El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Con la noticia del fallecimiento de la hija mayor del diseñador Ricky Sarnaky, Sofía Sarkany (31), a causa de un cáncer cervicouterino contra el que estaba luchando desde 2018, la agenda mediática no tardó en poner en primera fila todo tipo de información relacionada con esta enfermedad y cómo prevenirla. Aún así, la realidad es que no deberíamos necesitar tragedias para difundir constantemente la prevención de cualquier agente maligno que pueda dañar nuestra salud, seamos personas famosas o no.
Por SELENA RENIERO (Colaboración especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL)
Justamente, el pasado 26 de marzo fue el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino. El mismo es una patología de crecimiento lento que se genera en el total de casos como resultado de una infección crónica por algunos tipos de papilomavirus humano (HPV por sus siglas en inglés).
Actualmente es la principal causa de muerte ginecológica en nuestro país. Estadísticamente, es el tercer tumor más frecuente en mujeres después del cáncer de mama y el colorrectal, con alrededor de 5000 casos diagnosticados por año y más de 2000 fallecimientos anuales.
Existen alrededor de 150 tipos de HPV, aunque solo 40 afectan la zona genital y de ellos solo una minoría están catalogados dentro del grupo de alto riesgo (lo más comunes son el 16 y 18). Es un virus muy común y de fácil transmisión a través del contacto sexual; profesionales de la salud estiman que 8 de cada 10 personas tienen contacto con alguno de los tipos de este virus al menos una vez en su vida. Afortunadamente, en la mayoría de los casos este desaparece sin dejar síntomas. Sin embargo, existe la posibilidad de que provoque lesiones en la zona genital infectada y, a la larga, se desarrolle el cáncer.
Una de las armas más eficientes para esta enfermedad es la prevención. Por eso, desde el 2011 que el Estado incluyó en el Calendario Nacional de Inmunizaciones una vacuna gratuita y obligatoria contra el VPH para niñas de 11 años nacidas a partir del 2000, y desde el 2017 también a varones de la misma edad que hayan nacido de 2006 en adelante, ya que el virus puede transmitirse en ambos sexos.
Actualmente es la principal causa de muerte ginecológica en nuestro país.
Sin embargo, para lograr una eficacia más alta de prevención también es importante mantener controles regulares cuando se empiece a tener una vida sexual activa. El HPV es un virus que generalmente no presenta síntomas, excepto por las verrugas genitales sin potencial cancerígeno, pero que a largo plazo sí puede desarrollarse y volverse peligroso. Estudios como el Papanicolaou, la colposcopia y el examen ginecológico han sido de vital importancia para la detección a tiempo de estas células y en los últimos 50 años ayudaron a reducir la mortalidad en un 74%.
En este contexto de pandemia, la asistencia a centros de salud para cualquier tipo de control ginecológico ha bajado en amplios porcentajes, por eso debe mantenerse una constante concientización para que esta práctica pueda retomarse cuando la situación epidemiológica empiece a regularizarse.
Mantener en circulación esta información es de vital importancia, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de educación sexual integral que todavía persiste en gran parte de los establecimientos educativos del país. Hablar de enfermedades e infecciones de transmisión sexual sin tabúes permite generar una temprana conciencia y así reforzar las prevenciones ante patologías que pueden resultar mortales. La información es poder, hay que usarla con inteligencia y responsabilidad.
Fuentes: Fundación Huésped, Ministerio de Salud de la Nación, UBA, Hospital Italiano.
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