Tiene despacho de combustible, ferretería, un galpón de insumos y semillas, una balanza y construirán una planta de silos.
Esta noticia alegra los corazones porque impulsa un camino inverso al trazado por nuestra clase dirigencial durante gran parte de la historia del país: alienta a los jóvenes a permanecer en la zona rural, para quedarse en sus lugares originarios, evitando el desarraigo crucial, superpoblando ciudades en detrimento de su nivel de vida, resaltó la crónica de El Portal de las Cooperativas.
La Cooperativa Agrícola Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren Limitada inauguró una sucursal en la localidad de Crucesitas Octava (departamento Nogoyá).
El jueves 7 de octubre de 2021 no fue un día más para Crucesitas Octava, y eso quedó manifestado en forma evidente en la emoción de la presidenta de la Junta de Gobierno Julia Arismendi, quien fue la elegida para presidir esta localidad, a la se llega después de atravesar kilómetros de caminos, tan parecidos entre sí y puentes de dudosa seguridad, en donde recién ahora las últimas tecnologías en localización de los teléfonos compiten con la sabiduría de los más baqueanos y en donde cualquier error puede hacer que uno salga a muchos kilómetros de su destino.
Desde muy temprano en la mañana se fueron acercando los invitados, para ser parte minutos más tarde de la historia que quedó plasmada en una placa recordatoria y en las fotos o los videos que se hicieron ese día.
Hubo muchos que pisaron por primera vez esta sucursal y recorrieron las instalaciones que cuentan con despacho de combustible, ferretería y un galpón de insumos y semillas, una balanza ya construida, que esperará la construcción de una planta de silos, que completará el ciclo productivo que la cooperativa ya hizo por ejemplo en Don Cristóbal, transformando en muy poco tiempo a esa localidad, buscando que seguramente eso suceda también en Octava, en donde todo esto que se construyó y se construirá serán herramientas necesarias para cumplir con un propósito cooperativo, que resalta valores y que tiene ese espíritu de aquellos que fundaron Coopar hace 68 años.
A la hora de los discursos el presidente del Consejo de Administración de Coopar, contador Felipe Berrueth, en una parte central de su alocución dijo que: “Hoy después de semejante pandemia, en este año 2021 nos toca a nosotros inaugurar esta sede que tiene Coopar en Octava, y que se convierte en la cuarta, junto a Victoria, Nogoyá y Don Cristóbal”.
Recordó que “a este predio lo compramos hace 10 años, cuando con otros consejeros, andábamos buscando un lugar, un pueblito un paraje, que tenga futuro y hoy ese futuro llego y seguramente, siempre hay que pensar en eso, cuando estén las plantas de silos y tengamos movimiento y algún día llegue el asfalto y breguemos todos juntos esto se transforme en un buen lugar para vivir para nosotros y para nuestra juventud, entonces estaremos orgullosos de que Coopar y su Consejo de Administración puso un granito de arena para que esto se logre”.
Pero hubo una frase de Berruhet que resonó fuerte en los corazones de todos los que se encontraban presentes: “Coopar vino a quedarse en Crucesitas Octava para siempre”, porque el énfasis con las que las dijo significa un compromiso de la cooperativa a seguir invirtiendo y eso sin dudas para los que habitan ese pueblo significa progreso y posibilidad de desarrollarse en el pueblo que los vio nacer.
Luego llegaron los discursos de importantes representantes del sector que fueron invitados como Elvio Guía, vice presidente de Federación Agraria, Edgardo Schneider, presidente de Fedeco; Juan Balbi , presidente de Caafer; y Ricardo Etchemendy titular del Ipcymer, en donde cada uno de ellos felicitó al Consejo de Administración de Coopar destacando el esfuerzo el coraje y la valentía de invertir en un lugar en donde las necesidades son inmensas, y crear puestos de trabajos genuinos, y apostar a que la juventud se quede en el campo e ir más allá de lo económico, seguir haciendo historia cumpliendo con uno de los principios internacionales del cooperativismo, que es la relación con la comunidad e instando a los productores a cuidarla y mejorarla con sus aportes e ideas y trabajar en conjunto para el bien de todos.
Luego fue el turno de la celebración religiosa, el descubrimiento de una placa y el tradicional corte de cintas y luego un momento de compartir un momento de camaradería
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