En el marco del 90 aniversario del Hospital Justo José de Urquiza, publicamos este artículo que forma parte del Tomo I del libro "Historias casi desconocidas de Concepción del Uruguay" publicado en octubre de 2019 por Editorial El Miércoles. Aquí se cuenta el origen de una extensa trayectoria de atención en salud.
Después de varios anuncios frustrados, el 29 de noviembre de 1931 se inauguró el primer Hospital público de Concepción del Uruguay, más de un lustro después de haberse colocado la primera piedra, y en medio de diferentes inconvenientes y retaceos de fondos con la justificación de siempre: “el imperio de las apremiantes circunstancias económicas actuales”, según el lenguaje de la época. Aquí se cuenta el origen de una extensa trayectoria de atención en salud.
Durante la presidencia de Victorino de la Plaza y con Carlos Saavedra Lamas como ministro de Justicia e Instrucción Pública, en 1914 el Estado adquirió 30 hectáreas para edificar un gran Colegio Tutorial, del que luego se desistió. “El mismo terreno que el espíritu previsor del General Urquiza había destinado como sitio de veraneo de los internos del Colegio Nacional fundado por él, y que durante muchos años fue llamada ‘Chacra de los Colegiales’”, había señalado el doctor Domingo Cabred, titular de la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación, según rescataba el profesor Ramón Cieri, quien trabajó en el área primaria de la salud del Hospital y años después fue rector del Colegio del Uruguay.
La Sociedad de Beneficencia de Concepción del Uruguay consiguió la donación de dicho terreno y gestionó la construcción del Hospital, en septiembre de 1920, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen. En diciembre de 1923, el presidente Marcelo T. de Alvear dicta un decreto por el cual se crea el Policlínico Regional del Litoral “Justo José de Urquiza”. El nosocomio dependería del organismo a cargo del doctor Cabred, quien sostuvo: “Los servicios que prestará a la población menesterosa, principalmente de la zona del Uruguay, serán considerables, pues ciudades importantes como Concordia, Colón y otras carecen de establecimientos hospitalarios suficientes y dotados de las instalaciones necesarias para el tratamiento completo y eficaz de toda clase de dolencias, como será el que ha de prestarse en este policlínico”.
El futuro edificio reemplazaría al antiguo Hospital de Caridad levantado en 1877, que por 50 años fue el centro de salud más importante de la región, y que hoy aún es llamado “Hospitalito” por la población uruguayense. El 4 de abril de 1925 se colocó la Piedra Fundamental, en medio de un imponente acto. El proyecto inicial del “Policlínico” comprendía 14 pabellones separados y una capacidad para 350 enfermos de ambos sexos. La idea era poder separar las patologías en distintos edificios, para controlar las epidemias que se desataban en los establecimientos, una concepción edilicia que se apoyaba en la teoría de los higienistas que veían en el aire el mayor vehículo de contagio de las enfermedades. Es así que la separación y calificación de enfermedades se daba en distintos pabellones articulados por circulaciones descubiertas en torno a extensos parques.
La empresa constructora fue la firma Sanguinetti, Betozzi y Vanetta y el costo de la edificación sería atendido con los recursos de la Ley 4.953, calculado en 1.205.278,80 pesos moneda nacional. Un suelto en un diario local, pocos días después de la colocación de la Piedra Fundamental, decía: “Continúan activamente los trabajos de construcción del Policlínico, bajo la inspección del Arquitecto Sr. Bosh. Tenemos informes que en cuanto sea posible a los empresarios disponer de mayores cantidades de ladrillos, las obras cobrarán decisivos impulsos”. En el año 1928 la primera fase de la construcción estaba concluida. Sin embargo, la inauguración se demoraría.
El pueblo de Concepción del Uruguay, sus autoridades e instituciones esperaban pacientemente la inauguración y habilitación del Policlínico Regional del Litoral, pero la situación política del país transcurría por un momento difícil, a partir de la puja interna entablada en el seno del Partido Radical entre sus principales referentes, Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear. La vuelta de Yrigoyen al Gobierno en 1928 agudizó el enfrentamiento. En Entre Ríos gobernaba por entonces Eduardo Laurencena, un “antipersonalista”, como se denominaban los radicales adversos al Peludo, y eso no favorecía las relaciones entre la provincia y la nación.
Desde 1928 el Hospital contaba con una nómina del personal, y un director que hacía de enlace entre las autoridades nacionales y locales. En el medio, el 6 de septiembre de 1930, se produjo el golpe de Estado que derrocó a Yrigoyen e inauguró la triste sucesión de interrupciones del orden institucional en la Argentina. Sin embargo, como en Entre Ríos el radicalismo gobernante era “antipersonalista”, las autoridades electas continuaron su mandato sin ser molestadas.
Pascual Corbella era el médico director del Hospital todavía en veremos. Y en septiembre de 1931, de regreso de uno de los tantos viajes realizados a Buenos Aires, informó a la prensa local que “la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales ha dispuesto definitivamente que la inauguración oficial del Hospital local, se realice el 18 de octubre próximo, a fin de que dicho acto coincida con el aniversario del natalicio del General Urquiza, cuyo nombre honra al novel establecimiento”. El director Corbella además explicaba que el personal técnico y administrativo ya había sido propuesto y anunciaba que estaba a la espera del decreto de nombramiento. También informaba que el Hospital iniciaría sus actividades “con personal sumamente reducido y con sueldos rebajados, de acuerdo a la poda que se ha hecho bajo el imperio de las apremiantes circunstancias económicas actuales”. Siempre la crisis, como puede verse.
