El bajo caudal del río Paraná no solo ha dejado al descubierto la malla de contención del túnel subfluvial, sino que ha evidenciado hasta donde llega la contaminación con plástico en sus aguas.
La histórica bajante del rio Paraná ha puesto en evidencia las diferentes problemáticas ambientales que enfrenta la cuenca, donde se debaten la sobrepesca, la hidrovía, la depredación de las islas y humedales, la presencia de agroquímicos en las aguas del rio y principalmente la contaminación por plásticos.
La contaminación del plástico no solo es un problema en el océano, sino que también es un problema que afecta a nuestro río Paraná provocando efectos dañinos y que la actual bajante nos permitió mirar bajo la alfombra para que podamos ver lo que se escondía, un sin fin de botellas y otros productos plásticos.
Es muy frecuente escuchar hablar del plástico que contamina los océanos, pero no se menciona que, en gran parte, esa basura viene desde los ríos que confluyen en los mares, un sistema similar al de las venas del cuerpo humano.
Las botellas y otros residuos plásticos son extremadamente abundantes, sin embargo como sociedad aún no entendemos el gran problema en su total magnitud y no lo asociamos con lo que realmente significa.
La contaminación plástica del rio no solo se compone de botellas; se encuentran artículos plásticos de todo tipo, con el tiempo y por la erosión del agua, del aire y del sol estos artículos se degradan formando microplásticos –fragmentos menores a 5mm-.
En algunos sectores alcanza las 35.000 partículas por metro cuadrado de contaminación por microplástico. En la actualidad, lamentablemente no existe una tecnología que permita quitar esos microplásticos del ambiente. Pero podemos colaborar entre todos para evitar que estos residuos ingresen al río.
El plástico es la mayor amenaza que enfrenta nuestra fauna, existen evidencias de microplástico en peces, es decir que lo están ingiriendo y las nuevas generaciones de peces también. Esto acarrea efectos potencialmente tóxicos, cuyo alcance aún se desconoce, porque muchos plásticos liberan sustancias tóxicas, como plaguicidas y metales pesados.
El problema es que no sólo producen daño a los seres vivos, sino que también pueden transportar químicos e incluir la diseminación de especies invasoras y patógenos, como la escherichia coli.
Sabemos que estamos expuestos aunque todavía no sabemos cuáles son los efectos que puede tener en la salud humana.
El costo de ignorar la acumulación de contaminación plástica persistente en el medio ambiente podría ser enorme. Debemos actuar lo más rápidamente posible para reducir la presencia de plástico en el ambiente.
En otras palabras; producir y consumir plástico al nivel que lo estamos haciendo ahora es inviable para al ambiente y para nuestra salud.
Fuentes: El Litoral / Diario Época / EcoPress
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. |