Cuando se comienza a acercar el verano hay un grupo de gente en el sur entrerriano que recorre los campos con todos los sentidos alertas en busca de algún indicio del gran tordo amarillo, no solo observadores de aves, en esta campaña también suman su aporte lugareños, campesinos, dueños de estancias, peones rurales y cualquier persona que pueda dar información sobre los amenazados tordos. El testimonio en primera persona de uno de esos "guardianes".
Esta ave emblemática de nuestros pastizales posee uno de los plumajes más simples y bellos. El macho luce sobre un fondo negro el contraste de un amarillo fuerte y único. Es un ave que vive en pastizales asociados a bañados o cañadas de agua.
El tordo amarillo (Xanthopsar flavus) es una especie de ave que se la puede encontrar en algunas zonas del sur de Entre Ríos y Corrientes. Aunque muy difícil de ver ya que está en serio peligro de extinción, su presencia se fue haciendo cada vez más escasa. La pérdida de hábitat, el avance de la frontera agrícola, la presión de caza y el exceso de parasitismo por parte de otra especie de pájaro (el tordo renegrido), parecen condenarlo a su desaparición definitiva.
En Entre Ríos su población se reduce a unas cuantas colonias en una pequeña zona dentro del departamento Gualeguaychú, donde fue declarada como ave representativa de la ciudad del mismo nombre en 2008, siendo además declarada monumento natural de Entre Ríos en 2004.
Por todo esto es que la organización Aves Argentinas y el Conicet desde 2015 llevan adelante un proyecto junto con la Dirección General de Recursos Naturales de la Provincia de Entre Ríos, la Dirección de Recursos Naturales de Corrientes, el grupo Aves Gualeguaychú, la Reserva El Potrero y los Clubes de Observadores de Aves de Entre Ríos y Corrientes, para estudiar la especie e intentar desarrollar estrategias para salvarla de la extinción.
Los Guardianes
En este marco se desarrolla el programa "Los Guardianes del Tordo Amarillo", un grupo formado por técnicos capacitados, guardaparques, naturalistas y voluntarios que acampan durante noviembre y diciembre en cercanías de las colonias de nidificación detectadas.
La búsqueda de nidos y el monitoreo de su desarrollo debe hacerse con mucho cuidado para no afectar el entorno.
Los guardianes de Colonias en primer lugar custodian los nidos y pichones, alejando depredadores, especies parásitas como el tordo renegrido y, principalmente, disuadirán con su sola presencia a potenciales cazadores y traficantes de aves.
Las aves rapaces, zorros y serpientes detectan con gran habilidad los constantes movimientos de las aves cuando alimentan a sus pichones en los nidos. Es algo habitual, pero en casos de aves que nidifican en grupos o colonias, implica que un gran número de presas se concentren en un solo lugar y la acción de un solo animal puede arrasar con todos los pichones de una sola vez.
Es por ello que apenas nacidos los pichones, una de las acciones que realizan los guardianes, es colocar protecciones físicas en los nidos para disminuir los riesgos de predación. Esto implica la colocación de una malla metálica alrededor de cada nido, que impide el paso de animales medianos y grandes, pero que permite el ingreso de los adultos de tordo amarillo para que puedan seguir alimentando a sus pichones. También se colocan cámaras de vigilancia para monitorear el nido.
En segundo lugar tomaran datos como el comportamiento de las colonias, medidas, peso, fotos y muestras, y toda acción que sucediera alrededor de los nidos. Los pichones de tordo amarillo son además marcados con anillos metálicos numerados con su identificación individual y con una combinación de anillos de colores que permiten reconocer la colonia de donde provienen.
Como colaborar con la campaña
- Difundiendo la actividad
- Denunciando el trampeo o el comercio de aves silvestres
- Si observas tordos en el campo comunicarse con el equipo para que un experto vaya a realizar los estudios
- Si ves un campamento de guardianes de tordo amarillo acércate a conocer nuestro trabajo
"Mi experiencia como guardián"
Anibal Noro, coordinador del Club de Observadores de Aves (COA) Güirá Pirá, intérprete naturalista y fotógrafo, nos cuenta su experiencia como guardián y voluntario en este ambicioso proyecto que intenta rescatar al tordo amarillo, una de las especies de aves más amenazadas de Argentina.
