Después de que en las redes sociales lo habían “matado” como cien veces, ahora sí, Chespirito se cansó y se murió en serio. Aquí, las palabras que le dedicó el Seba Ozdoba (ver adentro).
Un verdadero superhéroe
Uno de los motivos por los cuales no soy músico se llama Roberto Gómez Bolaños. Sí, mi mamá me mandaba a estudiar teclado (órgano) justo a la hora que empezaba "El Chavo". Por supuesto que después de un tiempo le dije que no me gustaba. Mentira, me hubiera encantado, pero ese programa era más fuerte. No podía dejar de verlo. Cosa similar me pasaba con el show de Carlitos Balá.
De grande, cuando apareció Internet, me puse a investigarlo. Comprendí por qué El Chapulín Colorado, a diferencia de los personajes de Marvel o DC Comics, sí era un verdadero superhéroe. Y es que el Chapulín, no se vale de ningún poder sobrenatural para resolver los conflictos. El Chapulín siente miedo pero, a pesar de ello, lo enfrenta. Eso lo hace un verdadero superhéroe.
Después compré "El Diario del Chavo del 8", libro que guardo celosamente y que me contó un montón de cosas que no sabía de este querido personaje.
La obra de Chespirito logró una universalidad y atemporalidad envidiables. Me recuerdo en la infancia imitando sus gestos. Ahora, de grande, me veo copiándole recursos cómicos o poniéndolo como ejemplo en mis clases y me doy cuenta de lo importante que ha sido.
Por años, mi sueño fue conocerlo en persona, no se dio, pero el Profesor Jirafales me contestó un tweet y yo sentí que había hecho un gol en la final de un mundial. Chespirito llevó el absurdo a la televisión (Chaparrón y Lucas), dos personajes que deberían ser objeto de estudio. Son tantos los méritos artísticos de este hombre que me parece injusto nombrar sólo algunos.
Con solo pensar que unió generaciones y abuelos, padres e hijos pueden hablar un mismo idioma a través de su obra artística, es mérito suficiente para que Roberto Gómez Bolaños merezca vivir por siempre.
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