En el reinicio de las audiencias por el denominado Megajuicio en el que se investiga al ex gobernador Sergio Urribarri, ex funcionarios y particulares por peculado y negociaciones incompatibles, declararon Luciana y Alejandro Almada y Maximiliano Sena quienes según la acusación fiscal actuaron como testaferros de Juan Pablo Aguilera para desviar fondos de publicidad oficial. Todos negaron ese cargo e incluso mostraron que una de las empresas sospechadas no era proveedora del Estado. El lunes declarará Urribarri vía teleconferencia.
El Tribunal de Juicio integrado por José María Chemes; Mónica Castagno y Elvio Garzón escuchó durante toda la mañana y las primeras horas de la tarde la anteúltima tanda de indagatorias a imputados en la denominada Megacausa. Las últimas serán durante la próxima semana y luego vendrán los alegatos de cierre.
El turno este martes correspondió a Alejandro y Luciana Almada (foto) y Maximiliano Sena. Luciana Almada es la pareja de Juan Pablo Aguilera, cuñado del gobernador Sergio Urribarri y, además, socia de Emiliano Giacopuzzi en la empresa TEP. Alejandro Almada y Sena fueron socios en la empresa Next.
A los tres el Ministerio Público Fiscal (MPF) los considera meros testaferros de Aguilera y a ambas firmas las toma como parte de una de trama de empresas cartelizadas que se habrían quedado con la mayor cantidad de recursos de publicidad en vía pública durante el período 2010 – 2015.
La primera en declarar fue Luciana Almada. También fue la exposición más prolongada, ya que insumió toda la mañana. Almada contó cómo conoció a Aguilera estudiando abogacía y de qué manera la llegada de su primer hijo los llevó a dejar esos estudios. Luego, dijo, pasó a trabajar en LT14 donde se vinculó con el mundo de la publicidad. Conoció a Giacopuzzi y a Sena por ser amigos de su pareja y, por ese vínculo, comenzó a trabajar con ellos.
Por divergencias entre Giacopuzzi y Sena sobre el rumbo del negocio, cada uno decidió seguir por su cuenta. Allí nacieron TEP con Luciana Almada y Giacopuzzi por un lado y Next con Alejandro Almada y Sena por otro.
TEP “era la idea y el sueño de Emiliano. Yo solo lo acompañaba”, dijo Almada quien tenía el 10% de la empresa y se dedicaba, según expresó, a atender los recursos humanos. La prioridad en su vida, dijo la acusada, era su familia y sus hijos. El 90% del capital y el manejo de los clientes los tenía Giacopuzzi.
En orden a las tareas de la empresa, negó que su pareja haya tenido algún tipo de vinculación. Aseveró que el único interés de Aguilera era la política, actividad que a ella no le convencía. Por eso intentó llevarlo a la actividad privada en varias ocasiones. Pero no pudo, indicó. “Juan Pablo era un armador político”, sentenció.
Almada reconoció que la actividad política de Aguilera le permitió a la empresa tomar contacto directo con potenciales clientes. Fue cuando relató que durante las campañas de la primera década del siglo el espacio que él tenía en la sede del Partido Justicialista era demasiado pequeño y le permitieron ocupar parte de las instalaciones de la firma. Hacia allí peregrinaban dirigentes y referentes partidarios en busca de merchandising. De esta manera, pudieron conocerlos de primera mano y ofrecer productos y servicios de TEP, relató.
Sin embargo, negó que Aguilera haya conducido vehículos de la firma. Narró que TEP adquirió una utilitaria Sprinter que le resultaba “muy grande” para manejarla y por eso pidió que se haga una tarjeta azul (de autorización de manejo) para su pareja, quien nunca llegó a conducir el vehículo, afirmó.
Por otro lado, aclaró uno de los puntos donde la acusación estriba para sostener el rol de Aguilera como real dueño de las empresas. Se trata de un documento en el que se lo señalaba como “gerente general”. Almada dijo que su pareja jamás cumplió ese rol y que el texto encontrado en una computadora había sido elaborado a raíz de una capacitación en una quinta de Oro Verde con un couch ontológico que estudió las capacidades y posibles roles de quienes integraban TEP y a la que llevó a Aguilera como asador y como parte de su estrategia de alejarlo de la política y tentarlo con la actividad privada. Pero no surtió efecto, consignó.
Almada también dedicó un tramo extenso de su exposición a aclarar un chat privado con Aguilera en el que discutían asuntos de pareja y que, según explicó, fue presentado ante el Tribunal de forma sesgada por la acusación para sostener su teoría del caso. La discusión por WhatsApp fue registrada en 2016, por fuera del período investigado, y contiene elementos que muestran la situación de tirantez dentro de la pareja a raíz de la denuncia que derivó en este juicio.
“Él es mi marido. Y el padre de mis hijos. Pero nada más”, sentenció negando que Aguilera se haya involucrado con TEP en algún momento. Además, aclaró que cuando en ese chat dice sentirse “un títere de tus negocios” hacía referencia a la sociedad que su pareja pretendía armar con un empresario de Buenos Aires que no era de su agrado por “soberbio” y a la que pretendía arrastrarla. El emprendimiento, finalmente, no se concretó.