"En el año 2018 fue la primera vez que participe como voluntario de guardián de colonia en la campaña del tordo amarillo . Sin ser experto ni tener estudios a fines al tema, solamente siendo un simple observador de aves y un aficionado a la naturaleza llegue al punto de encuentro pactado con el coordinador de la campaña, sin dudas la expectativa que tenía y también la ansiedad eran muchas", reconoció.
Luego prosiguió: "A poco de andar por un campo tuve la suerte de ver el primer tordo amarillo de mi vida, me sorprendió yo pensé que tardaríamos mucho más en encontrarlos, pero ese era un día de suerte, otras tantas veces recorrimos campos, kilómetros y kilómetros, caminando con botas de goma por el peligro de alguna serpiente y al rayo del abrazador sol de esta época del año en esta zona sin tener éxito, volver al lugar de descanso que suele ser una carpa y casi sin posibilidad de bañarte porque estas en medio de la nada misma es todo un gran desafío y así al día siguiente arrancar bien temprano antes que el sol queme para que rinda el día".
El naturalista reconoció que: "Los días son larguísimos y agotadores pero sin dudas que se ven reconfortados cuando llegas a algún lugar y el coordinador de la campaña te comienza a alertar que hay posibilidad de nidos, hay que sentarse y observar detenidamente que hace cada individuo durante horas, como se comporta, si lleva alimento en el pico, a donde baja y luego acercarse con mucho cuidado para no molestarlos y también prestando mucha atención de no estropear algún nido ya que por lo general lo hacen entre la maleza y a muy baja altura, recuerdo la primera vez que estuve frente a un nido, no importaban los pinchazos de los cardos ni el calor todo lo de alrededor desapareció me quede largos segundos observando dos huevos aun sin eclosionar y un pequeño ave casi sin plumas, pico grande comparado con su tamaño que parecía que me miraba y pedía ayuda, solo fueron unos segundos porque el coordinador me trajo al campo de nuevo , tenemos que trabajar dijo y con todo el protocolo y cuidado se procedió a medir, y pesar el pichón y también los huevos se midieron y marcaron en cada uno de los nidos encontrados".
Además, remarcó que: "Sin dudas el trabajo del voluntario de guardián no es fácil pero para cada uno de los que amamos la naturaleza es sumamente gratificante además de toda la experiencia que se adquiere, ya que los coordinadores de la campaña están permanentemente capacitándote en todo y alertándote de algún peligro, además de disfrutar del entorno de nuestro campo , te puede llegar a sorprender algún otro ave , salir de noche a buscar alguna lechuza o simplemente a mirar las estrellas , todo en un marco de camaradería y cordialidad que aportan los coordinadores con muchísima responsabilidad y profesionalismo sin dejar de lado la calidez y el humor claro".
Aníbal Noro se da el tiempo para dejar sus emociones: "Cuando llegaba el fin de mi primera campaña tuve la suerte de que encontramos una colonia con nidos donde los pichones estaban casi en condiciones de volar , en este caso se procede a anillarlos para poder hacerles seguimientos posterior . Todo este trabajo se hace con muchísimo cuidado , se despliega en el campo casi una mesa quirúrgica , pero recuerdo el momento de tener en mi mano ese pichón es enorme la responsabilidad sabiendo que quedan tan tan pocos y son tan delicados al momento de la liberación lo mire le desee larga y productiva vida y cuando salió volando sentí un aleteo acariciándome el corazón".
Po último contó que: "Dije que fue mi primera campaña porque ni bien terminó esa ya estaba esperando la próxima. Sin dudas ojala pronto las condiciones de la especie mejoren y ya no sea necesario este trabajo pero mientras tanto seguiremos de guardianes del gran Tordo Amarillo".
Si te interesa participar como voluntario de este proyecto único de conservación para estudiar y proteger a esta especie emblemática de nuestros pastizales, tenes que contactarte con Aves Argentinas, la convocatoria para la campaña 2021 ya arranco y podes ver los requisitos haciendo click aquí.
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