difundir la historia de mujeres que, a su entender, fueron reconocidas y admiradas a las maneras de su tiempo. Admira a todas por igual, las siente cercanas. “Vivo frente a la casa donde vivió Cecilia Grierson, la primera médica argentina, y a una cuadra de la casa de Teresa Ratto, la primera médica entrerriana; conocer todas esas figuras -que tomo en un libro que se llama Tostadas dulces con mermelada de durazno y manteca (2011), me abrió un panorama impresionante. Después viene el Premio Fray Mocho de Carrieguito (2010), que está la figura de la mujer también porque Carrieguito, un paranasero como le digo yo, siempre le cantó a la mujer con una ternura muy singular. Y en el libro aparece la figura de la costurera, que no dio aquel mal paso, sino que recibió tanta ternura de Carrieguito”, dice, Laura Erpen.
Y están las amigas; las que marcan el camino, las que enseñan, las que aman a la par “He tenido grandes amigas escritoras. Claudia Rosa fue una maravilla; fue fundamental en mi vida. Conocerla tan jovencita me transformó la mirada. Otra maravilla fue La niña del Nogoyá -como le digo yo- Celeste Mendaro. Celeste, una figura sorprendente. En Paraná la reconocen como la introductora del periodismo narrativo, pero fueron dos grandes amigas, junto con Mercedes De Giusto”, comenta la escritora entrerriana quien disertará sobre todas ellas, en la Biblioteca Provincial de Paraná y adelanta: “Voy a llevar un libro que se lo voy a dejar ahí, en la Biblioteca, de una novelista de Paranacito, Silvia Mahl, edición bilingüe con lexicón de las Islas, que creo, va a ser una novedad”.
-“Un mural para cantar a las escritoras entrerrianas”, da nombre a la actividad de este viernes ¿cómo surge la propuesta?
-Es una invitación de la Biblioteca Provincial a la cual estoy muy agradecida, porque además amo la Alameda (de la Federación, calle donde está ubicada la Biblioteca). El objetivo es cantarle a las mujeres a través de una mujer que realmente me sorprendió cuando empecé a investigarla que fue Josefina Pelliza de Sagasta. Es una escritora, periodista, luchadora, que nació en una carreta cerca de Concordia y ha hecho cosas sorprendentes. Trabajó, por ejemplo, con Juana Manuela Gorriti en sus revistas. Enfocar esa figura te abre todo un panorama, una especie de holograma para que aparezcan todas las mujeres que han trabajado tanto por las letras en la provincia y que han sido reconocidas, no es que han sido dejadas de lado. El mismo Juanele fue uno de los que puso en valor la figura de la mujer escritora entrerriana y Josefina Pelliza fue una de las primeras novelistas históricas.
-¿Qué es lo que más le sorprende de su figura?
-Tiene una novela, La Chiriguana, que es una cosa realmente increíble; una forma de literatura híbrida en donde se encuentra una riqueza impresionante. Ahora está de moda trabajar sobre sus novelas Margarita, La Chiriguana; yo la encontré de casualidad en una sección de la Universidad de Texas. Ahora está definitivamente consagrada, es una figura sorprendente, incluso escapa de la literatura para meterse en los derechos de la mujer cuando, desde la revista que dirigían con Juana Manuela Gorriti, discutía con Dalmacio Vélez Sarsfield (uno de los ideólogos del Código Civil Argentino) que estaba escribiendo el Código sobre lo que ella llamaba el olvido punible, es decir, las mujeres no heredaban a sus maridos. Ella insistía en que debían heredar. Es una cosa muy curiosa cómo defendía el derecho de la mujer de heredar a su cónyuge. Fue una de las grandes que se destacó junto con otras que, cuando yo empecé a ver si existía toda esta gama de mujeres, me sorprendió, pero hace muchos años de eso. Ahora ya está todo visibilizado, como dicen ahora. Realmente son muy sanadoras. Entonces podría decirte que la actividad en la biblioteca intenta celebrar. La problemática de las mujeres está expuesta, hay que trabajar mucho sobre eso, sin duda alguna mucho queda por hacer. También vamos a recordar cómo comenzó para ver por qué tenemos tanta fuerza en estos tiempos tan complicados, en este cambio de época que nos sacudió, pero que no nos sorprendió porque ya lo esperábamos hacía rato.
-¿Cómo se ubica usted en este tiempo?
- A mí no me resultó difícil porque yo soy una mina sesentista y quienes vivimos los ’60 estamos zangoloteados para todos lados. Fueron maravillosos y nos abrieron un mundo increíble. Lo tomo con cierta plasticidad. Me ayudó mucho un estudio inesperado para una profesora de literatura como yo que fue una Maestría de Salud Comunitaria y familiar. Descubrí ahí las primeras médicas: Cecilia (Grierson) y Teresa (Ratto), me apasionaron esas mujeres. Confío en que las generaciones que vienen van a lograr grandes cosas. Yo tengo tres nietas mujeres y las veo con confianza y con esperanza. Me gusta la gente joven que tiene nuevos modos de expresión.