Otro elemento sobre el que echó luz es que el usuario registrado en computadoras secuestradas en los allanamientos a las empresas era “Juan”. Según explicó, este usuario fue creado cuando los equipos estaban en su hogar. Luego fueron llevados a la empresa para utilizarlos allí, pero nunca se cambió la denominación del usuario.
Por último sentenció que nunca le pidió a Urribarri u a otro integrante de aquella administración que intercediera por una orden, un pago o un expediente. “Jamás”, expresó.
Almada y Sena
Tras el receso del mediodía, declaró ante el Tribunal el hermano de Luciana Almada, Alejandro. Su exposición llevó apenas unos 20 minutos. Relató que conoció a Giacopuzzi y a Sena en un encuentro en la casa de Aguilera. Y allí nació un vínculo por afinidad.
Luego fue convocado a trabajar en la empresa que tenían en conjunto y, con posterioridad, Sena le ofreció sumarse a Next como socio minoritario con el 10% del capital. La firma llevaba adelante trabajos de impresión y continuaba con la actividad de librería a través de la casa Alpha.
Problemas personales de Sena lo llevaron a tener que dejar de lado esta última actividad y a centrarse en los trabajos de impresión, consignó. Pero “Next nunca contrató publicidad con el Estado. No nos dedicamos a eso. No estábamos inscriptos como servicio de publicidad. Se me acusa de testaferro de Juan Pablo Aguilera. Y él no tuvo nada que ver con el emprendimiento”, afirmó.
“Se nos ha acusado con liviandad. La imputación desmereció todo mi trabajo y mi tiempo invertido, cambiando cómo pasaron las cosas y reduciéndome a prestanombre. Y yo no soy testaferro de nadie”, agregó más adelante.
El abogado Miguel Cullen le mostró el informe que elaboró la Fiscalía sobre las contrataciones de publicidad en el período 2010 – 2015. En ninguno de los renglones apareció mencionada Next. Tampoco él en forma individual.
El letrado le preguntó si Aguilera le marcó a él o a Sena cuál tenía que ser el rumbo de la sociedad. “Nunca”, respondió. “¿Tenía (Aguilera) algún tipo de vinculación con la empresa?”, prosiguió Cullen. “No”, contestó Almada.
Tras la declaración de Alejandro Almada fue el turno de Sena, quien ratificó el relato de los hechos que había hecho su ex socio precisando que Next fue creada en 2009 por la contadora Analía Rodríguez y no por Corina Cargnel (otra imputada) como la Fiscalía sostuvo en su exposición inicial.
Así como para defenderse de las acusaciones Luciana Almada tuvo que exponer una conversación privada con su pareja, Sena debió confesar ante el Tribunal que tiene problemas de salud producto de consumos problemáticos. Comenzó, según relató, con marihuana en 2012 y su adicción se fue complicando cada vez más hasta que en 2016 terminó internado en un centro de Concepción del Uruguay.
Por su situación, Alejandro Almada y Corina Cargnel se hicieron cargo del negocio hasta su baja definitiva hace cuatro años. Quedaron deudas que sigue atendiendo “¿Qué clase de testaferro soy?”, se preguntó, ya que supuestamente “defraudé al Estado y tengo que afrontar deudas de la empresa”, ironizó.
Sena trabaja ahora en relación de dependencia llevando la administración del negocio de un familiar.
“Nunca tuvimos (en Next) nada que ver con facturación de publicidad como dice la Fiscalía. No hacíamos ese tipo de trabajo”, remarcó. Cullen volvió a mostrarle el informe de Fiscalía. Y Sena tampoco encontró mención a su empresa en el listado de proveedores de publicidad. Solo apareció una mención a su nombre. Fue en el 2010 y por “aplicación de marca” que el ex empresario entendió se trató de la realización de banners pequeños con estructura de caño. No hay registros ni en 2011, 2012, 2013, 2014 ni 2015.
“No veo allí lo sistemático y reiterativo”, señaló Sena. Esa fórmula fue utilizada por la Fiscalía en la acusación para cargar contra Next (y también TEP) como dos de las firmas que estaban cartelizadas para recibir publicidad oficial y desviar fondos a fines particulares.
“No tuvo relación con Urribarri, ni con Pedro Báez (ex ministro de Comunicación) ni otro funcionario. Estamos acá porque somos amigos de Juan Pablo (Aguilera) y porque Juan Pablo es cuñado de Urribarri”, denunció, tras lo cual mencionó que la causa forma par de una maniobra de “persecución política”.
Con el cierre de la indagatoria, el Tribunal dio por terminada la audiencia. La actividad se retomará el lunes 7 con las declaraciones de Aguilera y Urribarri. Luego vendrán los alegatos de clausura y, más tarde, los jueces darán el adelanto de sentencia.
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