La ONG “El Paraná No Se Toca” denunció que continúan los encuentros de música electrónica “al palo, alcohol, cientos de personas y decenas de vehículos” en el área protegida de las islas, en jurisdicción de la ciudad de Victoria. Apuntaron contra el municipio que “por unos billetes vende el alma” y describieron que “donde antes reinaba la naturaleza, hoy reina el descontrol”.
“En el humedal sin ley, vale todo”, lamentaron en una publicación a través de redes sociales desde la entidad ambiental “El Paraná No Se Toca”, para denunciar una vez más las fiestas que se organizan bajo el amparo de la Municipalidad de Victoria en la zona de los humedales del Delta.
Acompañado de fotografías donde se pueden ver los multitudinarios encuentros de música y alcohol, la ONG señaló que uno de los boliches a cielo abierto funciona unos “tres kilómetros isla adentro del humedal –en la ruta 174 que une Victoria con Rosario, a la altura del kilómetro 7,3), en un área natural supuestamente protegida”.
“El dueño de esta isla pertenece a una nueva asociación civil llamada Comunidad Islera”, indicaron. La referencia es a Enzo Federico Vignale, un empresario ganadero que es sindicado como uno de “los dueños del fuego” y que fue citado por la Justicia Federal en la investigación por los incendios en el Delta. Enzo Vignale posee un establecimiento de cría y engorde de vacas en las islas, y su hijo Federico regentea “Wetland”, un ex centro de recreo y prácticas de deportes náuticos que, ahora reconvertido a boliche, convoca a fiestas electrónicas bajo el nombre de “Waves Island”.
Desde El Paraná No Se Toca recordaron que la asociación de ruralistas isleños que lidera Vignale no apoya la Ley de Humedales. “Están claritas las razones, otro integrante de esta nueva ‘asociación’ (Enzo Mariani) es quien se adueñó de parte de la reserva Los Tres Cerros (perteneciente a la Municipalidad de Rosario), algunos kilómetros más adentro, islas (ubicadas en Entre Ríos) donadas a la ciudad de Rosario”, señalaron.
Estas fiestitas son un reparto de ganancias entre este privado que las organiza y la Municipalidad de Victoria, que por unos billetes vende el alma. Música al palo, luces psicodélicas, cientos de personas y decenas de vehículos; donde antes reinaba la naturaleza, hoy reina el descontrol”, fustigaron. “Pueden comprar voluntades políticas, asesores letrados, pero en algún momento se destapará la olla”, señalaron.
En diálogo con ERA Verde, la asesora legal de la entidad lamentó lo que sucede en el humedal. “Es lo mismo de siempre: fiestas electrónica en las islas. Pero ahora la Municipalidad de Victoria las autoriza. Antes eran irregulares. Esa zona es reserva natural. Las fiestas estaban en un gris. Se hacían sin permiso. Ahora son más grandes y Victoria pone hasta los efectivos para controlar. Todo un desastre”, lamentó.
En efecto, donde se realizan las fiestas es el sector comprendido como reserva natural del Delta, declarada por ordenanza municipal 2.185/03 y también están reconocidas como áreas protegidas por la ley provincial Nº 10.671 que ampara a todos los humedales del ejido de Victoria. Asimismo, otra ordenanza, la Nº 2.472, en su apartado 3.6 regula la utilización del “Suelo Litoral” y establece a “discoteca, bares, etc.” dentro de los “Usos no admitidos” en ese sector de las islas. Pero oficialmente, desde la comuna entienden que las fiestas “no están prohibidas” ya que se las habilita como “eventos”. Para esto la Municipalidad de Victoria “retiene un 7% del valor de venta” de las entradas, que oscilan entre los $2.000 y $3.000.
Fuente: Era Verde
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