-¿Qué fue lo que la impulsó a dedicarse tan plenamente a la investigación y reivindicación de estas mujeres?
-Supongo que la figura de mi abuela. Fue decisiva en mi vida; tuvo una vida difícil, pero nunca bajó los brazos. Mi abuela se llamaba María Manuela de Urquiza, era nieta del General Urquiza y de la rama (Norberta) Calvento. Fue de las primeras maestras que egresó de la Normal y se fue a vivir a Guardamonte (Departamento Tala, Entre Ríos) con mi abuelo. Tuvieron diez hijos; tuvo alumnos por todos lados. Nunca decayó a pesar de tener una vida difícil y tuve la suerte de que me contara esos famosos cuentos de la abuela; me hizo notar la templanza y la fortaleza de la mujer. Así que creo que ella me llevó a buscar esas cosas así de curiosas.
-¿Y en su caso? Como mujer que escribe e investiga…
-A mí siempre me han respetado. Siempre he tenido mujeres y varones, personas que me han hecho la vida muy grata. Ha sido una gozada la vida. Lástima que uno se hace mayor -dice, entre risas- pero se envejece y se aprende. Te das cuenta que sos más feliz cuando podés prescindir de muchas cosas y ahí aparecen el tiempo, la música y la literatura.
-¿Cómo está viendo la nueva ola de escritoras entrerrianas?
-Con mucha ilusión y total felicidad. Me alegro de que surjan y cuanto más aparezcan mejor. Hay tonos nuevos, modos nuevos, la diversidad me fascina. Como decía Marta Zamarripa (poeta entrerriana) Nuestra señora la literatura es una maravilla.
-Además de investigar y crear en ese aspecto ¿está escribiendo?
-Estoy como stand by hace rato porque me tomé mi tiempo, no se puede estar zangoloteándose todo el tiempo. Ahora le cedí los derechos de unas investigaciones a una Comisión de Cultura del Centro Urquiza, de acá de Concepción del Uruguay, para la revisión de algunas obras. No tengo ganas de publicar, creo que la última publicación que haré será “Crónicas de una mina sesentista”. Creo que con eso me despediré y dejaré terreno para las nuevas generaciones. A mí me gusta ver los que crecen y los que nacen.
La tierra del asombro
Laura Erpen habla de la provincia que da luz una pasión insoslayable: “Yo tengo una ventaja sobre los entrerrianos que al ser porteña aquerenciada; siempre tengo los ojos abiertos al asombro” dice, sobre la Entre Ríos que recorrió “de Norte a Sur”. “Todos los días encontrás algo nuevo para asombrarte en esta provincia. Eso hace que una tenga fuerza y vigor y vea la vida desde otro lado. Hay que generar resiliencia, que esa es la forma de volver después de los golpes que nos da la vida. He sido muy viajera, di clases en montones de escuelas de Paraná, Paraná Campaña, Diamante, Victoria; Paranacito es la Venecia entrerriana, es fantástica. Para mi Paraná es una ciudad muy querida. Estuve un año viviendo, trabajando. Tengo muchos amigos; algunos se han ido, otros están ahí. Es una ciudad muy querida, muy preciosa. Las actividades que hemos hecho, los encuentros de poetas, los concursos y los viajes y el compartir esos años con Claudia Rosa, Celeste Mendaro, Iris Longo; ahora con las otras escritoras que están allí con las que nos comunicamos, han sido verdaderamente adorables. Así que me siento muy contenta de volver a visitar para compartirles “Un mural para cantar a las escritoras entrerrianas”.
Laura, un espíritu inclaudicable
Laura Erpen es escritora, radicada en Concepción del Uruguay. Poeta, narradora, ensayista, y docente, fue premiada en 2011 con el máximo galardón que otorga la provincia de Entre Ríos: el Premio Fray Mocho por su obra “Carrieguito”, investigación sobre la figura del poeta paranaense Evaristo Carriego, y publicada por la Editorial de Entre Ríos.
Comenzó a escribir en 1979 y a publicar en 1980. Desde entonces fueron apareciendo obras como “ Mi silencio y sus signos” , “Extrañísimo viento”, “ Razón del fuego” , “ 41,42,43 ... pelito es!” y “ Callada rosa” .
Ha acompañado a numerosos escritores en la presentación de sus libros e intervenido en congresos de Literatura como miembro asistente y expositora.
En 2011 ganó el Concurso de Ensayo Literario “Mujeres con historia”, organizado por la Vicegobernación de Entre Ríos, con el trabajo “Tostadas dulces con mermelada de duraznos y manteca”, referido a las primeras médicas, Cecilia Grierson y Teresa Ratto. Este libro fue publicado por Ediciones del Clé.
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