Pese a todo, la ciudad vivía con entusiasmo la noticia de la inauguración. Ya había fecha, sería un día simbólico, autoridades e instituciones se preparaban para celebrar. Pascual Corbella había viajado nuevamente a Buenos Aires para enterarse de las últimas resoluciones adoptadas por el gobierno del general José Félix Uriburu, de cara a la contienda electoral de noviembre, en que se elegiría Presidente. Pero al acercarse a la fecha comenzó a circular un rumor: la “no inauguración“ del Policlínico Regional, por una resolución emanada directamente del Poder Ejecutivo. El periódico La Juventud publicaba que si bien no había información oficial sobre las causas de la decisión, “cabe suponer que ha tenido gran influencia la penosa situación financiera por la que atraviesa el gobierno que no admite la distracción de fondos, aún en los asuntos de más absoluta necesidad”.
En vano fueron los intentos del entonces intendente municipal, ingeniero Ernesto E. Marcó, quien envió un telegrama al presidente de la Comisión de Asilos y Hospitales, doctor Lozano, manifestando su interés por la pronta inauguración. La respuesta de Lozano se limitaba a decir que “la Comisión desea inaugurar el Policlínico en cuanto termine detalles de habilitación”.
Concepción del Uruguay no era ajena al momento político que vivía el país. El clima electoral reinante acaparaba toda la atención. El radicalismo estaba dividido: por un lado la UCR Antipersonalista apoyaba la candidatura presidencial del uruguayense Agustín P. Justo, mientras los yrigoyenistas proclamaban la abstención, decretada por la convención nacional del Partido, a raíz del veto a la fórmula que encabezaba Marcelo T. de Alvear, acompañado por Adolfo Güemes. El 8 de noviembre de 1931 se realizaron las elecciones y resultó ganadora –mediante un enorme fraude– la fórmula Agustín Pedro Justo-Julio Roca frente al binomio de la Alianza Civil conformado por Lisandro de la Torre y Nicolás Repetto. También en la provincia obtienen preminencia los hombres de la UCR Antipersonalista, tal como venía sucediendo desde una década atrás.
Pero la población uruguayense seguía esperando saber cuando se inauguraría el Policlínico. El sábado 21 de noviembre un diario local anuncia: “El 29 del corriente será inaugurado el Policlínico Regional. Asistirá el Ministro Boix”. Pero el martes siguiente, 24 de noviembre, se aclaraba que la habilitación práctica se hará algunos días después, “contándose con los inmediatos servicios de los pabellones de internos, cirugía e infecciosos”. El 28, otro medio escrito anunciaba que “el Policlínico Regional sería inaugurado, pero no será librado al servicio público, hasta que no se le provea del elemento indispensable para su regular funcionamiento”.
Así fue. El domingo 29 de noviembre de 1931 se realizó el acto con la presencia de autoridades nacionales y una importante cantidad de uruguayenses, y aquel día quedó inaugurado formalmente el nuevo Policlínico. Los oradores del acto fueron: el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Adolfo Bioy, el ministro de Hacienda, doctor Gatti y el presidente de la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales, Nicolás Lozano. Una vez finalizados los actos en el Policlínico, la gente se volvió a agolpar en la Plaza Ramírez, donde “se arrió la bandera Nacional a la entrada del sol, estando formado el Regimiento 10 de Infantería y toda la Comitiva Nacional”. Posteriormente un gran número de personas acompañaron al ministro y colaboradores al Puerto, desde donde zarparon en el vapor “Ciudad de Corrientes”.
Con el Policlínico Regional del Litoral inaugurado, sólo faltaba la fecha de su habilitación. Corbella realiza un nuevo viaje a Buenos Aires y al regreso, el médico envía el siguiente texto, con fecha 21 de diciembre: “Tengo el agrado de dirigirme a Ud. para comunicarle que el Policlínico Regional del Litoral J.J. de Urquiza será librado al servicio público el 22 del corriente”. Esa fue finalmente la fecha en que “se incorporó definitivamente a nuestro medio, entrando de lleno a prestar sus Servicios, el Policlínico Regional del Litoral, importante establecimiento sanitario llamado a proporcionar señaladísimos beneficios a la población local y a la vasta zona de influencia de esta ciudad”, como se detalló también en esos años.
El Hospital Urquiza, símbolo de una concepción de la salud pública que todavía comenzaba a dar sus primeros pasos en la Argentina, no llegó a cumplir un siglo de servicios: en los albores del nuevo milenio se construyó un nuevo y moderno Hospital, emplazado al oeste de la ciudad y no sin controversias. Pero ésas ya son partes de otra historia.
Esta nota se basa en la publicada en el número 87 de El Miércoles, en noviembre de 2001, bajo el título “A 70 años de la inauguración del Hospital”, con firma de Ramón Cieri. Las imágenes son del archivo de Pablo Schvartzman, así como las medallas son parte de su colección. Otros artículos donde se puede consultar la temática del hospital: Oscar Gallay, “Hace 128 años se inauguraba el Hospital de Caridad de La Histórica”, y Antonio Bernhardt, “Una historia que se repite en el hospital Justo José de Urquiza” ambos en diario Uno; de Andrés Rousseaux, “Antecedentes del primer hospital” y también de Ramón E. Cieri, “Policlínico Regional del Litoral Justo José de Urquiza”, ambos en La Calle.
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